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Invertí seguro, invertí en acciones

La volatilidad de las acciones asusta a más de uno mientras que los bonos te permiten dormir tranquilo. Pero, ¿es esto una buena decisión para tus finanzas?

Matías Daghero 03 octubre de 2022

Cualquiera que se inicia en las inversiones sabe que las acciones son arriesgadas y que para un inversor conservador lo más aconsejable es posicionarse en bonos o instrumentos de renta fija. El razonamiento es simple: cuando comprás una acción sos socio del negocio de la empresa. Es decir, dependés de cómo le vaya con sus clientes y sus productos. En cambio, quien compra un bono sabe cuánto le van a pagar y cuánto. 

Esto se ve reflejado en que las acciones brindan mayores rendimientos a largo plazo, pero a costa de asumir mayores riesgos. Entonces se deduce que tiene sentido invertir mucho en bonos si sos un inversor conservador.

Pero, ¿y si te dijera que esto no es siempre así?

Las acciones brindan seguridad en el largo plazo

Cuando uno invierte a un horizonte de tiempo corto (menor a los 5 años), los datos muestran que es verdad que uno asume más riesgo invirtiendo en acciones que en bonos. Si bien los retornos pueden ser más altos, también podés sufrir bajas mayores. Hasta ahí es lo que hemos escuchado siempre. 

Ahora cuando uno mira plazos más largos, el panorama cambia totalmente. En su libro “Acciones para el largo plazo” los autores Schwartz y Siegel muestran los retornos anuales reales (descontando inflación y tomando un periodo entre 1802 y 2021) de acciones, bonos y letras del Tesoro de Estados Unidos, en distintos plazos de permanencia.

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Allí se ve claramente que quien tenga un plazo de permanencia de un año, está expuesto a un riesgo mayor con las acciones porque la ganancia máxima obtenida en esos más de 200 años fue de 66,60% pero ha llegado a perder hasta 38,60% en un año. Con los bonos y letras se ve reducido tanto la ganancia como la pérdida potencial.

Es decir, si uno invierte a un año, es verdad que tiene un riesgo mayor invirtiendo en acciones. 

Pero si miramos plazos de 10 años empieza a ponerse interesante la evolución. Ahí vemos que las acciones no sólo tuvieron el mayor rendimiento máximo anualizado (16,80%) sino que también la pérdida máxima fue menor a la de los bonos y letras (4% versus 5,40% y 5,10%) respectivamente. 

Te preguntarás cómo un bono o letra puede dar pérdidas. Bueno, aún cuando la tasa de interés sea positiva, el impacto de la inflación puede hacer que estés perdiendo poder adquisitivo. Por eso la importancia de comparar rendimientos netos de inflación.

Si miramos un plazo de 20 y 30 años, se da vuelta totalmente la historia de que las acciones son riesgosas. Nunca obtuvieron rendimientos reales por debajo de la inflación a diferencia de letras y bonos, y en los periodos de mejores rendimientos los superaron ampliamente. 

Armá tu cartera para dormir tranquilo

Con esto no te estoy diciendo que inviertas todo tu capital en acciones. Hay que ver tu plazo de inversión y tu perfil de riesgo. Porque estos retornos son promedios en plazos muy largos y ahí van a aparecer años mejores y peores. La mejor inversión no es solamente la que más rinde sino también la que te permite dormir tranquilo.

De nada sirve que si contás con un plazo más largo inviertas en acciones para luego vender en el primer año malo que aparezca. Si te cuesta ser disciplinado y mantenerte en el camino de tu plan de inversión, un asesor profesional puede ayudarte. 

A largo plazo no hay nada que les gane a las acciones. Invertir en ellas te permite ser parte del crecimiento de la economía mundial. Quienes puedan elegir las mejores opciones de inversión dentro de ese tipo de activos y mantenerlas el tiempo necesario para que den sus frutos podrán aprovechar plenamente su potencial para construir tu capital.

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