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LCG: el riesgo de una espiralización de la inflación se acentúa

Las subas en los precios cada vez son más rápidas y será difícil romper esa inercia sin un plan “antiinflacionario”

LCG: el riesgo de una espiralización de la inflación se acentúa
LCG: el riesgo de una espiralización de la inflación se acentúa
26-01-2022
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Argentina convive hace varios años con niveles de inflación muy altos, que se acentuaron desde la crisis cambiaria de 2018. Actualmente, esa dinámica genera en el mercado un mayor ritmo de actualización de precios que hace difícil frenar la inercia, no ya de los años previos, sino de los meses o semanas anteriores.

Para LCG, esas actualizaciones que cada vez se dan más rápido y con mayor magnitud, por un efecto de cobertura, le imprimen un carácter mucho más persistente a la inflación. La consultora destacó los efectos negativos de ese proceso en la recuperación de la actividad económica.

Así, en su último informe indicaron que “el riesgo de espiralización se acentúa y que será un desafío mayor frenar el fenómeno inflacionario, más aún cuando restan actualizaciones de precios relativos claves como tarifas y tipo de cambio”.

Casos testigo

La semana pasada, el Relevamiento de Precios de los alimentos de LCG marcó un récord de productos con aumentos: 27% del total. Este valor es el más alto del último año y sucede a otro valor que fue récord también la semana previa (21% del total).

Tal como destacaron, esa suba estuvo influida por el descongelamiento de precios que había implementado la Secretaría de Comercio Interior sobre 1.400 productos de consumo masivo, pero también refleja una inercia elevada que podría tener implícita un riesgo cierto de mayor velocidad en la actualización de los precios.

“De hecho, asumir que estos porcentajes se mantienen en tiempo, implica asumir que todos los precios de la canasta relevada se ajustan al menos una vez al mes”, precisaron.

Ante esa situación, LCG realizó el relevamiento de una canasta más amplia, que no solo se limita a alimentos y bebidas, como la de la Dirección General de Estadísticas y Censos de la CABA.

De este análisis se desprendió que casi el 86% de los bienes y servicios de la canasta minorista tuvo un aumento de precios en diciembre. El informe resaltó que ese porcentaje retrocede, en el margen, respecto a los de la primera mitad del año (promedio 89% hasta junio), pero se mantiene elevado y un escalón más alto que el promedio 2013-2017 sin considerar los meses inmediatos a las devaluaciones ocurridas en ese período (enero de  2014 y enero de 2016).

“De hecho, el 70% de los productos relevados tuvo aumentos todos los meses en los últimos 5 meses”, añadió el estudio.

A su vez, la mediana de los aumentos fue del 3,1% mensual en diciembre, “valor que se mantiene bastante en línea con el promedio de los últimos 4 años, aún con efecto de la pandemia en el medio”. En términos anualizados equivale a una suba del 44% anual, “reflejando un piso muy alto en tiempos en los cuales el ancla cambiaria y el congelamiento de tarifas fueron usados con profundidad”, consideró LCG.

Más en detalle se puede ver que, aunque la mediana se mantiene relativamente estabilizada, la post pandemia dejó aumentos más altos en las colas de la distribución.

“El aumento del percentil 10 de los productos relevados fue del 1,5% mensual en diciembre, mientras que era de 1,2% en 2018 y 2019, años también con inflación en ascenso. Por otro lado, la suba del percentil 90 fue 9% en diciembre (7%, mensual promedio en los últimos tres meses), por encima del promedio de aquellos años”, detalló la consultora.

Implicancias

Por tanto, el informe de LCG consignó que “el mayor ritmo de actualización de precios le imprime un carácter mucho más persistente a la inflación”. Así, poco a poco todos los participantes de la economía se van acostumbrando a negociar precios con una velocidad mayor.

“El simple hecho de recuperar lo perdido por cada agente en el período anterior (que pasó de ser el año anterior al trimestre o mes anterior) le da ese carácter de continuidad al aumento de precios”, afirmaron.

En concreto, y según el análisis de LCG, el proceso de formación de expectativas en Argentina es mirar hacia delante en materia inflacionaria, pero eso implica necesariamente voltear hacia atrás. Los precios se actualizan (los que pueden fijarlos) como la inflación anterior más un adicional por aceleración de la inflación que se espera.

Esos procesos inflacionarios incluso son más difíciles de frenar, los aumentos no siguen a un solo precio como el tipo de cambio, de ahí el limitado efecto del tipo de cambio como ancla nominal que quiso implementar el Gobierno en 2021.  La inflación terminó en 50,9% escalando casi 15 puntos porcentuales respecto al año anterior.

“Esta inercia más elevada provoca mayores daños a la economía. Pues redistribuyen riqueza a una mayor velocidad, distorsionan precios relativos más rápido dificultando el cálculo de rentabilidades, aumentan los costos de 'suela de zapato' y otros daños”, manifestó el estudio de la consultora.
Necesidad de medidas

Por otro lado, LCG sostuvo que es “comprensible” que la prioridad del Gobierno sea la de poner a la actividad en primer lugar de la lista, “pero con precios oscilando tan rápidamente difícilmente la inflación no afecte a la recuperación o crecimiento del producto”.

En el último tiempo, las únicas medidas promovidas por el Ejecutivo han sido controles de precios aislados que reprimieron las subas por un tiempo y dosificaron la inflación, o “diferirla en el tiempo”.

“Más allá de acuerdo o no acuerdo con el FMI, la economía tendrá que afrontar el frente inflacionario antes de que el mismo siga instalándose en niveles cada vez más elevados”, advirtió el trabajo.

“La consecuencia de distraerse en la política anti inflacionaria lo único que logrará es que, para frenar la mayor inercia, la economía tenga que pagar una mayor tasa de sacrificio en términos de crecimiento, o bien profundizar las anclas a la hora de abordar el problema redundando en menos grados de libertad para realizar política económica”, concluyó LCG.

Todo sobre la inflación

Hay inflación cuando se produce un aumento general y sostenido de los precios de la economía. No son aumentos puntuales de algún servicio o bien sino de casi todos y, además, que esas subas se sostienen en el tiempo.


Si bien se trata de un proceso complejo y "multicausal", el factor principal suele ser un desequilibrio fiscal que se financia con emisión monetaria o con endeudamiento no sostenible que termina en un repudio a la moneda y/o también una devaluación. Milton Friedman, padre del monetarismo, solía decir: "La inflación es siempre y en todas partes un fenómeno monetario".

La inflación de Argentina está, hace varios años, entre las más altas del mundo. En 2022 fue de 94,8%, y casi duplicó a la de 2021 (50,1%). Fue la tasa más alta desde 1990. Las proyecciones para 2023 no son buenas y se espera que la inflación vuelva a estar cerca de 100%.

Se dice que la inflación es un impuesto a los pobres porque son esos sectores los que tienen, por un lado, menos ahorros y, por el otro, menos capacidad de poder aumentar sus ingresos (vía paritarias, por ejemplo) ante la suba de precios. Por eso, cuando sube la inflación, los gobiernos tratan de proteger a los sectores de menores ingresos para que no caigan en la pobreza.

La inflación en Argentina es un problema complejo que tiene raíces profundas en la historia económica del país. Aquí hay algunas de las causas más comunes de la inflación en Argentina:

  1. Déficit fiscal. El gobierno argentino a menudo gasta más dinero del que recibe en forma de impuestos, lo que lleva a un déficit fiscal. Para financiar el déficit, el gobierno emite más dinero, lo que puede aumentar la inflación.

  2. Inestabilidad política y económica. La inestabilidad política y económica en Argentina a lo largo de los años ha contribuido a la incertidumbre en el mercado y ha llevado a la devaluación de la moneda nacional.

  3. Problemas en la gestión de la economía. La falta de medidas económicas coherentes y efectivas para controlar la inflación ha sido un problema persistente en Argentina.

  4. Déficit de la balanza comercial. Argentina a menudo importa más de lo que exporta, lo que puede aumentar la inflación al hacer que la moneda sea menos valiosa.

Estas son solo algunas de las causas de la inflación en Argentina. Es importante señalar que no existe una solución única o sencilla para resolver este problema complejo.

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