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El ventarrón de cola todavía contiene a la presión local

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Luis Varela 07 mayo de 2021

Por Luis Varela

Cada día, con un movimiento tan repetido que ya aburre, los dólares libres arranca cada jornada con precios a la suba, con el Gobierno realizando ventas escalonadas de reservas o de bonos para que los precios del billete verde termine el día más o menos bajo control, desalentando a la gran masa de ahorristas que se siguen conformando con tener la plata en plazos fijos, y que no aparezca una estampida que vuelva a generar una corrida cambiaria, como la que tuvo el blue en octubre, cuando tocó un récord histórico de $195 durante 18 minutos.

De un lado de la cuerda los inversores van midiendo cuánto de la cosecha ya fue liquidado y cuentan los días para saber cuándo terminarán de entrar los dólares de los granos. Y del otro lado van tirando contrapeso afuera del barco, lo que sea y cuanto sea, con tal de llegar con la embarcación a flote hasta la elección de octubre, si es que se hace en ese mes, o en noviembre, todavía nadie puede asegurar ninguna fecha.

En el medio, los pequeños y medianos inversores siguen con la misma música metida en la cabeza: cada vez que tienen un peso sobrante, o bien lo consumen de manera inmediata en algo que necesitan, o bien compran criptomonedas para girar fondos al exterior (vendiéndolas en un banco externo y convertirla en un bonos internacional en dólares con un rendimiento del 5% anual, o directamente compran dólares a nivel local, en el ccl para fugarlo, o en el mep o en el blue, para meterlos en cajas fuertes o debajo del colchón.

El gran tema de esta cinchada es que ayer se vio un verdadero ventarrón de cola, con un fuerte aumento para los granos en el mercado de Chicago, pero también con fuertes subas en la Bolsa de Rosario, donde debido a la reticencia que tienen muchos productores locales a desprenderse de sus granos (guardados en silos bolsa como si fueran plazos fijos en un banco) se lograron cotizaciones récord, que no se vieron siquiera en 2012, cuando Cristina Kirchner tuvo su último cuarto de hora con los granos en las nubes.

Ayer la soja subió 1,5% en Chicago, llegó a un máximo desde 2014, con una mejora del 1% para el trigo y un aumento del 0,8% para el maíz. Y en Rosario el yuyito tuvo un salto del 2,6%, mientras que hubo un incremento del 2,3% para el trigo y del 1,8% para el maíz, encumbrando los precios y dejando con la boca abierta a más de un observador.

La molestia de los productores es que mientras en Chicago se pagan US$ 590, el productor local recibe escasos US$ 205. O sea, el que hace todo el trabajo, asume los gastos, la inversión en fertilizantes, en maquinarias, en riesgo y pone todo el esfuerzo se lleva apenas el 35% de lo que se cobra y un Estado unilateral, que define muchas veces impuestos sin siquiera pasarlos por el Parlamento, se termina quedando con el 65% de lo que se vende. Y lo más notable de la situación es que ayer, con semejante nivel de precios, el Banco Central se vio obligado a seguir vendiendo bonos y reservas para que los precios de los dólares libres no subieran todavía más.

Por cierto, este ventarrón de cola internacional llega con una ayuda agregada. Estados Unidos está creando tanto empleo que los estímulos de Joe Biden con la tasa a casi 0% de la Reserva Federal sigue afectando al dólar contra las principales monedas del mundo. Ayer se anunció que, después de registrarse en el peor momento del virus nada menos que 7.000.000 de pedidos de seguro de desempleo, para esta semana se esperaban 538.000 solicitudes y en definitiva hubo reclamos por apenas 498.000.

Con esa realidad (gracias a una política laborar ultra flexible), sin que la Fed toque la tasa por ahora, la secretaria del Tesoro Janet Yellen tuvo que salir a advertir que la suba de la tasa de interés está más cerca porque la economía se recupera muy rápido y la inflación está empezando a dar muestras preocupantes. Así, ayer, en el exterior el dólar subió 0,1% contra la libra, pero bajó 0,1% contra el yen y cedió 0,5% contra el euro, 0,7% contra el chileno, 0,8% en México y 1,5% en Brasil.

Pero en Argentina, donde siempre vivimos a contramano, el mercado cambiario volvió a mostrar tensión, sobre todo después de que Ecolatina calculó que la inflación de abril fue del 4,4% y que la tendencia anual lleva a la suba de precios al 60% anual, con tarifas y precios aplastados, lo cual garantiza que,-además de tener este año más inflación que en 2019 y 2020, también tendremos más inflación en 2022.

Con todo eso, los dólares estuvieron hacia arriba, con venta de bonos, lo cual llevó al papel más corto del canje el AL29 a una TIR del 20,6% anual, y con el BCRA obligado a perder reservas, amén de tener que haber tenido que pagar alguna cuenta adicional. Así, el dólar turista subió 2 centavos hasta $163,91, el oficial subió 1 centavo hasta $99,34, el blue cerró sin cambios a $151 y el mayorista subió 4 centavos hasta $93,79, con una dura caída de US$ 188 millones para las reservas del BCRA hasta US$ 40.304 millones. Mientras que el dólar MEP subió 48 centavos hasta $154,30 y el contado con liquidación subió 47 centavos hasta $157,52. Por lo que la brecha entre el dólar oficial y el blue fue del 52% y la del CCL con el mayorista fue del 68%. Y, medidos en pesos, el euro salto 59 centavos hasta $113,12, el real subió 31 centavos hasta $17,77 y la libra bajó 9 centavos hasta $130,30.

Toda la venta de bonos en el mercado, más el desinterés de los inversores, hicieron que los títulos públicos argentinos volvieran a perder terreno ayer, con el riesgo país elevándose en 17 unidades, hasta 1.585 puntos básicos. A pesar de la conversación que tuvo Sergio Massa con un legislador importante de EE.UU. que planteará en el Capitolio la necesidad de ayudar a los países endeudados, por lo menos hasta que se termine el efecto de la pandemia. Que por otra parte ayer también entregó una buena noticia, ya que la cantidad de muertes bajó de 633 a 399, con menos camas de terapia intensiva ocupadas, y con la Universidad de Tres de Febrero emitiendo un estudio en el que dijo que el pico del virus ya fue superado.

Lo concreto es que el virus está aplacando en los países con alta vacunación. Y, con más empleo en EE.UU., la Bolsa de Nueva York tuvo subas del 0,4% al 0,9% en sus índices principales, con buenas subas en Kellogg y Barrick Gold y con bajas duras en Uber y Mercado Libre. Mientras que las bolsas latinoamericanas tuvieron un día tranquilo, con aumentos del 0,3% en la Bolsa de San Pablo y del 1,1% en la de México. Pero con la particularidad distintiva de que la Bolsa Madrid es ahora la que más sube en el mundo, después de que la derecha ganó con una sola palabra como leitmotiv de su líder: "Libertad".

En el mercado bursátil local las cosas no estuvieron tan mal. Con $642 millones operados en acciones y $2.064 millones en Cedears, la Bolsa de Buenos Aires subió 0,5%. Mientras que entre los ADR argentinos que cotizan en Nueva York hubo un muy buen día en Cresud por la suba de los granos y una jornada complicada para Mercado Libre, porque sus últimos resultados no fueron buenos.

Hay por delante tironeos en la Opep y la debilidad del dólar en el foco de todos. Por lo que el petróleo bajó de las alturas de casi tres años, con fuerte suba para los metales preciosos (sobre todo la onza de plata). Y con los metales básicos hirviendo porque hay escasez y mucha demanda. Y los granos, ni hablar: con Lucy, en el cielo con diamantes. Lo único que trastabilló algo fueron las criptomonedas, que están siendo muy vigiladas para que paguen impuestos, por lo que el Bitcoin achicó, con el Litecoin cayendo más, y solo con los que vienen de muy atrás (como el Cardano y el Stellar) todavía firmes.

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