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De local y con hinchada a favor, Guzmán consiguió un empate

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Luis Varela 29 abril de 2021

Por Luis Varela

En un mundo en el que en todas partes se está haciendo equilibrio para ver de qué manera se termina de salir del virus y de la ola gigantesca de liberación de efectivo que la pandemia obligó a arrojar sobre los mercados, el ministro de Economía logró ayer sacar el empate de local y con toda la hinchada a favor.

Hasta el martes la condición no era nada sencilla: los dólares libres se estaban acelerando de manera sostenida, había muestras de cancelaciones de depósitos, salida de inversores de bonos en pesos para pasarse a títulos en dólares bajo ley extranjera, pero ayer con una licitación más cara, pero aceptable, logró apaciguar las aguas y ganar otra semana más de tiempo.

En la pulseada día a día que tiene que ir desarrollando para pagar el cúmulo de vencimiento de una deuda en pesos originada bajo el mandato del propio Alberto Fernández, Martín Guzmán buscaba ayer en otra colocación de letras unos $125.000 millones de pesos en el mercado y 809 oferentes le terminaron prestando $107.672 millones, el 86% de lo que pedía.

Eso sí, por la elección que hicieron los bancos y compañías de seguros, obligados a participar por estar encerrados en el cepo del mercado, la preferencia fue operar muy corto en tasa en pesos más cara o más largo en bonos ajustables por inflación. Del total adjudicado, el 31,4% fue adjudicado en letras CER a un año, el 23,1% en letras a tasa variable más 2,25% a 60 días, el 20,8% en Letras a descuento a dos meses, el 15% en letras a tasa variable más 2,75% a seis meses y el 9,8% en tasas a descuento a dos meses.

Esta composición llegó después de que los participantes de la movida escucharan con mucha atención el discurso que el titular de la Reserva Federal de EE.UU. le dio a Wall Street y al mundo. Jerome Powell hizo que los inversores de todo el planeta agarraran los paraguas y se pusieran el piloto, porque las señales que emitió el mandamás del banco central más poderoso, con más reservas de oro, suponen un resto del año en el que las asistencias de dinero no serán tan livianas como hasta ahora.

Evidentemente, la Fed teme que Wall Street desbarranque de la burbuja en la que se metió luego de un año de emisión sin fin, y por eso Powell avisó -a contramano de lo que dijo en la conferencia de prensa anterior- que no es momento para que se haga una reducción gradual de compra de activos. Pero les dijo a los apostadores en acciones que algunos papeles de la Bolsa de Nueva York están muy valorados (haciendo recordar una frase que dijo uno de sus antecesores en su mismo cargo, Alan Greenspan en 1996, cuando afirmó que los precios de las acciones tenían una "exuberancia irracional".

Pero, además, Powell fue más allá avisó que las dificultades actuales harán que en abril se marque un mes con alta inflación, pese a lo cual por ahora la tasa corta cercana a 0% continuará, porque la Fed cree que la inflación no se mantendrá alta de manera persistente, por lo que por el momento no procederá a subir las tasas cortas. Ante esa afirmación, el precio contado de bonos de EE.UU. subió ayer y, como contrapartida, las tasas largas a vencimiento bajaron: 0,85% anual a 5 años, 1,61% a 10 años y 2,29% a 30 años.

Y como mensaje central de toda su alocución, Powell le envió un mensaje muy claro a China y un cúmulo de empresas que están pensando en emitir todo tipo de criptomonedas. Señaló que "la Fed vigila de cerca lo que pasa con todo el mundo cripto" y aseguró que en el actual contexto de salida de pandemia y con gran emisión el dólar sigue siendo moneda de reserva del mundo.

Sin embargo, ayer mismo, ni bien terminó su conferencia de prensa, los inversores del mundo -que esperaban el aviso de que la tasa corta comenzará a moverse antes de fin de año- se alejaron del dólar, por lo que el billete verde cedió contra las principales monedas. En el exterior, el dólar cayó 2% en Brasil, cedió 0,7% en México, 0,6% en Chile, 0,13% contra la libra y el euro y achicó 0,2% en Japón.

Paradójicamente, así el único lugar del mundo donde el dólar siguió subiendo fue Argentina, donde volvieron a subir los seis dólares de Alberto, aunque en realidad no fue la moneda estadounidense la que subió, sino el peso que siguió bajando, ya que las divisas no dólar subieron más que el billete verde, con devaluación del peso contra el euro, la libra y el real, entre otros.

Ayer, mientras el BCRA mantuvo las tasas quietas (38% las Leliq y 37% los plazos fijos), el dólar turista subió 3 centavos hasta $163,20, el oficial subió 2 centavos hasta $98,91 pesos, el blue saltó $1 hasta $162 y el mayorista subió 11 centavos hasta $93,44. El dólar MEP subió 31 centavos hasta $151,80 y el contado con liquidación subió 5 centavos hasta $155,07. La brecha entre el dólar oficial y el blue trepó hasta el 63,8% y la del CCL con el mayorista saltó hasta el 66%. Y medidos en pesos, el euro subió 47 centavos hasta $113,30, la libra subió 45 centavos hasta $130,25 y el real subió 37 centavos hasta $17,49.

Pero quizás el dato que más decepcionó al mercado surgió de las arcas del propio BCRA. Ya que con las materias primas volando en máximos de entre siete y diez años, con el dólar bajando en toda América Latina, el Banco Central argentino tuvo que gastar buena parte de lo que se está liquidando de la cosecha para que la suba del dólar no fuera tan acelerada como en los días anteriores. Y en un momento en el que debería haber oro hasta el techo, el BCRA sumó ayer apenas US$7 millones a las reservas hasta US$ 40.339 millones.

Frente a eso, la pregunta que se hacían todos era la misma: si en un momento en el que hay oleada de entrada de dólares por la venta de la cosecha estamos así al límite, qué pasará cuando la ola positiva termine. Al respecto, Francisco Mattig de Consultatio fue absolutamente revelador. Dijo: "El viento de cola internacional ayuda a los bonos y permite una baja en el riesgo país en estos días, pero lo que está pasando con el tipo de cambio es una señal de alarma para los inversores. Es clave para los bonos un equilibrio en el mercado de cambios; hoy tenemos un superávit transitorio por liquidación de la cosecha gruesa. Y hay riesgo de que esta situación se de vuelta a partir de julio y a partir de ahí los bonos pueden volver a sufrir. Por todo eso, en este momento es mucho más cuestionado que la tasa de pesos le pueda ganar a la suba del dólar y eso complica aún más al mercado".

En línea con eso, mientras los escribanos confirman que contra el pozo de 2020 hay más negocios y mejores precios con los inmuebles de la CABA y Buenos Aires, aunque 2021 es por ahora el segundo peor año en décadas, los bonos argentinos siguen muy flojos, tanto que ayer se vio debilidad en los bonos en pesos, más fortaleza en los bonos en dólares y como corolario de ese movimiento el riesgo país terminó subiendo 4 puntos hasta 1.546 unidades.

En cuanto a los negocios con acciones, Wall Street no leyó con felicidad las palabras de Powell y sus índices principales terminaron con bajas, nada extraordinarias, del 0,3% promedio. Al tiempo que las bolsas latinoamericanas tampoco están en ebullición: comprenden que la Fed está avisando que la inflación ya molesta, y que hará algo para que los precios en el cielo de las materias primas puedan llegar a aflojar más temprano que tarde. Con eso, la Bolsa de San Pablo pudo subir, pero Chile y México estuvieron para abajo.

La Bolsa de Buenos Aires está en un partido aparte. Ayer, luego de conocerse que hubo 23.718 nuevos contagios y 348 muertes en las últimas 24 horas, sin que se definiera todavía un encierro mayor para mayo (veremos qué se decide este viernes) las acciones pudieron recuperarse desde precios bajísimos, de liquidación. Con $1.040 millones operados en acciones y $2.171 millones en Cedears, la Bolsa de Buenos Aires repuntó 2,2%. Y entre los ADR argentinos que operan en NY se vio mayoría de subas, con un gran aumento para Telecom, que puede llegar a tener mejores tarifas.

Frente a todas esas señales múltiples, los commodities siguen bailando con suerte diversa. El petróleo ganó otro peldaño, consolidando precios de 2018. Los metales, que estaban hirviendo, actuaron apenas sostenidos. Los granos, que eran una fiesta, siguieron con muy buenos datos para el maíz, no tanto para el trigo y la soja. Y los que mejor leyeron cada vocal que salía de la boca de Powell fueron las criptomonedas: la veloz recuperación que se veía desde hace unos días se detuvo. La posición del panel fue mucho más selectiva, con el Ethereum y el Cardano aún sonriendo, pero el Bitcoin detenido.

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