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De héroe a blanco de críticas

Los preocupantes números de Marcelo Gallardo desde que volvió a River

El empate ante Vélez fue otra postal de un equipo atrapado en una crisis deportiva

Gallardo volvió al club en reemplazo de Martín Demichelis y con apoyo popular inmediato
Gallardo volvió al club en reemplazo de Martín Demichelis y con apoyo popular inmediato
17 noviembre de 2025

Marcelo Gallardo volvió a River con la expectativa de reactivar un ciclo exitoso, pero su segunda etapa terminó quedando a años luz de aquella versión implacable que lo llevó a convertirse en el técnico más importante de la historia del club. El 0-0 ante Vélez no fue un simple empate: fue otra postal de un equipo atrapado en una crisis deportiva que lo dejó lejos de la Copa Libertadores 2026, sin títulos y con un desgaste visible en todos los planos.

Cuando asumió en agosto de 2024, River era líder de la Tabla Anual y se esperaba una aceleración del proyecto. Sin embargo, Gallardo dirigió 18 de las 27 fechas restantes y nunca logró meterse de lleno en la pelea. El club terminó entrando a la Libertadores 2025 casi de rebote, gracias a un resultado ajeno en la última jornada. 

En los torneos internacionales, el contraste fue todavía más duro: quedó eliminado contra Atlético Mineiro sin remates al arco, volvió a despedirse en cuartos de final de la Libertadores y sufrió una caída prematura en la primera ronda del Mundial de Clubes. 

A nivel doméstico, el panorama tampoco mejoró: afuera en cuartos del Apertura ante Platense en el Monumental, derrota en la Supercopa Internacional contra un Talleres en crisis, y eliminación en la Copa Argentina frente a Independiente Rivadavia.

Todo ocurre en un contexto particularmente incómodo: River invirtió casi US$ 80 millones en refuerzos desde su regreso, pero el rendimiento colectivo nunca acompañó semejante gasto. La estadística resume la caída: apenas 32 triunfos en 77 partidos, con una racha final alarmante -solo dos victorias en los últimos 12 encuentros y cinco partidos sin convertir en los últimos seis- que terminó de exponer un ciclo atravesado por la irregularidad y la pérdida de identidad.

Gallardo, que volvió al club en reemplazo de Martín Demichelis y con apoyo popular inmediato, no consiguió torcer el rumbo y su segunda etapa continúa sin títulos, un contraste feroz con su primer ciclo.

La tensión también se trasladó a la relación con los hinchas. Tras la eliminación en la Libertadores y después de la derrota en Copa Argentina, el Monumental explotó con el clásico cántico de reprobación. Afuera del estadio, los simpatizantes fueron lapidarios con el entrenador: "Ciclo terminado para Gallardo", "Lo de hoy fue impresentable", "Basta, lo de antes ya pasó".

Voces fuertes del mundo River también marcaron posición. Oscar Ruggeri señaló que "la responsabilidad absoluta es de Gallardo", mientras que Leonardo Astrada ya había advertido sobre el retroceso en la Copa. Para muchos, el aura de invencibilidad del "Muñeco" empieza a resquebrajarse: sus métodos, su conducción y sus decisiones en el mercado de pases quedaron bajo una lupa inédita.

El contraste con su primera etapa es brutal. De 2014 a 2022 obtuvo 14 títulos y un 62,5% de efectividad tras 425 partidos. En este ciclo, en cambio, suma 77 encuentros con 34 victorias, 26 empates y 17 derrotas. Los trofeos nunca llegaron y la sensación de retroceso se volvió persistente.

A eso se suma la estructura deportiva: Gallardo tuvo plena libertad en el mercado de pases y River gastó una cifra millonaria. Germán Pezzella, Fabricio Bustos, Maximiliano Meza y Marcos Acuña costaron más de US$ 10 millones en el primer mes. Luego vinieron Enzo Pérez, Matías Rojas, Giuliano Galoppo, Gonzalo Tapia, Lucas Martínez Quarta, Gonzalo Montiel, Sebastián Driussi y Kevin Castaño, elevando la inversión a más de US$ 30 millones adicionales. En 2025, River gastó solo US$ 14 millones por el colombiano, quien nunca logró asentarse. Ya en la última ventana, el DT impulsó la llegada de Maximiliano Salas (US$ 9,3 millones), Juan Fernando Quintero, Matías Galarza Fonda y Juan Carlos Portillo. El total del ciclo supera los US$ 78 millones, con varios refuerzos discontinuados, rezagados o directamente fuera del club.

Kevin Castaño
Gallardo insistió con la llegada de Castaño para reforzar la mitad de la cancha, la parte más floja del equipo, pero el colombiano nunca terminó de afianzarse.

En cancha, la falta de respuestas se hizo evidente: River cerró la fase de grupos del Torneo Clausura sin poder alcanzar el tercer puesto de la Tabla Anual, quedando cuarto con 53 puntos y en zona de Copa Sudamericana. Para ir a la Libertadores 2026, el equipo tiene solo dos caminos: salir campeón del torneo local o depender de que Rosario Central, Boca o Argentinos Juniors ganen el campeonato para liberar un cupo en el repechaje.

En este contexto deportivo crítico, Gallardo también protagonizó un tenso cruce con un periodista que puso en duda su autoexigencia. La respuesta fue tajante: "¿Vos me conocés a mí? No me vas a decir si soy autoexigente. Eso no te lo voy a permitir". La conferencia de prensa terminó con el DT visiblemente molesto: "Ya dije que no voy a claudicar. El que esté débil para afrontar esta situación, que no esté. Yo voy a seguir insistiendo".

El oriundo de Merlo también respondió sobre las ausencias de Enzo Pérez, Miguel Borja y Paulo Díaz, negando conflictos personales y remarcando que todo se debe a decisiones técnicas. El experimentado mediocampista, por su parte, también desmintió rumores de pelea: "Se especula un montón. Yo respeto todas las decisiones".

River encara ahora los playoffs con urgencias acumuladas. El equipo no tiene regularidad, no tiene confianza y no tiene margen. La tensión es evidente: una temporada sin títulos sería un golpe institucional fuerte, pero un año sin Copa Libertadores sería directamente un terremoto. El propio Gallardo lo sintetizó: "Un partido puede cambiarlo todo". Aunque, por ahora, ninguno cambia nada.

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