Cuando estás en búsqueda laboral y llega el momento de realizar una entrevista, es probable que puedas encontrarte con una pregunta bastante importante en un proceso de selección: ¿cuál es tu remuneración pretendida?
Este interrogante puede ser todo un desafío, ya que necesitas encontrar un equilibrio entre no pedir demasiado y no conformarse con menos de lo que mereces, garantizando así que recibas una oferta justa.
Si bien no existe un número mágico, ya que existen muchos factores por los que se determinan los salarios en cada posición y empresa, hay algunos consejos que pueden ayudar a responder con éxito.
- Investiga el mercado laboral
Antes de la entrevista, es fundamental investigar los salarios promedio para el puesto al que te postulas en tu industria y ubicación. Utiliza sitios web de búsqueda de empleo, encuestas salariales y consulta con colegas de confianza. Plataformas como LinkedIn, Glassdoor, y guías salariales, pueden proporcionarte información valiosa.
- Evalúa tu experiencia y habilidades
Reflexiona sobre tu experiencia laboral, habilidades y logros anteriores. Si cuentas con una sólida trayectoria y habilidades destacadas, es justo aspirar a un salario más alto que alguien con menos experiencia.
- Establece un rango salarial
En lugar de ofrecer una cifra fija, presenta un rango salarial que refleje tus necesidades y expectativas. Por ejemplo, podrías expresar: "Mi salario pretendido está entre [A y B]". Esto no solo demuestra flexibilidad, sino también disposición para negociar.
- Considera tu situación actual
Si ya tiene trabajo, puedes mencionar tu salario actual, pero añadiendo contexto: "Mi salario actual es [A], sin embargo, para este nuevo puesto, con las responsabilidades adicionales, espero un rango entre [X a Y]".
- Incluye beneficios
Despeja la mirada del salario base y contempla el panorama completo. Considera otros beneficios que vayan más allá de los números y que podrían formar parte de tu paquete de compensación, como bonos, vacaciones adicionales, flexibilidad laboral, licencias extendidas, cursos o capacitaciones, obra social, prepaga y otros incentivos relacionados con el trabajo.
- Considera la política de ajuste
Además de evaluar el paquete compensatorio inicial, es fundamental tener en cuenta la política de ajuste salarial. En un contexto como el argentino, en donde las condiciones económicas pueden cambiar rápidamente, es esencial comprender cómo la organización maneja las actualizaciones a lo largo del tiempo.
Durante la negociación, es clave preguntar sobre la frecuencia y los criterios para los aumentos salariales, así como la posibilidad de indexar los beneficios ofrecidos. Recuerda considerar no solo la remuneración inicial, sino también la consistencia y rapidez con la que la empresa realiza ajustes. Por ejemplo, aunque la propuesta ofrecida puede ser competitiva en el mercado y tentadora en el momento, es esencial entender cómo y con qué regularidad se llevan a cabo para evaluar la posibilidad de no perder poder adquisitivo frente a la inflación. Al conocer la política que lleva adelante la compañía, podrás tomar decisiones informadas y asegurar un futuro laboral financieramente estable.
- Sé honesto
Es crucial establecer límites claros en los que no estás dispuesto a ceder. Si tienes una cifra específica en mente, comunícala de manera honesta y explica las razones detrás de esa elección.
- Un punto determinante
La respuesta juega un papel clave en el proceso de selección, dado que los reclutadores evalúan si tus expectativas salariales se alinean con el presupuesto de la organización y si reflejan adecuadamente tu valor en términos de habilidades y experiencia.
Recuerda siempre evaluar la propuesta en su totalidad, considerando las oportunidades que la nueva posición brindará a tu carrera profesional, la remuneración y ajustes salariales, el paquete de beneficio, jornada laboral, modalidad (presencial, híbrida, remoto) y si te sientes identificado con la cultura de la empresa.
Por todo esto, se puede decir que la respuesta a la pregunta sobre la remuneración pretendida no solo es una cifra, sino más bien una declaración de tu valor como trabajador y una estrategia de negociación.
Al prepararte antes de la entrevista y teniendo en cuenta lo que es importante para ti, podrás dar una respuesta con confianza y lograr obtener un acuerdo justo y avanzar en tu carrera profesional.