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Más virus: los títulos siguen flojos y el dólar se despierta

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Luis Varela 23 abril de 2021

Por Luis Varela

Si alguien había imaginado que el año 2020 iba a ser por lejos el peor año de la historia argentina, empieza a verse que los desafíos de este 2021 pueden llevarnos a una situación todavía más complicada. Sin tregua, y con baja vacunación en comparación con nuestros países vecinos, el Covid atravesó ayer al país con la mayor cantidad de muertes para un solo día en lo que va de la pandemia: 537.

Esta difícil situación plantea la posibilidad de que las restricciones determinadas por el Gobierno Nacional (enfrascado en una pelea política con la oposición, encarnada en el gobierno de la CABA) no terminarán dentro de una semana, tal como se planteó cuando empezaron los grandes contagios, sino que deberán ir más allá, ya que ayer hubo 27.216 nuevos contagios detectados y con eso todos los recursos judiciales para mantener aperturas parciales parecen entrar en un embudo sin salida.

Esta tremenda enfermedad, que sigue dejando a miles de comercios fuera de juego, empieza a mostrar que el rebote que iba a tener la economía de este año puede llegar a venir mucho más apagado que lo que venía imaginando. De hecho, el Indec informó ayer que el estimador mensual de actividad económica cayó 1% en febrero y está 2,6% por debajo del mismo nivel de hace un año, cuando recién empezaban a aparecer algunos primeros contagios.

Con esta notable dificultad, que precisa un piloto de tormentas excepcional, encuentra al país encerrado en 14 cepos sucesivos, que complica por completo el comercio internacional, con un marco de gran presión impositiva y con un nivel de confianza bajísimo en ahorristas, inversores y empresarios, por lo que el desarrollo de nuevos negocios y el crecimiento de nuevos empleos se insinúa como algo prácticamente imposible.

El Gobierno, enfocado en el incendio en el virus, pero con el centro de la mirada puesta en la elección de noviembre (ayer se acordó con la oposición que habrá postergación de un mes tanto para las PASO como para las generales, que se harán ahora en septiembre y noviembre), sigue trabando la actividad de las compañías, por lo que hay gremios presionando y trabando, dificultades en el abastecimiento y una presión alcista en los precios.

Con esto, también según el Indec, la imparable suba de los precios hace que la canasta básica haya aumentado otro 5% en marzo (más que la inflación), por lo que una familia tipo necesitó más de $ 60.800 para no ser pobre (con un encarecimiento del 45% en un año), mientras que también una familia tipo necesita al menos $25.685 para no ser indigente (cuando el salario mínimo está $4.000 por debajo de esa cifra).

Frente a esa radiografía lacerante, ayer hubo un cúmulo de novedades en el mundo de los negocios, con un gran viento de cola internacional, ya que los granos volvieron a subir a un nuevo récord de 7 años, pese a lo cual otro dato del Indec reveló que la actual inflación en dólares nos está complicando seriamente en otro flanco: hubo suba de exportaciones en marzo pero subieron más las importaciones, por lo que el superávit comercial se achicó a apenas US$ 400 millones.

Con una inflación crucero que está por arriba del 4% mensual y con plazos fijos que pagan 2,7% cada 30 días, está empezando a verse un lento goteo de depósitos, con ahorristas que lentamente se van pasando nuevamente al dólar. Por eso ayer, mientras el Gobierno sigue intentando usar al dólar oficial como ancla contra la inflación, los dólares financieros libres volvieron a subir y el dólar blue, que venía anestesiado, está empezando a despertarse.

La jornada vino rodeada también con innumerables novedades internacionales, como la tensión de Rusia con Alemania, Chequia y EE.UU. Con la convocatoria de Joe Biden para acelerar la estrategia para encarar la crisis climática, y anunciando una batería de nuevos impuestos que otra vez volvió a darle una pequeña estocada a la Bolsa de Nueva York, que retrocedió a pesar de los estímulos, con un dólar global que se movió mixto contra las principales monedas del mundo.

El dólar subió 1,2% en Chile, avanzó 0,6% contra la libra y suba del 0,2% contra el euro y el mexicano; cedió 0,1% contra el yen y achicó 2,2% contra el real. Mientras que en Argentina los dólares oficiales viajan en cámara lenta, pero el resto se despereza. Hubo suba de 5 centavos para el dólar turista hasta $162,76, suba de 3 centavos para el oficial hasta $98,64 y salto de $3 para el blue hasta $147. Se anotó una suba de 4 centavos para el dólar mayorista, hasta $93,07, con el BCRA sumando US$ 34 millones a las reservas y ahora acumula US$ 40.220 millones. Pero con suba de 11 centavos para el dólar MEP hasta $146,01 y con alza de 64 centavos para el contado con liquidación hasta $153,90 (que registró otra vez su mayor precio de los últimos seis meses, desde la corrida de octubre). Con todo eso, la brecha entre el dólar oficial y el blue subió al 49% y la del CCL con el mayorista saltó hasta el 65,4%. Y, medidos en pesos, el real subió 39 centavos hasta $17,08, el euro bajó 3 centavos hasta $111,83 y la libra cedió 64 centavos hasta $128,81.

Con ese resultado en las monedas, mientras las tasas de los bonos de EE.UU. permanecen quietas (0,8% anual a 5 años, 1,54% a 10 años y 2,23% a 30 años), los bonos argentinos volvieron a debilitarse apenas, por lo que la tasa a 10 años de un bono local está en el 21,5% anual (14 veces más alta que la norteamericana), por lo que el riesgo país volvió a mantenerse en las alturas: cedió 5 unidades, hasta 1.594 puntos básicos.

Además de los granos, hubo otra noticia auspiciosa: los escribanos de la provincia de Buenos Aires informaron que el nivel de operaciones de marzo saltó 66% contra febrero y 122% contra marzo del año pasado y que, gracias a esa mayor actividad, el precio en dólares de esas propiedades escrituradas tuvo un repuntes del 3%, por lo que la caída a lo largo de los últimos doce meses se recortó hasta el 12,5%.

Pero la soja y los inmuebles no alcanzaron para que las sonrisas volvieran a la Bolsa de Buenos Aires. El foro de Wall Street marcó un día negativo, con todos sus índices principales achicando 0,9%, y con las bolsas latinoamericanas operando mixtas (San Pablo bajó 0,4% y México subió 0,5%). Pero la Bolsa porteña siguió seca, sin volumen y con precios ciertamente apagados.

Con $593 millones operados en acciones y $2.030 millones en Cedears, bajó otro 1%. Y la mayoría de los ADR argentinos que cotizan en Nueva York también tuvieron bajas: hubo algún repunte en IRSA Propiedades, pero se anotaron bajas de hasta el 2,6% en casi todas las compañías, con el peor desempeño en YPF y Banco Francés.

Con todos esos movimientos, las commodities tuvieron un día ultra selectivo. El petróleo logró recuperar valor (pese a los anuncios de Toyota sobre autos a hidrógeno, ni siquiera litio). Todos los metales, tanto preciosos como básicos estuvieron para abajo. Lo mejor del día estuvo en los granos, que mostraron un verdadero salto para el trigo y el maíz en Chicago, no tanto para la soja, y con también un buen día en Rosario. Y lo peor de todo el espectro volvió a alterar los nervios de los millennials: el Bitcoin se resbaló otro 4%, ya está 20% abajo del récord de hace ocho días, regresando a valores de hace dos meses.

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