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Fin de la era Google

Google no desaparecerá y seguirá siendo un Goliat digital, pero su capacidad para establecer y controlar la agenda del futuro de la industria tecnológica está disminuyendo.

Las demandas por monopolios tecnológicos suelen acabar en tecnicismos más que en dramas, pero también pueden impulsar a la industria a evolucionar
Las demandas por monopolios tecnológicos suelen acabar en tecnicismos más que en dramas, pero también pueden impulsar a la industria a evolucionar
07 agosto de 2024

La histórica decisión de un juez federal de EE.UU. este lunes que declaró a Google un monopolio es la señal más fuerte hasta el momento de que la era Google en Internet ha llegado a su fin.

Luchar contra una demanda antimonopolio siempre requiere dinero y tiempo, pero lo que es más importante, es una distracción tanto para los ejecutivos como para los empleados.

  • Perder un juicio antimonopolio conlleva la posibilidad de que se impongan nuevas restricciones a la libertad de acción de una empresa, con la perspectiva de que los tribunales impongan normas y de que haya que sumar abogados al proceso de desarrollo de productos.

La histórica demanda antimonopolio que el Departamento de Justicia de EE.UU. presentó contra Microsoft en 1998 distrajo a la empresa y la frenó en su intento de dominar Internet, que estaba en rápido crecimiento, tal como lo había hecho en la era de la informática personal. Google se fundó ese mismo año.

Esta vez, Google es el líder de la industria, AI es la nueva plataforma y empresas emergentes como OpenAI están compitiendo por tomar la iniciativa.

El progreso en tecnología siempre ha dependido de este ciclo de empresas emergentes que desafían a las tradicionales y terminan convirtiéndose en la nueva fuerza dominante.

Pero durante la última década, este proceso ha parecido congelado, sin esperanzas de que nuevos actores desafíen a los cinco gigantes de la gran tecnología : Google, Apple, Microsoft, Amazon y Meta.

La IA funciona con datos , y datos son lo que Google ha pasado el último cuarto de siglo acumulando, lo que le da a la empresa un poder enorme y persistente que no teme ejercer.

La decisión del juez Amit Mehta se centra en el uso que hace Google de su influencia en el mercado de búsquedas para dejar de lado a sus competidores, lo que significa que las sanciones que impondrá probablemente se centrarán en esa parte de su negocio.

  • Aun así, un conjunto creativo de recursos judiciales también podría limitar la capacidad de Google de sacar provecho de los datos de sus usuarios de búsqueda, o incluso encontrar formas de exigir a la empresa que abra su repositorio de datos a sus rivales.

Google ha dicho que apelará el fallo, y es bastante común que decisiones antimonopolio complejas como ésta sean revocadas, como lo fue gran parte del juicio contra Microsoft hace 20 años.

Mientras tanto, en una segunda fase del juicio, el juez decidirá qué tipo de remedio imponer a Google, que podría ir desde reglas limitadas que rijan su conducta hasta un esfuerzo amplio para dividir la empresa.

  • Una segunda gran demanda antimonopolio contra Google, que abarca su enorme negocio de tecnología publicitaria, irá a juicio a finales del 2024.

Las demandas por monopolios tecnológicos suelen acabar en tecnicismos más que en dramas, pero también pueden impulsar a la industria a evolucionar de nuevas maneras.

La decisión del lunes está bien posicionada para sumar fuerza legal y profundidad política a las corrientes disruptivas que la IA ya ha desatado. Eso podría ser suficiente para abrir un mercado de búsquedas que ha estado estancado durante mucho tiempo.

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