Una selección especial con las mejores series y películas, que incluye también estrenos en salas de cine.
Estas son las series y películas para ver en el fin de semana en Max, Netflix, Prime Video y Apple TV.
1. Serie para ver en Max: Máxima
La plataforma ha lanzado el primero de los seis episodios de la serie (la irá completando a raíz de uno por semana) y el resultado es por demás halagüeño.
Maxima Zorreguieta era una aventajada graduada en Economía que trabajaba para el banco HSBC en Nueva York cuando conoció al príncipe Guillermo de los Países Bajos en 1998. Se hallaba en España, invitada por una amiga a la Feria de Sevilla. En principio, el noble muchacho la confundió con una paparazi, ya que Máxima se hacía cargo de tomar las fotos en una fiesta, a pedido de la anfitriona.
Hay química entre ellos y Guillermo inicia el cortejo. Tendrán encuentros románticos en Nueva York. La dama colaborará tomando la iniciativa la primera noche de amor. Se hará la visita de rigor a los padres del príncipe.
Como no podía ser de otra manera en este cuento de hadas moderno, Máxima deslumbrará a la pareja real. La reina la someterá a un intenso escrutinio en los jardines siempre verdes de su residencia. Pese a ser impetuosamente argentina, Máxima ha sido educada para saber cómo ubicarse. Pero...
Hay un obstáculo. El padre de Máxima fue un civil que fue secretario de Agricultura y Ganadería entre 1979 y 1981, durante la última dictadura cívico-militar. La profunda conciencia democrática de la realeza de los Países Bajos puede tolerar que la muchacha tenga una religión distinta a la del heredero al trono, aún que no hable el holandés, pero no puede dejar pasar esa mancha en el pasado de su progenitor.
Con ese gancho concluye este primer episodio.
El mayor logro del guion -basado en una biografía no autorizada de Máxima- radica en hacer de carne y hueso a personajes que suelen tapizar las páginas de la revista Hola. Y gracias a sus intérpretes, Delfina Chávez y Martijn Lakemeier, que los dotan de una sensualidad a flor de piel, esos personajes tan insulsos como el helado de vainilla toman color y temperatura.
La producción holandesa no ha escatimado en gastos: la serie está muy bien vestida en todos los rubros. La narrativa es ágil y está condimentada por aderezos ficcionales que contribuyen a hacer más simpáticos a los personajes: resulta imposible en la realidad que, para lograr intimidad, la pragmática Máxima logre liberarse de la custodia permanente que tiene su futuro esposo.
Pero lo mejor de Máxima es Delfina Chávez, que habita con soltura un papel por demás codiciado por las actrices de su generación.
Recomendada.
2. Película para ver en Prime Video: Un actor malo
Sandra Navarro (Fiona Palomo) y Daniel Zavala (Alfonso Dosal) son actores profesionales que están filmando una película con un director prestigioso. Se llevan bien entre ellos, charlan sobre su oficio, bromean, departen sobre el bebe que él ha tenido recientemente con su esposa. Tienen que interpretar una escena de cama, frente al director y asistentes. Ahí, sucede lo inesperado.
¿Qué ocurrió bajo las sábanas?
Este excelente film mexicano, que no escatima escenas de profunda tensión, trata sobre el tema del consentimiento que habilita relaciones sexuales, los viejos estereotipos culturales que aún perviven y las formas en que se dirimen cuestiones relativas al #MeToo en las sociedades actuales, atravesadas por las redes sociales.
Sandra llora; Daniel se encierra en su camerino. Toman cartas en el asunto abogados contratados de apuro para el caso; se apersonan en el estudio de filmación.
Ella dice que fue violada; él, dice que nada sucedió. La cámara registró la escena, pero, otra vez, ¿qué sucedió bajo las sábanas?
El guion reserva el tercer acto a la justicia popular, con un final antológico que recuerda el de Como plaga de langosta (John Schlesinger, 1974), en clave realista, pero con el mismo tono de pesadilla.
Dirigida por José Cuchi, con interpretaciones contundentes tanto de Palomo y Dosal como de los actores secundarios, es un excelente exponente de una cinematografía hoy casi desconocida, y de visión imprescindible para los amantes del buen cine, cualesquiera sean sus posturas ideológicas en torno al tema.
3. Serie para ver en Apple Tv: Materia oscura
Los afectos a la ciencia ficción estarán de parabienes con esta serie de 9 episodios, que trata cuestiones de física cuántica y del multiverso sin abundar en largas parrafadas pseudocientíficas, propias del género.
Una noche, el profesor de física, Jason Dessen (Joel Edgerton), concurre a un bar para festejar el éxito de su viejo amigo y colaborador, Ryan (Jimmi Simpson), a instancias de su esposa, Dangela Vargas (Jennifer Connelly).
Ryan acaba de ganar el afamado premio Pravia y, en algún punto, Jason cree que es gracias a los aportes que él hizo a sus teorías.
De regreso a su casa, medio ebrio, Jason es abducido. Despierta en un hospital y, por el reconocimiento ajeno, se da cuenta que es un científico importante que ha creado su propia empresa gracias a los aportes del premio Pavia que ganó hace más de una década.
Va a su casa en busca de su mujer y su hijo y descubre que no existen, topándose en su lugar con Amanda Lucas (Alice Braga). A su debido tiempo, aparecerán Dangela y Ryan, pero en roles totalmente distintos a los que tenían en el otro universo.
De ahí en más Jason tratará de develar, no sólo quién es él verdaderamente, sino a cuál universo pertenece, aquel en que era moderadamente feliz junto a su mujer e hijo pese a su falta de méritos profesionales, o éste en donde ha triunfado hasta donde se puede en una carrera científica, pero experimenta el malestar de haber construido una vida solitaria.
El suspenso está asegurado, la tensión es creciente. Si el espectador tolera ciertas repeticiones típicas de este tipo de relatos en donde el protagonista es un doble de sí mismo, se verá recompensado por la solidez interpretativa de Edgerton y la belleza madura de Connoly. El nivel de producción es elevado, así como sofisticados son los efectos especiales.
Recomendada.
4. Miniserie para ver en Netflix: El caso Laci Peterson: El marido perfecto
Todo parecía armonioso entre Laci y Scott Peterson. Estaban cercanos al nacimiento de su primer hijo, tras años de matrimonio. La víspera de Nochebuena del año 2002, Scott denuncia la desaparición de su esposa. Él se fue a pescar y al regresar a casa, no la encontró.
Hoy día, Scott cumple su condena a prisión perpetua por el homicidio de Laci. Sigue declarándose inocente.
La miniserie de 3 episodios se remonta a la investigación policial y -al abundante material periodístico de la época-, le suma los puntos de vista actuales de los familiares de Laci y sus amigas, al igual que el testimonio de la hermana de Scott, que parece haber vivido en una realidad alternativa.
El caso conmocionó a los Estados Unidos; la cobertura periodística desbordó la localidad cercana a San Francisco y se convirtió en tema de debate nacional. ¿Era Scott el asesino de su esposa y del niño por nacer?
Pese a haber colaborado con la policía desde un primer momento, Scott entró en contradicción en algunos detalles de sus diversos testimonios. Unas compras recientes también apuntaban en su contra. Pero su suerte cambió definitivamente cuando la policía recogió el testimonio de Amber Frey, una masajista, madre de una niña, con la que Scott había trabado relación en los últimos meses sin decirle que estaba casado.
Scott aparentaba ser el mejor de los maridos, de los yernos, de los hermanos. Daba la sensación ante cámaras de ser el típico muchacho estadounidense: bonachón, franco, honesto.
¿Podía esconderse detrás de esa fachada un verdadero psicópata?
El caso es emocionante, y la dirección de Skye Borgman tiene la virtud de dosificar la información creando misterios que prontamente son develados. La narración es ligera y atrayente.
La simpatía de Laci desborda las fotos y registros fílmicos. ¡Ella ansiaba tanto a ese hijo! Quizás Bob no lo deseara tanto...
Imperdible.
5. Película para ver en Max: El príncipe de las mareas
Apenas cumplidas las tres décadas de su estreno, Max repone uno de los grandes melodramas hollywoodenses en donde, gracias a la industriosa labor de una psicoanalista, una familia sureña -que guardaba tremendos secretos que derivaban en conductas autodestructivas de sus miembros- puede lograr cierto nivel de estabilidad emocional.
Tom Wingo (Nick Nolte) es un entrenador de béisbol y profesor de literatura desempleado, que cree muy poco en sí mismo y agrede con sarcasmos a su esposa (Blythe Danner) y a sus tres hijitas. Recibe un llamado desde Nueva York para que colabore con la recuperación de su hermana (Melinda Dillon), una poeta que atraviesa las consecuencias de uno de sus intentos de suicidio y se encuentra en coma.
Quien lo llama es la doctora Susan Lowenstein (Barbra Streisand) que, indagando a Tom sobre los antecedentes de la hermana, logra que este hombre se abra y exponga el trauma que abatió a parte de la familia.
El film tuvo un notable éxito de taquilla y fue nominado en 7 categorías para el Oscar, incluyendo mejor película y actor. Se inserta en la tradición que cree en los poderes de la técnica psicoanalítica freudiana para liberar al padeciente de sus pesares y tener una mejor adaptación a su realidad. Dignos antecedentes son Las tres caras de Eva (1957), Sybil (1976) y Gente como Uno (1980), eslabones de una cadena que inauguraron Alfred Hitchcock en Cuéntame tu vida (1945) y John Huston en su prohibido documental Hágase la luz (1946).
Barbra Streisand, uno de los mayores fenómenos del mundo del espectáculo estadounidense, triunfante en el campo de la canción, de la televisión, del teatro, fue la estrella cinematográfica femenina más taquillera de la década de los 70.
El príncipe de las mareas - basado en una caudalosa novela de Pat Conroy-fue su segundo largometraje; el primero fue Yentl, un musical con sabor europeo que se puede ver en Prime Video.
En esta ocasión, el logro mayor de Streisand es haber conseguido excelentes actuaciones de su elenco y el haber plasmado un relato en donde la emoción corre rauda y en estado crudo. Transforma a Nolte -un hombrón de 1,85 ya en sus 40 años- en un adolescente irascible, le tiñe el pelo de rubio como en la época en que se hizo famoso (con la miniserie Hombre rico, hombre pobre), y trabaja en contra de su imagen cinematográfica de hombre duro originando uno de los retratos de la masculinidad vulnerada más potentes que se recuerde.
La secuencia en que se devela el secreto en que se inmoló la sanidad mental de la familia, que transcurre en el consultorio de la doctora Lowenstein, exhibe la perdida de compostura del varón con tal gama de matices que logra la absoluta empatía de la platea, pese a que resulte difícil de soportar lo que ha sucedido en ese pasado.
La banda de sonido compuesta por James Newton Howard ha sido utilizada posteriormente en decenas de telenovelas como música incidental, y es otra herramienta poderosa que la directora tuvo en su haber para potenciar el voltaje emocional.
Digamos que, después de tanto sufrimiento, Tom Wingo se reconcilia con su verdadera esencia y florece, provocando una onda expansiva que hace que todo se revitalice a su alrededor.
Así y todo, el desenlace es agridulce...
Muy recomendada.
