Después de que el oficialismo afianzara su posición en la Cámara de Diputados, sufrió una doble derrota, por amplia mayoría, en el Senado.
En una sesión maratónica que se extendió hasta las primeras horas de este viernes, la oposición aprobó la Ley de Financiamiento Universitario y volteó el DNU 656/2024 con el que el Gobierno nacional otorgó 100 mil millones de pesos a la SIDE.
En tanto, LLA anotó un fugaz triunfo con la aprobación de la Boleta Única de Papel (BUP), proyecto que tuvo modificaciones y regresará a Diputados.
Lo cierto es que el oficialismo aspiraba a una reforma electoral mucho más ambiciosa que incluyera, entre otras cuestiones, la eliminación de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). Pero dado que los tiempos son ajustados porque no se debaten cambios en las reglas de juego en años electorales, la incorporación de la BUP pareciera ser la única modificación de cara a las legislativas del 2025.
Unidad y fugas
En el último tiempo, el presidente Javier Milei se involucró personalmente en las negociaciones con los legisladores dialoguistas que podrían estar más cerca de La Libertad Avanza. Esa estrategia le funcionó en Diputados, pero no así en el Senado.
La disciplina parlamentaria pareciera ser una difícil tarea para los bloques del Congreso que aún no definen una posición sólida frente al Gobierno.
Sucede que, mientras que en la Cámara baja el PRO logró mantener la unidad y acompañar las decisiones de La Libertad Avanza, hubo divisiones internas en el recinto del Senado. Y la situación inversa se dio para la Unión Cívica Radical, que alcanzó la homogeneidad en la Cámara alta, pero tuvo fugas en Diputados.
Financiamiento universitario
Después de que el Gobierno lograra blindar el veto al aumento de los jubilados, el Congreso redobló la apuesta y le dio impulso a otra iniciativa opositora: la Ley de Financiamiento Universitario que terminó aprobada por una contundente mayoría opositora. Fueron 57 votos a favor contra sólo 10 en contra y una abstención.
La norma implicaría para este año un costo fiscal de 0,14% del PBI, equivalente a $738.595 millones, según un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso.
La ley fue sancionada por un mosaico de fuerzas políticas de la oposición en la que confluyeron kirchneristas, radicales, fuerzas provinciales y otros bloques menores. El débil rechazo a la iniciativa fue aportado por siete libertarios y tres senadores de PRO, bancada que votó dividida.
Se trata de Guadalupe Tagliaferri; el jefe de la bancada, Luis Juez, y la tucumana Beatriz Ávila. En tanto, se abstuvo la pampeana Victoria Huala. Otros tres lo hicieron en contra: Carmen Álvarez Rivero, Martín Goerling y Alfredo De Ángeli.
Veto total
El Presidente ya anunció que vetará la Ley de Financiamiento Universitario aprobada en el Senado. "VETO TOTAL", publicó el primer mandatario en su cuenta de X.
La decisión fue tomada por la mañana, en una reunión que Milei mantuvo en Casa Rosada junto a sus principales colaboradores. De proceder de esa manera, el oficialismo quedará a merced de otra masiva movilización como sucedió a principios de abril.
El primer mandatario confía en tener el respaldo de 90 diputados para sostener el veto si el Congreso quiere revisarlo. Se trata de los legisladores con los que el Ejecutivo acordó y logró mantener el rechazo a la reforma jubilatoria en la Cámara baja.
La Casa Rosada busca mantener la alianza con el PRO, MID, Independencia (Tucumán) y con los cinco diputados radicales que se reunieron el martes con Milei y luego acompañaron el veto: Martín Arjol, Luis Picat, José Federico Tournier, Mariano Campero y Pablo Cervi.
Primer DNU caído
Por otra parte, el Senado también rechazó por una amplia mayoría de 49 votos el DNU de la SIDE, mientras que 11 senadores dieron el positivo y hubo 2 abstenciones.
Hay tres del PRO que se sumaron a la desactivación de la norma: la porteña Guadalupe Tagliaferri, la pampeana Victoria Huala y el entrerriano Alfredo De Ángeli.
El aterrizaje de este debate en el recinto fue dificultoso. El miércoles, la UCR primero dio un guiño a favor de posponer la discusión para la semana próxima. No obstante, una nueva reunión del centenario partido, durante el mediodía de ayer, revirtió esa postura. Finalmente, el radicalismo unió fuerzas para sumar 13 votos a favor de la caída del DNU.
Es la primera vez en la historia que el Congreso rechaza un Decreto de Necesidad y Urgencia desde la reforma constitucional de 1994.
