"Hablo por todas estas mujeres que están drogadas y que no lo saben, lo hago en nombre de todas estas mujeres que quizás nunca lo sabrán [...], para que ninguna mujer más tenga que soportar la sumisión "química", confesó Gisèle Pelicot, la mujer que fue violada por más de 80 hombres con el consentimiento de su esposo.
El 2 de septiembre comenzó el juicio por los crímenes cometidos por Dominique Pelicot, de 71 años, y de otros cincuenta acusados de entre 26 y 74 años, quienes abusaron de la mujer mientras ella estaba inconsciente producto de la combinación del lorazepam y zolpidem, dos medicamentos con efectos hipnóticos y ansiolíticos.
El 12 de septiembre de 2020, en un supermercado de la cadena Leclerc de Carpentras, en Vaucluse, Francia, la seguridad del establecimiento notó que había un hombre que estaba grabando con un celular por debajo de las faldas de las clientas. Dominique Pélicot, que en ese entonces tenía 67 años, fue arrestado por la policía y quedó bajo custodia. Gracias a que confiscaron su teléfono antes de que borrara los videos, descubrieron que tenía una carpeta titulada "abusos" en la que habían 128 archivos de prueba -algunos de hasta 6 horas de duración- que constataban lo sucedido. Fue de esta manera que se pudo localizar a la mayoría de los sospechosos.
Desde 2011 hasta 2020, Dominique reclutó a más de 80 hombres de Mazan y zonas aledañas para que acudieran a su casa y violaran a su esposa. Los hombres, a quienes contactaba a través de la plataforma Cocco.gg, recibían las siguientes instrucciones: debían dejar el auto a cierta distancia para no levantar sospechas, esperar una hora a que las drogas que le suministraba a Gisèle hicieran efecto, desvestirse en la cocina y calentar sus manos con agua caliente o en el radiador. También había prohibiciones, algunas de ellas eran que no se podía fumar tabaco ni usar perfume porque las sustancias podían levantar a la mujer. Por otra parte, tampoco tenían que pagar por participar y el uso del preservativo no era obligatorio; de este modo se supo que la mujer contrajo cuatro enfermedades de transmisión sexual. Mientras algunos la violaron en una sola oportunidad, otros confesaron haberlo hecho al menos seis veces en solo una ocasión, mientras su esposo se encargaba de realizar fotografías y videos.
Los antecedentes
Gisèle y Dominique estuvieron casados durante cincuenta años y eran padres de tres hijos. Ambos llevaban una vida "clásica" al igual que la mayoría de los matrimonios, y cuando ambos se jubilaron se mudaron a una casa en Mazan, un pequeño pueblo al sur de Francia de seis mil habitantes. Cuando la mujer se enteró de lo sucedido se fue de su casa con dos valijas: "Todo lo que quedaba de nuestros 50 años de vida en común. Ya no sé quien soy (...) no sé si algún día podré recuperarme", declaró Pelicot.
A pesar de que en el juicio declaró que su expareja era "un hombre maravilloso" y que eran una pareja unida, señaló distintos comportamientos que podrían explicar su accionar. Algunos de ellos eran que él evitaba mirarla a los ojos durante los momentos íntimos, le sacaba fotos sin su consentimiento cuando estaba bañándose o en la pileta, y además, le había propuesto ir a un club de swingers. "Hoy me doy cuenta de todo eso en retrospectiva", confesó la mujer de 72 años.
Por parte de él, se supo que a los 9 años presenció una violación en su entorno familiar, además de que fue abusado sexualmente por sus compañeros de trabajo de obra.
El juicio
La sentencia, que comenzó el 2 de septiembre, se extenderá hasta diciembre y se espera que sea un largo juicio. Los acusados se enfrentan a penas de hasta 20 años de prisión.
La demandante pidió que el proceso judicial sea público porque quiere que todos conozcan los detalles y que la vergüenza "cambie de bando". Es por esta razón que sí se pueden difundir imágenes de la víctima durante el juicio, pero no de los acusados. Estas solo podrán ser vistas una vez que finalice el caso y siempre que se tenga el acuerdo y el respeto de los derechos de las partes, de acuerdo al decreto de aplicación del artículo 1 de la Ley de Confianza en la Institución Judicial. Por el momento, lo único que puede ser difundido son los bocetos realizados por dibujantes en la sala del tribunal.
Por otro lado, a pesar de que se sí pueden difundir los nombres de los acusados ya que Gisèle decidió que el juicio sea a puertas abiertas, los medios no pueden calificarlos legalmente como "violadores" por el principio de presunción de inocencia.
Solo tres de los hombres acusados reconocieron los hechos y le pidieron disculpas a la víctima, pero con una importante salvedad: ellos asumieron que era un juego sexual consentido porque no sabían que la mujer había sido drogada contra su voluntad. El fin de esta estrategia es minimizar las penas ya que la ley de Francia requiere demostrar la intención del culpable, por lo que si la persona fue engañada se considera que no hubo agresión alguna.
Sin embargo, Gisèle Pelicot se opuso a este testimonio: "Estos hombres entraron a mi casa y respetaron el protocolo impuesto. Nadie los obligaba con una pistola en la cabeza mientras me violaban; lo hicieron con plena conciencia. ¿Por qué no fueron a la policía? Incluso una llamada anónima podría haberme salvado la vida". "Me veían como una muñeca de trapo, como una bolsa de basura", confesó la víctima.
Laurent Layet, uno de los psiquiatras llamados al estrado, dijo que los crímenes más extraordinarios los comenten personas comunes y corrientes: "Existe la idea de que si cometemos actos locos, estamos locos. Sin embargo, la mayoría de los actos locos no los cometen locos".
¿Cómo sigue el caso? Desde el jueves pasado el juicio ha sido suspendido por decisión de Roger Arata, presidente del tribunal penal de Vaucluse en Aviñón, por la ausencia de Dominique Pelicot quien fue hospitalizado el martes pasado por dolor intestinal e infección urinaria.
En la próxima audiencia tras su regreso será interrogado sobre Jean-Pierre M., a quien tenía identificado en sus contactos cómo "Rasmus". Se cree que este hombre realizó el mismo modus operandi con su esposa y que Pelicot acudió al menos cinco veces a su domicilio: incluso una vez la víctima se despertó mientras abusaban de ella y se encontró a Pelicot con los pantalones bajos. En ese momento, Rasmus le dijo que había ido para hacerle fotos en ropa interior.
Qué es COCO.gg, la plataforma que usaba Dominique Pellicot y que fue cerrada
Pelicot contactaba a los hombres a través de Coco.gg, una plataforma de mensajería que fue creada en el 2003, y en la que se difundia desde pornografía infantil hasta asesinatos.
En el juicio, un experto informático aclaró que en el sitio web los usuarios aparecen distinguidos por tres colores: azul para los chicos, rosa para las chicas y parejas homosexuales; y negro para las personas neutras. Allí cualquier persona podía escribir bajo cualquier seudónimo y todo era visible, salvo que se creen chats privados, los cuales solo pueden ser diseñados para aquellos que pagaban una membresía mensual de cuatro euros.
Según los investigadores policiales, luego de contactar a los hombres en estos grupos privados, Dominique eliminaba el historial con otra aplicación y trasladaba la conversación a Skype. El experto informático declaró, además, que Pelicot fue expulsado numerosas veces del sitio web.
El 25 de junio de 2024, gracias a una operación internacional entre diversos países europeos, se ordenó el cierre de la plataforma por denuncias que abarcan delitos como transacciones ilícitas, delincuencia infantil, blanqueo de capitales agravado y asociación delictuosa. Asimismo, el creador de la plataforma, Isaac Steidel, fue arrestado en Bulgaria, al igual que tres de sus familiares que fueron detenidos en Francia por estar involucrados en el manejo de la plataforma.
