El gobernador Axel Kicillof propone reactivar en la provincia de Buenos Aires, una nueva versión (no tan original) de la Ley de Góndolas. Este intento de regulación busca establecer reglas en la exhibición de productos en supermercados para fomentar la competencia justa y proteger a las pequeñas y medianas empresas (PyME).
Como un chicle que se pega a la suela del zapato, el proyecto incluye multas y clausuras para aquellos comerciantes que no cumplan con las normativas.
Según su redacción, el proyecto de Ley de Góndolas bonaerense, enviada a la Legislatura provincial, busca fortalecer a las PyME y garantizar una competencia igualitaria -no equitativa- con las grandes empresas, y, según el proyecto, mitigar los efectos de la inflación, como si no fuera un fenómeno monetario.
Al igual que la ley nacional anterior de Alberto Fernández, la iniciativa bonaerense pretende regular la exhibición de productos en las góndolas físicas y virtuales de los supermercados. Como si tuviéramos aduanas internas, se exigirá un mínimo de proveedores PyME bonaerenses en cada góndola y la señalización de estos productos con el isologotipo de "Producción Bonaerense".
El proyecto también establece límites a los supuestos abusos de posición dominante y propone un código de prácticas comerciales de cumplimiento obligatorio. Asimismo, se pretende crear un isologotipo de "Producción Bonaerense" para mantener una base de datos actualizada sobre las PyMEs de la Provincia, cosa que podrían hacer de manera muy sencilla integrando las bases de datos con las que dispone la gobernación, caso ARBA.
El proyecto de ley contempla sanciones severas para quienes no cumplan con la normativa. Las multas alcanzan el equivalente a mil sueldos de un empleado público, clausuras y la quita de concesiones para los infractores. Se identifican dos tipos de supermercados: aquellos que pertenecen a cadenas comerciales y los que no forman parte de ellas, pero cuentan con "una superficie destinada a comercialización mayor a 300 m2 y/o tenga dos o más líneas de cajas". En el caso de los primeros, la iniciativa estipula que por góndola "deberán exhibir como mínimo cinco proveedores o grupos económicos por producto alcanzado". En el caso del segundo tipo de supermercados, la cantidad obligatoria se reduce a tres. Esto último va seguramente en línea con el pensamiento de enanismo empresarial que caracteriza a quienes ocupan transitoriamente el mando de la principal gobernación del país.
¿Se requiere más oferta de productos en las góndolas de la provincia de Buenos Aires? Un nuevo intento de Ley de Góndolas tiene motivación política y recaudatoria, no busca solucionar ninguna falla de mercado, sino más bien todo lo contrario, introduce una falla del Estado que pretende incidir sobre lo que ocurre en cada superficie comercial de la provincia y con la decisión de cada consumidor.
Si se verificara la existencia de un problema, la solución pasa por solucionar otras fallas de mercado para fortalecer el entramado PyME:
- Falta de acceso a financiamiento para ampliar la producción e introducir variedades de productos.
- Falta de información sobre cómo acceder a nuevos mercados,
- Falta de capacitación de mandos directivos y del personal de cada empresa.
- Deficiencias logísticas manifiestas que evitan que los productos lleguen a mercados cada vez más lejanos y complejos, entre muchas otras.
Y, principalmente, la ausencia durante dos décadas de siquiera el intento de estabilización macroeconómica para que los empresarios puedan tener una referencia de costos, precios, tipo de cambio, tasa de interés y salarios previsible en el tiempo para definir flujos de fondos de cualquier proyecto productivo. Solucionar todo ello hará que más productos argentinos (no sólo bonaerenses) lleguen a las góndolas de la provincia de Buenos Aires. Es sencillamente un problema de oferta. Debemos desterrar la falsa imagen de que en las cadenas de supermercados sólo están presentes las "grandes marcas" pertenecientes a los grandes grupos económicos y para ello, ¿qué mejor que ir a los datos?
A partir del análisis de la información sobre proveedores y marcas de productos ofrecidos en las superficies comerciales de la provincia de Buenos Aires, se analiza la pertinencia y conveniencia de una ley de góndolas. Millones es la iniciativa por Big Data Estratégico, consultora especializada en data analytics e inteligencia artificial, para la efectiva toma de decisiones sobre precios, distribución y posicionamiento basadas en datos en el mundo del retail. Nuestra solución combina información de distintas fuentes.
Una de ellas es el Sistema Electrónico de Publicidad de Precios Argentinos (SEPA), que reúne alrededor de 12 millones de precios de 3.600 comercios que realizan venta minorista y mayoristas de productos de consumo masivo en todo el país. Se informan diariamente precios de 70 mil productos de los rubros alimentos, bebidas, limpieza, higiene personal, productos para mascotas, electrodomésticos, equipamiento para el hogar y materiales para la construcción. Representan el 90% del total de los precios de la economía.
Para el análisis se consideraron las 911 sucursales de diferentes banderas y formatos comerciales (hipermercados, supermercados, autoservicios, mayorista), ubicadas en la provincia de Buenos Aires. También se consideraron las marcas y los precios de los productos comercializados a través de medios digitales.
A partir de esta información se construyó un tablero con indicadores sobre la cantidad, la distribución, la geolocalización y la evolución de precios de marcas y proveedores de la totalidad de las categorías y subcategorías de productos de la provincia de Buenos Aires. A primera vista, se observa una importante gama de oferta de productos de diferentes proveedores y marcas.
A modo de síntesis se tiene lo siguiente:
- La provincia de Buenos Aires cuenta con 983 proveedores de diferentes categorías y subcategorías de bienes en superficies comerciales, sean cadenas o no.
- Dichos proveedores ofertan un total de 2.267 marcas, es decir, un promedio de 2,3 por proveedor.
- Entre los principales proveedores con mayor cantidad de marcas figuran a la cabeza Arcor (Arroyito, Córdoba), Grupo Peñaflor, Molinos Río de La Plata, Mondelez Argentina y Pernod Ricard. ¿Debe interpretase, por ejemplo, que si se verifica demasiada provisión de productos de Arcor de sus plantas en la Provincia de Buenos Aires, puede caber una regulación, y que el "isologotipo Producción Bonaerense" iría para la producción de esas plantas? ¿Lo mismo para los productos de Mondelez que se fabrican en Buenos Aires y no aquellos de la planta de Villa Mercedes?
Se presenta un desglose por categoría de producto:
- Aceite de girasol. 9 proveedores distintos ofrecen 15 marcas de aceite en variadas presentaciones. En promedio, cada sucursal tiene al menos 4 marcas diferentes de distintos proveedores.
- Yerba. 27 proveedores distintos ofrecen 45 marcas en variadas presentaciones. En promedio, cada sucursal tiene al menos 8 marcas diferentes de distintos proveedores.
- Leche. 30 proveedores distintos ofrecen 35 marcas de en diversas presentaciones. En promedio, cada sucursal tiene al menos 6 marcas diferentes de distintos proveedores.
- Galletitas Dulces. 76 proveedores distintos ofrecen 161 marcas en variadas presentaciones. En promedio, cada sucursal tiene al menos 16 marcas diferentes de distintos proveedores y 35 marcas en general.
- Harina de Trigo. 15 proveedores distintos ofrecen 20 marcas en variadas presentaciones. En promedio, cada sucursal tiene al menos 3 marcas diferentes de distintos proveedores.
- Café. 16 proveedores distintos ofrecen 26 marcas en variadas presentaciones. En promedio, cada sucursal tiene al menos 4 marcas diferentes de distintos proveedores.
- Tomate y Salsas. 40 proveedores distintos ofrecen 48 marcas en variadas presentaciones. En promedio, cada sucursal tiene al menos 5 marcas diferentes de distintos proveedores.
- Té. 20 proveedores distintos ofrecen 26 marcas en variadas presentaciones. En promedio cada sucursal tiene al menos 5 marcas diferentes de distintos proveedores.
Es decir, tomando al azar sólo 8 categorías observamos que se cumplen con creces los eventuales lineamientos que se pretenden establecer en una eventual Ley de Góndolas bonaerense. Un proyecto de estas características podría provocar faltante de productos por la reducción del espacio para productos de alta rotación y sobre stocks de bienes que pueden no ser de preferencia por el público.
Una gran cantidad de PyMEs no tienen la capacidad de suministro para cubrir el flujo de pedidos requerido por las grandes superficies en góndolas.
Hacen falta más y mejores empresas para contar con una oferta más voluminosa y diversificada que esté en condiciones de vender su producción no sólo en las grandes superficies sino a través de la amplia variedad de canales comerciales que las nuevas tecnologías han habilitado. Argentina puede ser un país exportador de alimentos pero eso requiere apoyar realmente a la producción a través de instrumentos probados y no mediante artilugios de escritorio.
