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Francia: ¿un posible mediador entre EE.UU., Europa y China?

Mientras la tensión entre Occidente y el Gigante Asiático sigue en aumento, Francia intenta mantenerse más neutral y perseguir sus propios intereses. Por su parte, Pekín, consciente de la estrategia de París, quiere que el país galo sea su intermediario con el Viejo Continente.

Francia: ¿un posible mediador entre EE.UU., Europa y China?
Damián Cichero 31 julio de 2023

Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, indiscutidamente Estados Unidos se convirtió en uno de los principales "hegemones" del Sistema Internacional, lo que le permitió dictar la mayoría de las normas que hoy en día forman el orden mundial. 

Pero, como históricamente sucede, y ante la anarquía que existe en el sistema, el creciente aumento del poder norteamericano generó sensaciones de inseguridad en muchos países, entre ellos Rusia y China, que hoy en día intentan equilibrar el tablero.

Incluso dentro de los propios aliados estadounidenses existen algunos países que nunca se sintieron cómodos alineándose totalmente detrás de Washington, como es el caso de Francia. Quizás por rezagos de lo que fue su grandeza histórica, rememorando las épocas de Luis XIV o Napoleón Bonaparte, para París nunca fue una opción pasar a ser un país de segundo orden.

En realidad, aplicando una política exterior realista, Francia siempre dudó de que, en el caso de ser atacada, Estados Unidos saldría en su defensa. Por ello, el general y héroe de guerra Charles de Gaulle, decidió a mediados del siglo pasado que Francia creara su propio arsenal nuclear sin ayuda de Washington y un par de año después se retiró de la OTAN porque se negaba "a ver a Francia implicada automáticamente en una guerra, por decisión de otras naciones".

Y, en parte, este pensamiento hoy en día es replicado por el presidente Emmanuel Macron, quien, por ejemplo, en reiteradas oportunidades ha insistido con que Europa debería tener su propio ejército continental. 

Pero su postura quedó más clara que nunca cuando, en un momento en el que las tensiones entre EE. UU. y China van en ascenso por la cuestión de Taiwán, Macron dijo que el Viejo Continente no debería estar totalmente alineado detrás de Washington, sino tomarse el tiempo necesario para construir su posición como tercer polo.

"Lo peor sería pensar que los europeos debemos convertirnos en seguidores en este tema y adaptarnos al ritmo estadounidense o a una reacción exagerada china", agregó. 

Para China, una gran oportunidad 

Aunque para EE. UU. y compañía las declaraciones de Macron fueron muy inoportunas, representaron una importante oportunidad para Pekín, que cada vez se encuentra más aislada de la Unión Europea u otros países, como Reino Unido, Japón, Corea del Sur, Australia o Canadá. 

En este sentido, este fin de semana el viceprimer ministro He Lifeng se reunió en Pekín con un alto ministro francés y le dijo que China espera que Francia pueda "estabilizar el tono" de las relaciones UE-China.

Además, le comunicaron al ministro de Economía, Bruno Le Maire, que China está dispuesta a profundizar la cooperación con Francia en áreas tradicionales como finanzas, así como en ciencia e innovación tecnológica, propuestas que los funcionarios chinos no hicieron tan abiertamente en sus últimas reuniones con sus pares estadounidenses como Antony Blinken o Janet Yellen. 

Por su parte, Le Maire sugirió una "fecha límite de finales de 2024 para reforzar nuestras operaciones económicas y financieras", antes del noveno Diálogo Económico y Financiero entre ambos países. 

Actualmente, China es el tercer mayor socio comercial de Francia detrás de la Unión Europea y Estados Unidos, pero las empresas francesas están cada vez más preocupadas de que puedan quedar atrapadas en el fuego cruzado de la creciente rivalidad entre las dos superpotencias.

Le Maire también destacó que los tres desafíos en los que los dos países deben trabajar juntos son la transición verde, la reorganización de las cadenas de valor y la revolución tecnológica.

"Es esencial pensar en la expansión y profundización de la cooperación económica y financiera entre Francia y China. Nos gustaría dar la bienvenida a nuevas inversiones importantes de China al territorio francés", agregó. 

Sin tener en cuenta a la UE como un solo actor, hoy en día China es el octavo mayor socio comercial de Francia: en 2022, el 4% de sus exportaciones fueron hacia el Gigante Asiático, mientras que el 6,3% de sus importaciones provinieron de allí. 

Posteriormente, Le Maire dijo que se habían logrado importantes avances en las relaciones franco-chinas en los sectores de cosméticos, aeroespacial, alimentos y bebidas y finanzas, mientras que manifestó que la parte china apreciaba la decisión de Francia de extender las licencias 5G de Huawei en algunas ciudades.

En cuanto a He, expresó que la reunión era una "señal positiva de que China y Francia trabajarán juntos para abordar los desafíos e inyectar estabilidad en un mundo incierto" que "se ha acelerado hacia una nueva situación de inestabilidad e incertidumbre" que no se observaba desde mediados del siglo pasado. 

Continúa la crisis de Taiwán

Mientras Le Maire se encontraba en China, Estados Unidos dio a conocer un paquete de ayuda armamentista a Taiwán por un valor de hasta US$ 345 millones, lo que definitivamente elevará las tensiones entre Pekín y Washington. 

En la actualidad, Estados Unidos reconoce la política de "una sola China", que aboga por la reunificación entre Taiwán y China continental, aunque ha declarado explícitamente que esto no debe lograrse utilizando la fuerza. 

La clave del vínculo entre EE. UU. y Taiwán radica en que, hasta 1978, Washington reconoció a la isla como la verdadera "China". Sin embargo, en plena Guerra Fría con la Unión Soviética, y consciente de las tensiones entre Moscú y Pekín, decidió darle ese status al territorio continental para que la URSS tuviese que soportar dos frentes al mismo tiempo.

De todas formas, Washington no le soltó la mano a Taiwán definitivamente: a través de una ley, estableció que "pondrá a disposición de Taiwán los artículos de defensa y los servicios de defensa en la cantidad que sea necesaria para permitirle que mantenga suficientes capacidades de autodefensa".

Por ello, actualmente EE. UU. es el principal proveedor de armas de Taiwán y el Congreso autorizó hasta US$ 1.000 millones en ayuda de armas en el presupuesto de 2023. 

Pero también hay que considerar que, detrás del relato norteamericano de que defiende Taiwán por ser una democracia, se encuentran otros intereses ocultos: actualmente, el archipiélago produce más del 60% de todos los chips del mundo. Por ello, desde Washington temen que, si la isla cae bajo dominio del Partido Comunista, se queden sin acceso a estos tan preciados instrumentos. 

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