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El mercado argentino tuvo claroscuros

Guzmán hace equilibrio en el filo de una navaja

A falta de uno, Guzmán enfrenta dos desafíos: aprobar el acuerdo con el FMI en el Congreso y lograr cubrir vencimientos de deuda gigantes

Martín Guzmán
Martín Guzmán
Luis Varela 23 febrero de 2022

Como si se tratara de alguien que hace equilibrio en el filo de una navaja, el mercado financiero argentino tuvo ayer verdaderos claroscuros, algunos que alientan y plantean una posibilidad de salida y otros que siguen generando temores, haciendo que las inversiones y los empleos sigan sin aparecer, y que la larga decadencia se vea todavía en el horizonte.

El tenor de todos los negocios globales siguen gobernados esencialmente por las tensiones en Ucrania, con un Putin que juega fuerte, sabiendo que Alemania y EE.UU. están en este momento con liderazgos más débiles. Y de alguna manera también muchos inversores arriesgados empiezan a agacharse porque dentro de apenas dos ruedas la Fed dejará de comprar bonos, para pasar a empezar a venderlos y, desde mediados de marzo, iniciar una escalera alcista, que abandone una tasa de interés corta del 0%, marcando el fin de los dólares regalados.

Y a nivel local el combo es ciertamente desconcertante. Los anuncios que va deslizando el Gobierno, y también la oposición, cambian en cuestión de minutos. Según las últimas informaciones el ministro Martín Guzmán enviará este mismo viernes al Congreso el paquete inicial de acuerdo con el FMI, que sería debatido en Comisiones el martes próximo, con infinidad de dudas, tanto en la coalición oficialista como en representantes de la oposición.

La gran indefinición de los legisladores está ligada a una sola verdad: según la letra chica divulgada hasta ahora, los grandes números logrados por Guzmán después de largos 26 meses de conversaciones dejarán al país a las puertas de un severo ajuste y de una encerrona que puede obligar al Gobierno a no superar ni siquiera la tercera auditoría trimestral del Fondo en septiembre.

Por supuesto, todas estas idas y venidas empiezan a hacer crecer entre los inversores la idea de que es ciertamente probable que el Congreso tenga dificultades para lograr aprobar el acuerdo con el Fondo. Y a tal punto llegó la preocupación, entendiendo que entrar en default es algo mucho peor, la Coalición Cívica, liderada por Elisa Carrió (que forma parte de JxC) le ofreció al Gobierno un comodín para que el acuerdo no pase por el Congreso, y sea aprobado directamente por decisión del Poder Ejecutivo.

Todo este cúmulo de incógnitas (Ucrania, la Fed, el acuerdo con el FMI) provocaron ayer disímiles reacciones en los mercados, muy preocupantes en las plazas externas, pero de alguna manera positivas para Argentina, un país que por las múltiples capas de cepo cambiario, está muy aislada de los pulsos que mueven con intensidad, y gran volatilidad a los mercados internacionales sobre todo en estas últimas semanas.

El ritmo de las commodities

Lo que dominó los movimientos externos fue una nueva alteración en el valor de las commodities, ya que Rusia es un gran proveedor de petróleo y gas, y que Ucrania los es de granos. En consecuencia, ayer se registró una nueva suba del 0,5% para el petróleo, pero con una particularidad diferente a lo sucedido la semana pasada: los metales básicos apretaron el freno, pero lo que sigue subiendo de manera casi enloquecida es el valor de los granos, con un salto ayer para el trigo, y con la soja alcanzando los US$ 615 por tonelada, por lo que se superó el techo del año pasado y se alcanzó el valor máximo en nueve años, desde agosto de 2012, cuando CFK gozó de un precio internacional del "yuyito" de nada menos que US$ 650 por tonelada.

Este proceso de petróleo firme, metales básicos en pausa y granos sin parar, provocó inquietud en los inversores, que terminaron tomando decisiones que debilitaron al dólar, fortaleciendo un poco más el valor de los metales preciosos, pero todavía sin darles impulso a las criptomonedas, con un bitcoin que se sigue debatiendo en una zona piso que si se llega a romper puede armar serios dolores de cabeza para los cripto-adictos.

Bolsas y dólar en el exterior

De ese modo, a pesar de que se espera el torniquete de la Fed y que las tasas largas de los bonos de EE.UU. siguieron subiendo (pagaron 1,9% anual a 5 años, 2% a 10 años y 2,3% a 30 años), en el exterior el dólar subió 0,4% contra la libra y 0,3% contra el euro (con las monedas europeas débiles por Ucrania), pero el billete verde bajó 0,1% contra el yen, 0,2% contra el mexicano, 0,3% en chile y cayó nada menos que 0,9% en Brasil, que está de fiesta por la suba del petróleo y por el aumento de los granos.

La tensión por Ucrania (con medidas económicas tomadas contra Rusia por EE.UU., Gran Bretaña y Alemania) provocó una rueda débil en las bolsas externas y sobre todo una nueva caída y más importante en la bolsa de Nueva York: el Nasdaq se hundió 2,6%, el S&P cedió 1,8% y el Dow achicó 1,4%, mientras que también hubo un día negativo en las bolsas latinoamericanas, con la Bolsa de México 2,2% abajo y la de San Pablo achicando 0,9%.

El mercado argentino tuvo una reacción enrarecida, con otro día positivo para las acciones, con el valor del dólar un poco más inquieto, más debilidad en los bonos, riesgo país en alza y otra rueda con pérdida de reservas en el BCRA, en un momento que tendríamos que estar descorchando champán, porque los precios de la Bolsa de Rosario, considerando todos los granos, están en un récord absoluto, sin ningún tipo de precedente, y dentro de apenas cinco semanas se empezará a liquidar la tan esperada cosecha gruesa.

Pero claro, antes de que lleguen las primeras ventas de granos a mediados de abril hay que superar dos vallas muy importantes: una es aprobar el acuerdo con el FMI, y otra, no menor, el desafío que tendrá Guzmán para lograr renovar la montaña de deuda que fue emitiendo a lo largo de todo el mandato de Alberto Fernández y que empieza a vencer, como si se nos cayera una montaña encima.

Para entender bien la situación hay dos desafíos inminentes. Guzmán deberá enfrentar el martes próximo (si es que el paquete se llega a discutir en Diputados: Sergio Massa, Eduardo de Pedro y Axel Kicillof están dialogando intensamente con el kirchnerismo con el operativo ablandar a Máximo, que permanece con una dura oposición al acuerdo). 

A tomar deuda

Y hoy, con revancha mañana, Guzmán deberá tomar deuda para salvar vencimientos de bonos en pesos por $2,3 billones en los próximos 90 días, de los que hoy saldrá a tomar deuda por el 10% de esa suma. 

En dos pedidos sucesivos, jueves y viernes, urgido por la enorme masa de vencimiento de bonos en pesos que él mismo emitió, manteniendo una política que provocó una fuga masiva de capitales, saldrá a buscar unos $225.000 millones, es decir el 10% de lo que vence en los próximos 89 días. Por supuesto, ofrecerá papeles únicamente para organismos institucionales, no para inversores individuales, es decir fondos de inversión o creadores de mercado.

A los fondos comunes de inversión les ofrecerá una letra de liquidez del Tesoro nacional en pesos a descuento con vencimiento 31 de marzo de 2022 (nueva). Mientras que a los denominados creadores de mercado les ofrecerá 5 letras y tres bonos: una letra del Tesoro nacional en pesos a descuento con vencimiento 29 de abril de 2022 (s29a2 - reapertura);una letra del Tesoro nacional en pesos a descuento con vencimiento 30 de junio de 2022 (s30j2 - reapertura); una letra del Tesoro nacional en pesos a descuento con vencimiento 29 de julio de 2022 (s29l2 - reapertura); una letra del Tesoro nacional en pesos a descuento con vencimiento 31 de agosto de 2022 (s31g2 - nueva); una letra del Tesoro nacional en pesos ajustadas por CER a descuento con vencimiento 17 de febrero de 2023 (x17f3 -  nueva); un bono del Tesoro nacional en pesos a tasa fija 22% vto. 21 de mayo de 2022 (ty22p - reapertura); un bono del Tesoro nacional en pesos ajustado por CER 1,45% vencimiento 13 de agosto de 2023 (t2x3 - reapertura) y un bono del Tesoro nacional en pesos ajustados por CER 1,55% vencimiento 26 de julio de 2024 (t2x4 - reapertura).

Ante semejante desafío, ayer el dólar no estuvo tan tranquilo: el blue dejó de bajar (siguió a $210), con el contado con liquidación marcado la primera suba en varias ruedas. Y los bonos argentinos volvieron a mostrar tendencia declinante, con una baja promedio del orden del 0,3%, lo que determinó que el riesgo país se mantuviera en las alturas: nada menos que 1.735 puntos básicos, casi 800 puntos por encima de lo que prometen los bonos de Ucrania. 

Pero los notables valores alcanzados por los granos en Chicago y sobre todo en Rosario hicieron que la Bolsa de Buenos Aires volviera a evitar un clima bajista. Con $1.885 millones operados en acciones y $4.276 millones en Cedears, la Bolsa de Buenos Aires subió otro 1%. Y mientras en Wall Street papeles como Tesla se hundían otro 7%, los ADR argentinos tuvieron un resultado mixto, con los principales bancos de inversión sacando muy interesantes perspectivas para lo que puede venir para el mercado argentino, siempre y cuando se apruebe el acuerdo con el FMI y si Guzmán llega a encontrar en este mercado los pesos que necesita para no tener que hacer un movimiento que podría cambiar por completo las cosas.

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