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El mercado tembló y el fallo fue apenas un eco de fondo

El dólar fuga saltó, los bonos cayeron y el riesgo volvió a trepar.

Ayer el BCRA compró pocos dólares por el dólar soja 2.0.
Ayer el BCRA compró pocos dólares por el dólar soja 2.0. Archivo
Luis Varela 07 diciembre de 2022

Con el fallo condenatorio por la causa vialidad, con una pena de 6 años de prisión y un decomiso por $84.835 millones, escuchando el caso como un eco de fondo, los inversores, analistas y el mercado local estuvieron enchufados en elementos que ayer mostraron que la situación está pasando de claro a oscuro. El dólar fuga pegó un salto, los bonos argentinos volvieron a bajar, por lo que el riesgo país se empinó de nuevo. Pero lo que parece más grave, la sequía se alarga, la siembra de la cosecha gruesa se demora, y el precio de la soja pegó ayer un nuevo salto en la Bolsa de Rosario, lo cual complica a la alimentación de ganado, aves, y puede generar problemas con la carne, la leche y la harina, en un mes de diciembre que está arrancando con subas de hasta el 10% en frutas y verduras.

Un mundo difícil

Esta situación vino coronada por un contexto internacional que tampoco genera ninguna confianza. La economía norteamericana sigue entregando datos que muestra que continúa con altos niveles de actividad, por lo que se plantea la posibilidad de que la Fed pueda llegar a decidir otro aumento firme en la tasa de interés corta que determinará el miércoles próximo, sobre todo porque un día antes se conocerá cuál fue la inflación norteamericana de noviembre. Y si ese número es malo, hay alguna chance de que en vez de subir la tasa "sólo" medio punto como venía esperando el mercado, Jerome Powell pueda decidir algo más. Lo que ya está casi confirmado es que la tasa final se estirará hasta el tasa 5,25% anual y por un tiempo prolongado.

Ante eso, los bancos de inversión volvieron a enviarles a sus clientes cartas advirtiéndoles que vienen tiempos difíciles. Así lo hizo por ejemplo David Solomon de Goldman Sachs, también lo planteó Jamie Damond de JP Morgan, precisando que existen más posibilidades de que la recesión sea más fuerte que lo esperado y que llegue más pronto que tarde. Y sumándose al Deustche Bank, que le puso un número a la caída de Wall Street: 33%, todos los inversores se pusieron en alerta y ayer la Bolsa de Nueva York volvió a tener otro día negativo, arrastrando a la baja a los ADR argentinos y también castigando a los bonos emergentes, con algo más de daño a los más débiles papeles argentinos.

Sin embargo, no fue Vialidad, ni Nueva York, lo que más asustó a los hombres de negocios, sino los malos resultados que está logrando Sergio Massa. Y ayer, en medio de la seca tan intensa, la cantidad de dólares que pudo juntar con el dólar soja fue escasa en comparación con lo que había pasado con el dólar-soja 1.0 de setiembre. El BCRA sumó US$ 127 millones a las reservas, pero el número que dejó a todos sin habla fue la cantidad de dinero que chupó Miguel Angel Pesce de los bancos en depósitos entregando más y más Leliq: ayer absorbió un récord histórico de $1,6 billones, un número que jamás había sido ni siquiera rozado en un solo día.

El miércoles próximo, el mismo día en el que Powell moverá su tasa, Massa debe enfrentar una licitación de bonos en pesos en la que debe tomar $ 405.000 millones en papeles que están casi todos en manos privadas. Y el juego que está haciendo la autoridad monetaria es comprar todos los bonos en pesos que puedan en el mercado secundario, para que luego Massa pueda saltar la licitación sin problemas. Pero con un agravante: está emitiendo pesos con una velocidad, que el mercado calcula, y termina generando más inflación y más presión sobre los dólares libres, justo cuando las empresas deben pagarles los aguinaldos a la gente, que si encuentran un dólar entonado irán corriendo a sumarse a ese tipo de refugio para que los pesos recibidos no se diluyan como agua entre los dedos.

Así, mientras las tasas largas de EE.UU. se mantuvieron planchadas en 4,7% anual a 1 año, 3,8% a 5 años, 3,5% a 10 años y 3,6% a 30 años, el dólar global mostró un resultado mixto. Ayer en el exterior el dólar subió 0,5% en China, 0,4% contra la libra y 0,2% contra el euro, el yen y el mexicano, pero bajó 0,3% en Brasil y se desplomó 1,8% en Chile.

El dólar en Argentina

Pero lo más notorio en materia cambiaria se dio aquí, en Argentina. El dólar blue saltó $3 hasta 315, el dólar Qatar subió 30 centavos hasta 353,18, el Senebi brincó $21,22 pesos hasta 341,90 (después de que un juzgado de Nueva York ordenara confiscar US$ 2,3 millones a un fondo argentino radicado en las Islas Vírgenes, registrado como bróker de seguros, por transferir dólares blue justamente vía ese canal), el dólar MEP saltó $7,74 hasta 328,88 y el contado con liquidación saltó $10,10 hasta 341,07, superando el récord nominal que obligó a Cristina Kirchner a entregarle el poder a Sergio Massa. Así, la brecha entre el oficial y el blue fue del 78% pero atención: la del CCL con el mayorista saltó hasta el 101%, algo que multiplica los bucles y purés especulativos y que hace la economía completamente inviable.

Frente a eso, con doble volumen operado, los bonos argentinos tuvieron una baja promedio del 1,7%, por lo que el riesgo país saltó otras 89 unidades, hasta colocarse otra vez en los 2.386 puntos básicos, superando en más de nueve veces al riesgo país promedio que tienen nuestros vecinos latinoamericanos.

La posibilidad de que Powell sea más halcón que paloma determinó ayer otra rueda dura en la Bolsa de Nueva York, que finalizó con una caída del 2% para el Nasdaq, baja del 1,4% para el S&P y descenso del 1% para el Dow, y con anuncios por ejemplo de parte de Morgan Stanley, que informó que procederá con el despido de 1.600 de sus empleados. Mientras tanto, apoyados en materias primas que por ahora no se rinden, hubo una suba del 0,5% en la Bolsa de México y del 0,6% en la de San Pablo.

En el mercado bursátil local se dio otra vez la ilusión de suba en pesos pero baja en dólares. Con 2.764 millones de pesos operados en acciones y 6.938 millones en Cedears, hubo una suba del 1,8% en pesos en la bolsa de Buenos Aires. Pero los ADR argentinos que operan en Nueva York mostró una suba de 1,7% para Macro, pero con una baja en bloque del 1% al 3,9% para Bioceres, Cresud, Telecom, TGS, YPF, Despegar, mercado Libre, Central Puerto, Pampa e, Supervielle e IRSA.

Otra caída del petróleo

Y otro de los elementos desconcertantes del día fue lo sucedido con el petróleo y con las materias primas. Avisados de que se viene una recesión en casi todas partes, hubo una nueva caída del 3,6% para el petróleo. Y esto viene con una advertencia muy peligrosa: el barril ya cae de US$ 124 a US$ 74, y los pozos de Vaca Muerta, por sus condiciones de extracción vía fracking que es más costosa, requieren un precio piso de al menos US$ 65. Esto quiere decir que si el petróleo llega a seguir bajando hasta US$ 50 como pronostican varios especialistas, Vaca Muerta será financieramente inútil y el gasoducto no proveerá todos los beneficios que se están esperando.

El precio que tuvo el crudo ayer fue el más bajo de todo este año. Y junto con eso, los metales preciosos también estuvieron débiles, los metales básicos actuaron mixtos: el níquel subió 2%, el cobre mejoró 0,4% y el aluminio bajó 0,2%. Y los granos mostraron una suba en la soja, tanto en Chicago y sobre todo en Rosario (4,3%), porque si no hay siembra pronto la cosecha será escasa y no habrá mucho grano para vender. Finalmente el Bitcoin mejoró 0,3% pero con clima bajista para el resto de las criptomonedas, lo cual sigue sembrando incertidumbre en todo ese sector.

¿Qué se viene por delante? Esta semana es corta para Argentina, porque jueves y viernes son días feriados. Pero por más que no haya negocios en la plaza local, las operaciones internacionales seguirán rodando y la actual coyuntura lleva a los inversores a seguir desprendiéndose de los pesos a gran velocidad. Massa intenta instalar que el IPC de noviembre empezará con 5, será difundido recién el jueves 15 por el Indec, pero por la sequía y la escasez de productos, las frutas y verduras arrancaron diciembre con subas del orden del 10%, por lo que el horizonte por venir plantea muchos más enigmas e inseguridades que certezas.

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