Por Leandro Gabin.
Pablo Goldin es director de Macroview, la consultora que preside Rodolfo Santangelo. Con el año virtualmente cerrado, el economista dice que el 2023 se dividirá en varios y que si bien en la primera parte del año próximo habrá margen para gestionar la economía, cuando empiecen las candidaturas y el ruido político, eso quedará al costado con todos los desequilibrios que ya trae la macro.
De estilo frontal y didáctico, Goldin avisa que será difícil que baja la inflación el año que viene con una expansión de pesos que llegará al 85-90%, como sucedió en 2022. En ese sentido, y si bien el Gobierno puede intentar atrasar el dólar, la brecha será la caja de resonancia.
-¿Cómo arrancará el año que viene y se puede pensar en una extensión de la tregua que está viviendo Massa en lo económico?
-Vamos a tener un 2023 que van a ser varios en uno. Vamos a tener una primera etapa, el verano, donde primará la economía aunque influya un poco también la política. Más tarde se irá acomodando a lo que pase en la política. En ese contexto, más allá del mes a mes o el día a día, que la tasa de inflación sea más o menos o el dólar se mueva más o menos, lo estructural es con qué mercado cambiarío nos vamos a encontrar el año que viene. Y con qué lío en lo monetario nos vamos a encontrar. Lo primero mide el amperímetro del dólar y lo otro la inflación
-¿Es viable atrasar más el tipo de cambio oficial como quiere el Gobierno para presionar a una baja de la inflación?
-El Banco Central entró a hacer un deslizamiento por encima de la inflación y ahora con el acuerdo de que vaya todo al 4% mensual están presionándolo para que desacelere la devaluación. Pero el mercado cambiario va a determinar hacia dónde van las cosas. No hubo un salto cambiario porque se pisaron US$ 10.000 millones de pago de importación. Esto fue lo que hizo que más o menos empatara con la oferta. Así el BCRA salió hecho. Ahora en 2023 no va a ser tan fácil aumentar la bola de importaciones impagas, eso generaría una crisis muy grande. Tenemos exportaciones que van a caer. Con exportaciones menores, el BCRA va a tener que lidiar con un mercado cambiario más complejo que el de este año. Este 2023 será muy político y muy económico. Va a haber una pulseada muy fuerte en lo cambiario.
-¿Después del dólar soja tendrá que seguir desdoblando por sectores para que liquiden en el año electoral?
-¿A qué dólar se va a vender la cosecha el año que viene? No va a haber un solo productor de soja que venda a este dólar, vamos a seguir inventando dólares especiales donde el BCRA compra más caro y vende más barato. Eso puede pasar, pero no pueden hacer eso con toda la cosecha. Eso es inviable.
-¿Y cómo estará lo fiscal, que también impactará en lo cambiario y monetario?
-Este año más allá de que el Central emita o no, va a terminar un 85% más de plata en la calle y en los bancos que el año pasado. Y eso le pone un piso a la tasa de inflación e hizo que subiera a 100%. Por más que cumplas metas con el Fondo, el año que viene vamos a tener que emitir moneda al 85%-90% anual. Entre el mercado cambiario más complicado y la estructura fiscal y monetaria van a ser los 2 ejes con lo que tendrá que lidiar el oficialismo.
-El Gobierno va a seguir aguantando para que no haya una devaluación...
-La definición política del Gobierno es que no quieren generar un salto cambiario de golpe, porque te va a generar 2 o tres meses de inflación de dos dígitos. No te puedo afirmar que eso vaya a suceder, sea una devaluación o una corrección adicional, pero hay un caldo de cultivo que hay que ir testeando. La brecha es la consecuencia de todo el desorden macroeconómico.