El Economista - 70 años
Versión digital

vie 26 Abr

BUE 17°C
Escenario

Quiebras de empresas criptos: ¿ante un futuro descentralizado?

Las quiebras de empresas en el ecosistema parecieran darle la razón a quienes sostienen que el futuro de las finanzas es descentralizado.

La remera de Celsius sobre los bancos.
La remera de Celsius sobre los bancos.

Tres grandes pedidos de bancarrota siguieron a la debacle cripto de las últimas semanas. Se trata de 3AC, Celsius y Voyager, compañías que recibían depósitos cripto ofreciendo jugosos intereses para luego prestar o invertir esas monedas digitales. Es lo que en el ecosistema se conoce como CeFi (siglas que en inglés corresponden a Finanzas Centralizadas). 

El derrumbe de los precios sumada a corridas de los depositantes hicieron que aquellas cayeran en desgracia. Mientras tanto, las opciones descentralizadas conocidas como DeFi (siglas que en inglés corresponden a Finanzas Descentralizadas) como AAVE, Compound o Maker se mantuvieron incólumes cumpliendo con sus “compromisos”.

¿Qué sería una opción descentralizada de aquellas fintechs? Simple: un smart contract programado en una blockchain con incentivos para desarrollar las mismas actividades que aquellas fintechs pero de manera descentralizada. OK, no fue tan simple pero básicamente se trata de un programa de computadora que está diseñado en alguna blockchain (como Ethereum, Solana, Algorand, etcétera) donde uno puede enviar una cripto (por ejemplo una stablecoin) y automáticamente la deposita en una “pileta” de la cual alguien puede tomarla prestada, comprometiéndose a devolverla con algunos intereses. Para hacerlo uno está obligado a depositar como garantía alguna cripto como, por ejemplo, Bitcoin. 

Si el valor de esa cripto baja al punto que no llega a cubrir la promesa de devolver el préstamo con los intereses, la fintech descentralizada automáticamente la vende para poder devolver el préstamo al prestatario. 

Algo notable, dado que las garantías son denominadas en criptos,  es que esos compromisos fueran devueltos a pesar de la caída en los precios.

Algo que uno podría preguntarse es qué sentido tiene pedir un préstamo si, para hacerlo, uno tiene que depositar una cripto como garantía por un valor que cubra el préstamo, los intereses y una posible caída en el precio de la misma. Una opción es ir long o short sobre una cripto de manera apalancada. 

Si uno quisiera apostar, por ejemplo, a la suba en el precio de Bitcoin, uno podría pedir prestado USDT, depositar Bitcoin como garantía y comprar Bitcoin, esperando a que se cumpla el pronóstico alcista. Si esto se diera, uno no solo ganaría dinero gracias al Bitcoin depositado como garantía sino que además ganaría dinero por el Bitcoin que compró con los USDT recibidos. Pensemos que el compromiso estaba denominado en esta stablecoin y, por lo tanto, podría vender ese Bitcoin, saldar su deuda con una parte y quedarse con el resto como ganancia.

¿Qué otro caso de uso podrían tener las opciones DeFi? Cri cri cri. Hasta ahora no conozco. Es una pregunta que le hice a Vitalik Buterin, que desarrolló Ethereum, pero “todavía” no me contestó. 

Claro, los cripto fans presentan el caso como un respaldo para el ecosistema descentralizado. No lo es. Al menos mientras encuentren una solución al problema de la garantía. En el mundo centralizado uno puede poner el título de su casa para respaldar un préstamo hipotecario y seguir viviendo en la casa o, incluso, puede pedir un préstamo a sola firma y, en caso de impago, el prestamista podría acudir a un juez para que haga cumplir el compromiso. 

Como expliqué hace un par de semanas, salvo el caso de Bitcoin o alguna otra cripto nativa que cumpla el rol de oro digital, me parece que nos vamos a un mundo híbrido con opciones semidescentralizadas. 

Son, en mi visión, aquellas iniciativas que juntan lo mejor de ambos mundos el futuro del ecosistema. Es por ejemplo el caso de Agrotoken que, asociado recientemente con VISA, Pomelo y Algorand, facilita el ahorro y las transacciones respaldadas en soja. De hecho, cada vez son más los ejecutivos que pasan de las finanzas tradicionales al mundo cripto, lo cual pareciera confirmar la tendencia mencionada.  

Más allá de ello, causa gracia ahora la remera que usó alguna vez Alex Mashinsky, CEO de Celsius, y que rezaba “Banks Are Not Your Friends” (los bancos no son tus amigos). 

Claro que no, los bancos no son amigos ni enemigos, son entidades reguladas para evitar casos como los descriptos más arriba. Es la regulación que recientemente reclamó Paul Krugman para las criptos en su columna habitual en el New York Times y que también venimos esperando desde la nuestra.

Es en esa misma línea que surgió el debate en Twitter respecto a si los tenedores de la stablecoin USDC verían su dinero comprometido en caso de que Circle, su emisor, siguiera el destino de Voyager. Es un tema para los abogados pero la clave pareciera ser en que los activos se encuentren “segregados” de aquellos que son propiedad de la empresa. 

Para espantar cualquier duda, la stablecoin publicó el detalle de sus tenencias de bonos del Tesoro incluyendo datos de maturity y bancos custodios. Se trata de un avance frente a las atestaciones que venía haciendo regularmente y que marcan otra diferencia adicional con el más oscuro Tether. Un Tether que, según coinmarketcap, sigue perdiendo capitalización de mercado, si bien el ritmo de caída se enfrió bastante.

Y hablando de caída de Tether, será interesante ver qué ocurre con las stablecoins el día que salgan al mercado masivamente las CBDC, monedas digitales emitidas por los bancos centrales. 

Jon Cunliffe, vicegobernador del Banco Central de Inglaterra, informó que la libra esterlina digital estará basada en base a cuentas en vez de hacerlo como un token. Eso, dicho de manera simple, implicaría que no va funcionar como un reemplazo del cash sino como un símil cuentas bancarias pero emitidas por la autoridad monetaria y, por lo tanto, vería comprometida su facultad de mantener la privacidad.

En mi opinión, lo más probable será que convivan CBDC con stablecoins porque, de hecho, cumplen distintas funciones. Unas serán la moneda corriente para las operaciones en el mundo tradicional y las otras serán la moneda que usaremos para interactuar con los tokens en la blockchain, el dinero programable que le dicen. Habrá que esperar a ver qué ocurre, por lo pronto no se deje engañar por aquellos que prometen rendimientos exorbitantes, sea en el mundo tradicional o sea en el ecosistema cripto.

Lee también

Seguí leyendo

Enterate primero

Economía + las noticias de Argentina y del mundo en tu correo

Indica tus temas de interés