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La Fed se abre a las criptos, los bancos protestan y Musk las quiere llevar a la luna

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Por Gonzalo Martínez Mosquera

¿Qué es un dólar? O, mejor dicho, ¿qué implica tener un dólar?

No estoy hablando de los billetes verdes físicos. Estoy hablando de un depósito en un banco argentino denominado en dólares.

La respuesta es simple, es una promesa de ese banco de entregar un billete verde, es un pasivo o una deuda de ese banco. Además, a través de una serie de intermediarios es, en última instancia, una deuda de la Reserva Federal de Estados Unidos.

Supongamos un banco argentino.

Como dije, los depósitos en dólares son una deuda del banco con el depositante. A la vez, ese dólar es una deuda del BCRA con aquel banco.

A la autoridad monetaria, quien le debe el dólar es la Fed o algún banco internacional al que a su vez la autoridad monetaria de Estados Unidos le debe ese dólar.

¿Muy engorroso? Se pone peor.

Pero, ojo, no todos los dólares en bancos argentinos están respaldados por la Fed. Los depósitos en dólares creados por préstamos de bancos locales son dólares “de segunda” o, como me gusta llamarlos, “argendólares”.

Veamos cómo se crean.

Cuando un banco presta dólares, no entrega el depósito de otra persona. Lo que hace es crear un nuevo pasivo denominado en la moneda verde. En el activo aparece el préstamo, la promesa de pago de quién recibió aquel depósito en primer lugar, que respalda ese “argendólar”.

La Reserva Federal claramente no tiene obligación alguna respecto a ese dólar, no es su problema.

¿Qué es entonces un criptodólar?

Un criptodólar o stablecoin agrega un deudor más entre su propietario y la Reserva Federal.

El emisor es el dueño de la cuenta bancaria donde se depositan los dólares que respaldan a ese token y la propiedad del mismo está registrada en la blockchain, el archivo descentralizado que sostiene el mundo de las criptomonedas.

La calidad de una stablecoin depende, por tanto, de dos cosas.

El activo que respalda al criptodólar: podría ser un dólar en una cuenta bancaria, podrían ser bitcoins o podría ser aire (sin respaldo, un fraude).

Para el caso en que efectivamente esté respaldado por un dólar “real”, la distancia entre el dueño de la misma y la Reserva Federal es clave para determinar el valor del mismo.

Obviamente, los criptodólares son fungibles y, por lo tanto, la validez de su respaldo será proporcional a la forma en que esté diseminado el activo del emisor de la stablecoin.

¿A qué viene todo esto?

A que la semana pasada la Reserva Federal lanzó a consulta una propuesta para regular el acceso a su sistema de pagos a las fintechs. Algo así como el CVU argentino.

Es claramente una respuesta al enorme crecimiento que están teniendo los activos digitales (Bitcoin, Ether, criptodólares y demás) y las empresas que proveen servicios a su alrededor.

Hasta ahora las fintechs que proveen servicios cripto necesitan una cuenta en un banco para operar y eso implica un delay muy importante entre un pago y el registro efectivo en el pasivo de la Reserva Federal.

Otra opción es operar a través de “bank charters” especializados como la que obtuvo Paxos en abril pasado. Esa licencia, que es otorgada por la OCC (el controlador de la moneda en Estados Unidos), le permite tener acceso al sistema de pagos sin la necesidad de una cuenta bancaria.

La diferencia con un banco tradicional es que esta licencia no permite otorgar préstamos en dólares y eso implica una necesidad de capital mucho menor y una regulación más limitada por parte de la autoridad monetaria.

Los bancos y sus lobbistas vienen litigando hace rato para frenar todo este tipo de iniciativas. Lo mismo pasó aquí cuando se lanzó el CVU. La propuesta de la Fed es un golpe fuerte para ellos.

Además va a mover el avispero de los proveedores de servicios cripto. Hasta ahora hay sólo dos empresas que entrarían dentro de los parámetros exigidos por la Fed: Kraken y Avanti. Es para seguirlos con atención.

Otros empiezan a ver amenazado su modelo de negocio: el mismo Paxos mencionado más arriba; Circle, que emite el conocido criptodólar USDC y obviamente Tether, entre otros.

// Qué son las criptomonedas y qué debo saber antes de comprar

GovCoins

Pero no solo las fintechs preocupan a los bancos. También está creciendo la amenaza del lado de los bancos centrales.

Esta semana el conocido semanario The Economist dedica su portada a las que denomina “GovCoins”, más conocidas como CBDC (monedas digitales de los bancos centrales).

Hace un buen resumen del crecimiento de ese fenómeno que permitirá a los particulares acceder de forma directa a cuentas bancarias en la Reserva Federal, y que pondrá en jaque todo un negocio de los bancos: el sistema de pagos.

En Brasil, por su parte, pareciera que el BCB cambió su decisión ya que Mark Zuckerberg informó que, en el corto plazo, lanzarán los pagos por WhatsApp: 120 millones de usuarios potenciales, ¡nada mal!

De todas formas, no todos los bancos centrales se muestran confiados en las criptos. El gobernador del organismo de Inglaterra advirtió:Compra (criptos) sólo si estás dispuesto a perder todo ese dinero”.

Es un poco exagerado. Para el caso de bitcoin (oro digital) diría que tiene razón, para el resto, que proveen un servicio útil de registro descentralizado, diría que no tanto.

Un poco en línea con la propuesta de la Fed, quien apareció también fue Gary Gensler, el nuevo chairman de la SEC.

En una cita con el Congreso de Estados Unidos informó que el ente está pensando en nueva regulación para proteger a los usuarios en el trading del mundo cripto.

No es ni bueno ni malo. Depende de qué jugador se trate. Para el ecosistema en general podría traer mayor transparencia y seguridad a la hora de comprar e invertir en criptomonedas.

Por otro lado, y como saben los lectores de esta columna, el organismo que conduce Gensler pospuso para junio la definición sobre el lanzamiento de los ETFs de Bitcoin. Pues ahora deberá sumar a Ethereum al pedido.

El viernes pasado, la compañía VanEck solicitó el permiso para lanzar el primer ETF de la criptomoneda creada por Vitalik Buterin. Será interesante ver, en caso de aprobarse, cómo se comportan los inversores institucionales con esta criptomoneda que nada tiene que ver con Bitcoin.

Quien sí decidió invertir en Bitcoin fue Mercado Libre. Según informó en su informe financiero del primer trimestre del corriente año, la empresa compró US$ 7,8 millones en aquel activo digital.

La compañía nacida en estas pampas se sumó a otras como Tesla que ya había incorporado esa moneda a su activo. ¿Veremos también a Marcos Galperin subirse a la fiebre Dogecoin como lo hizo Elon Musk? No creo.

Tal es la “locura” alrededor de esta criptomoneda (que nació como un “meme”) que SpaceX, también fundada por Musk, informó que aceptará dicha cripto como pago para futuros vuelos espaciales.

Para colmo, el mismo Elon fue invitado al popular show “Saturday Night Live” donde llamó a Doge un “hustle” cuya traducción podría ser “fraude” aunque, en rigor, puede tener otras interpretaciones.

La cuestión es que la moneda se derrumbó aproximadamente 28% respecto a los valores que tenía previo al show. ¡Un amigo!

Acto seguido agregó “To the moon” (A la luna) que es la típica frase que los criptofans dicen para predecir que el precio de las monedas subirá meteóricamente.

En el caso de Musk, es tal vez la única persona en el mundo que puede haberlo dicho en sentido literal.

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