La pandemia impulsó una nueva era de aprendizaje en el ámbito digital. A medida que el mundo continúa adaptándose a la educación virtual, como alternativa a la presencialidad, cada vez más personas, con diferentes niveles de alfabetización tecnológica y capacidades, utilizan plataformas digitales y herramientas para asistir a la escuela, obtener certificaciones y desarrollar habilidades.
El hecho de que cada vez más personas, con diversas capacidades, confíen en las plataformas digitales para acceder a la educación, resalta la responsabilidad del sector de empresas de EdTech (por "Education Technology", es decir, tecnologías para la educación) en garantizar el derecho de acceso a la educación, a través de sus productos y servicios. Esto supone diseñar productos digitales que se adapten a todos.
Con un volumen tan grande de usuarios diversos, la industria de EdTech debe liderar este camino priorizando la inclusión y prestando atención a las distintas necesidades, en términos de accesibilidad.
Los productos de EdTech accesibles no solo sirven a las personas con discapacidades, sino que crean mejores experiencias en su conjunto. Las características, que alguna vez se clasificaron como extras de accesibilidad, pueden beneficiar a una gran diversidad de usuarios.
Las instituciones educativas han mantenido, durante mucho tiempo, un alto nivel cuando se trata de accesibilidad, tanto por cuestiones legales o formales, como por una obligación moral de compartir y fomentar el conocimiento.
Porque no está de más resaltar que, en comparación con otras industrias, la educación se enfrenta permanentemente al escrutinio público, cuando se trata del éxito o fracaso de sus medidas de accesibilidad.
El gran número de estudiantes y variedad de habilidades hace que instituciones educativas y líderes de la industria EdTech hayan buscado siempre diseñar experiencias de usuario con una mentalidad integral.
El acceso a la educación es un derecho humano básico y, a medida que la educación se ha mudado en línea, la industria EdTech ha buscado reflejar ese derecho a lo largo de sus productos y servicios. Por eso es que, en la revolución remota, las empresas EdTech han ido ofreciendo una plantilla accesible efectiva para otras industrias.
Los productos EdTech son accesibles, no solo para responder a las necesidades de personas con problemas visuales, auditivos o de movilidad, sino para crear mejores experiencias para todas las personas. Por ejemplo, es casi cuatro veces más probable que los jóvenes vean contenidos audiovisuales con subtítulos, que las personas mayores con problemas informados de audición.
Características que alguna vez fueron categorizadas como extras de accesibilidad, en realidad pueden mejorar la experiencia de los usuarios en su conjunto.
La industria de EdTech ofrece aprendizajes clave, tales como el cumplimiento de la accesibilidad, la importancia de pruebas de usuario y el riesgo de readaptación. Todas cuestiones que otras industrias deberían atender y replicar en sus canales de comunicación con los usuarios.
En la intersección de la educación y la tecnología, EdTech tiene una posición única para defender la accesibilidad e inspirar a otras industrias verticales a seguir su ejemplo. La pandemia de Covid-19 obligó a la sociedad a repensar cómo entregar educación y cómo el nuevo formato 100% en línea podría atender a más estudiantes diversos en lugares más diversos con contextos más diversos.
El resultado ha sido una ola de innovación en UX y diseño en EdTech, y nuevos grupos de personas que se incorporan al ecosistema tecnológico. Con la inclusión a la vanguardia de cómo las plataformas EdTech se han creado y mantenido, este sector se ha establecido como un embajador y facilitador, a largo plazo, de la accesibilidad.
