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Pactando el futuro

Milei, hijo de un colectivero nacido en 1943, llegó -gracias al programa iniciado en 1930, que Javier condena- a ser parte de la clase media. Todo terminó hace 50 años: Montoneros, Caballeros del Fuego, Ordalía sangrienta de la represión = "industricidio" + pobreza.

¿Cómo salimos? Por cierto, Javier, no mordiéndole la mano al que te dio de comer, sino pactando, con todos, el futuro.
¿Cómo salimos? Por cierto, Javier, no mordiéndole la mano al que te dio de comer, sino pactando, con todos, el futuro.
Carlos Leyba 24 mayo de 2024

Difícil creerlo. Santiago Caputo, el mago del Kremlin, abrió la puerta y, sin sacarse el cigarrillo de la boca, me dijo "este es un documento reservado, no lo difundas, es para que te calles". Me gritó: "No sabes nada, estás equivocado geronte, el 25 lo anunciamos en Córdoba, Viva la libertad, carajo". Lo de geronte me pareció un elogio.

Tiró un montón de papeles y aquí los reproduzco, tal como los recibí:

PACTO DEL FUTURO

PRIMERO. Terminar con la pobreza, empezando por los niños. El 60% de los niños no puede esperar a que sus padres dejen de ser pobres. Los niños pueden dejar de serlo con una estrategia educativa y sanitaria. Con este presente de pobreza es imposible el futuro. Desde hace 50 años el número de niños en pobreza crece a 7% anual. Es criminal "el estado de pobreza" de la infancia. Así es imposible la acumulación de capital humano que es una fuente del crecimiento.

SEGUNDO. De aquí se deriva la prioridad de la educación primaria. Allí hay que poner la mayor cantidad de recursos. Objetivo: que un niño tenga el nivel de formación de nuestros abuelos y el nivel de información requerido para estar en el Siglo XXI. Allí está el origen de la integración social; allí comienza el fracaso de la sociedad o se corona el éxito a una educación superior. Imprescindible la capacitación continua de docentes e integrar a las Universidades al sistema.

TERCERO: Romper el desequilibrio demográfico. Territorio y demografía conforman la segunda gran contradicción que está en el origen del fracaso nacional. La primera contradicción es la pobreza de 60% en el país de los ganados y las mieses; y la segunda es deshabitar el territorio fecundo, lo que constituye una fractura expuesta de la Nación. Hay que diseñar oportunidades de trabajo productivo en las regiones menos capitalizadas del país: repoblar el interior histórico y poblar la Patagonia. Necesitamos incentivos para concretar lo que prescriba ese diseño. Federalismo es crear las condiciones necesarias y estimulantes, para que las provincias sean atracción del trabajo productivo. Para la Argentina vacía, gobernar es poblar. Para la Argentina de la pobreza, gobernar es crear trabajo. Gobernar es atraer inversiones. Para romper el desequilibrio demográfico, gobernar es poblar con trabajo e inversiones productivas. Argentinos emigran, algunos -con doble nacionalidad- vuelven a sus ancestros; pero seguimos siendo receptor de inmigrantes. Poblar el territorio es una enorme deuda interna. Pero no hay progreso (satisfacción de las necesidades sociales) sin crear empleo urbano en manufactura de bienes transables que generen divisas. Es una cuestión de equilibrio.

CUARTO. Reequilibrar territorio y demografía, implica rediseñar la estructura de transporte. La del FF.CC. es una revolución inconclusa iniciada en 1857 y derrotada por C. Menem. La Generación del '80 la desarrolló en función de aquel proyecto productivo que, entonces, contribuía al desarrollo regional. Quienes los sucedimos, hemos sido incapaces de "redefinir" el sistema para contribuir a evitar el desmadre demográfico que ha culminado con la cabeza de Goliat presta a caer bajo la guillotina de la miseria.

La cuestión del transporte es también adaptación a nuevas tecnologías y modos de habitar y trabajar. La tarea debe incluir la oferta masiva de movilidades colectivas modernas y ambientalmente sanas, en las zonas más densamente pobladas. Sin esa transformación del sistema de transporte y logística, no sólo no podremos integrar el territorio, sino que, los costos irracionales, nos quitarán competitividad en el comercio internacional. Recobrar la racionalidad en el sistema de transporte es una epopeya integradora.

QUINTO. Transformar el Estado. Hace décadas que el Estado por su deterioro, en todas sus dimensiones, se ha convertido en una carga para la sociedad, cuando debería ser el motor de los objetivos. Necesitamos un Estado capaz de apoyar la lucha contra la pobreza infantil, por recuperar la Educación, por lograr el equilibrio productivo demográfico, por generar condiciones para un sistema de transporte eficiente. El deterioro del Estado comienza con la desvirtuación del empleo público al convertirlo en un sustituto de las políticas de empleo productivo.

Es urgente congelar el empleo público por 10 años. Jubilaciones, fallecimientos y renuncias, pueden ser reemplazado por funcionarios de planta recapacitados: es difícil pero posible. Movilización para transformar al Estado en una herramienta de progreso. El descuido de la sana cultura burocrática ha intoxicado al Estado y a la sociedad. Prioridad es mejorar el diseño y la gestión de los servicios de provincias y municipios, elevar al máximo el nivel profesional de las administraciones de la seguridad, la justicia, la salud, la educación, la administración. La revolución en el Estado es condición necesaria para la transformación de la sociedad: la evasión tributaria, la corrupción aduanera exigen un tratamiento urgente y el mejor camino es "el trasplante de órganos". La biología nos ha enseñado como modificar el funcionamiento con el sistema en macha. Transformar el Estado una gran epopeya.

SEXTO. Terminar con las fuentes externas de la corrupción pública. Son muchas. Pero hay una, surgida en los 90, con enorme peso. Por la inevitable asociación entre su crecimiento y el deterioro de la calidad moral de la política y los funcionarios públicos: hay que terminar con el juego. La proliferación de casinos, bingos, sistemas de apuestas, han generado mafias que corrompen a todo nivel. Este Estado, tal como lo tenemos, no puede controlar esas mafias y -al mismo tiempo- transformarse.  Terminar con las pantallas legales de esas organizaciones, que están asociadas a la corrupción de la política y de la administración pública en todos los niveles, nacional, provincial y municipal, es una prioridad. 

¿Quién lo sostiene a Lijo? Enfrentar a esos intereses será muy difícil, pero es una condición necesaria para que la Administración y la política puedan, a su vez, construir una barrera infranqueable a las presiones de los intereses de la codicia. La lucha contra la corrupción será posible con la transformación del Estado, los logros de la educación y la decisión de atacar sus fuentes externas. Es una epopeya para nuestro país que lleva décadas de políticos y administradores, sometidos por la corrupción. Tal vez la más difícil, para conformar la sociedad decente que necesitamos ser.

SÉPTIMA. Establecer "control democrático de las concesiones que el Estado otorga". Los organismos de control estatal han sido cooptados por los beneficiarios de las concesiones: grandes, pequeñas, de largo plazo, etc. Las privatizaciones, parte de las concesiones, han mejorado las prestaciones, pero la progresión de mejora, las garantías de esos servicios para la sociedad, mejor calidad y menores precios, dejan mucho que desear. Todos los procesos de "privatización" o "concesiones" -p.ej. la privatización de los planes sociales- han derivado en fenómenos gravosos para la sociedad. Un proceso de control, con la participación de los usuarios, vale para todas las concesiones que son monopolios o cuasi monopolios o delegaciones del poder público. Esta transformación es, a la vez, una pedagogía democrática para que la sociedad asuma responsabilidades de creciente participación: la ausencia de participación de los ciudadanos debilita la democracia ya debilitada por el incumplimiento de la tarea de la representación por parte de los elegidos.

OCTAVA. El cambio progresivo en la Justicia es una prioridad. A partir de este compromiso ningún Juez, de ninguna jurisdicción, puede acceder, cualesquiera sean sus méritos, antes de cumplir 50 años. Es un requisito el testimonio de una vida transparente y ser Juez es la coronación de una vida académica y profesional, honorable y brillante. Hombres sabios: la sabiduría se adquiere con la madurez de la vida. El problema del país no es sólo la corrupción, la que ha avanzado dramáticamente en los últimos años, sino la impunidad que es la peor pedagogía para la democracia: con impunidad no es posible la democracia.

NOVENA. Hacer transparente, participativa y representativa la política. Los partidos políticos son órganos de la Constitución. Deben estar obligados a realizar convenciones partidarias, nacionales y provinciales, públicas anuales. La elección o renovación de autoridades; la ratificación o rectificación de sus programas o plataformas, los candidatos para los cargos públicos deberán ser elegidos por convenciones o en elecciones directas y los CV, además de la ficha limpia, deben ser dados a conocimiento público. La vida partidaria debe tener carácter público. Plataformas y dirigentes consecuencia de la decisión de sus afiliados. Cumplir así el mandato de la Constitución.

DÉCIMA. Creación de un Consejo para el Desarrollo, integrado por personal concursado por un jurado integrado por miembros nacionales e internacionales de la especialidad. Cargos inamovibles. El Consejo formulará opciones y estrategias para educación, salud, infraestructura, comercio exterior, política industrial, agraria, minera, etc. La Dirección del Consejo será designada por el Congreso de la Nación. El Consejo deberá analizar y proponer, las inversiones necesarias y eficientes, para lograr los objetivos de crecimiento, desarrollo y progreso de la sociedad. Una orientación necesaria en un país que ha extraviado el futuro.

FIN

Una banda de rock atronaba y Milei cantaba en el televisor.

¿Había soñado el pasado? ¿El programa del país que había crecido con inclusión social? Milei, hijo de un colectivero nacido en 1943, llegó -gracias al programa iniciado en 1930, el que Javier condena- a ser parte de la clase media. La mayor de América Latina.

Todo terminó hace 50 años: Montoneros, Caballeros del Fuego, Ordalía sangrienta de la represión = "industricidio" + pobreza.

¿Cómo salimos? Por cierto, Javier, no mordiéndole la mano al que te dio de comer, sino pactando, con todos, el futuro. ¿Me desperté?

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