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¿Hielo para los golpes?

Alberto Fernández dijo "Argentina es mirada por el mundo como el símbolo de todo lo que podemos lograr juntos" (?). Anunció un mañana de paz y prosperidad y nos invitó a "la utopía de la igualdad" con pobreza de 60% en los niños. ¿Lo afectó la "ceguera de la nieve"?

¿Hielo para los golpes?
Carlos Leyba 24 febrero de 2023

Alberto Fernández dijo "Argentina es mirada por el mundo como el símbolo de todo lo que podemos lograr juntos" (?). "Comienza un mañana de paz y prosperidad" (?). 

Antes anunció la guerra contra la inflación. No suena ajeno, entonces, que mientras se matan entre ellos, los del FdeT y los de JxC, Alberto anuncie un mañana de paz y prosperidad. Y que nos invite a "la utopía de la igualdad" con pobreza de 60% en los niños.

Una explicación para este ditirambo puede ser una suerte de "ceguera de la nieve" a nivel intelectual que lo llevaron a invitarnos a "pensar la Antártida, y el inmenso mar que la circunda como una fuente de riqueza aún inexplorada". Descubrimiento y propuesta política de "Ommmm". 

Fernández dijo "venir hasta este lugar es reconocer lo grande que somos" y que él es, de los presidentes, "el primero en hacerlo luego de más de veinte años... me embarga una profunda emoción". "Volar es divino, aterrizar es humano": Enrique Piñeyro.

Hizo un recorrido injusto de la magnífica y dolorosa ocupación inicial de nuestro territorio que es un mandato de nuestros mayores, escandalosamente incumplido. 

Omitió que para nuestro gobierno, desde 1879, Antártida es prioridad y que J. A. Roca, ya presidente, envió en 1880 una expedición al territorio blanco y desde el 22 de febrero de 1904, durante su segundo gobierno, hizo habitar el continente antártico. 

¿Cuál es la razón para que entre doce nombres mencionados haya omitido explícitamente a Roca? ¿La cancelación de la historia? 

Mencionó a Perón y está bien. Juan Domingo apoyó tareas en la Antártida, pero "el General" no olvidó a Roca y su gesta. Cuando nacionalizó los ferrocarriles, a la línea que nos llevaba al Sur la llamó Roca. Simplemente como correspondía. 

Hoy estamos gobernados por usuarios de la franquicia "peronista" que no recuerdan (o no conocen o no aprecian) los gestos más valiosos del fundador. 

Por esa razón desangelada, la mayor parte de los usuarios de la franquicia, vienen militando la grieta histórica y del presente, con la lógica de los "estúpidos imberbes" a los que Perón echó de la Plaza y les recordó que "para un argentino no hay nada mejor que otro argentino", giro valioso de quien, en 1973, descubrió el único camino digno para construir una Nación. Alberto recibió de José Pepe Mujica en 2021, a cambio de una condecoración, una lección que no aprendió: "Argentinos, por favor, quiéranse un poco más. Discrepen todo lo que quieran, pero luchen por un nosotros".

Para no olvidar los que tiraron la piedra de la 125 están a ambos lados de la grieta, en el oficialismo y en la oposición. Los emigrados exageran "para disimular". Acertijo: ¿Qué te mueve si eres halcón, la convicción o el disimulo? 

Una explicación es que predomina la vocación de permanecer. No importa de qué lado. La cuestión de algunos es "estar". Como señaló Mali Hu Bhu no importa lo que fueron, importa lo que se perciben, porque, lo que los gobierna, no es el "ser" sino el "estar" y van hacia el poder allí donde se pueda encontrar. 

Sin duda hay excepciones, pero "la política", así practicada, ha dejado de ser la virtud ciudadana del bien común. Y por eso hay granadas de palabras y no oferta de propuestas.

Al respecto no hay diferencias en los lados de la grieta y tampoco en los aparentes enemigos de "esa política". Es que para los "libertarios" no hay tal cosa como el "bien común". Para ellos sólo cuenta el progreso individual que se logra por la libre. Por eso para Javier Milei el "Estado es un ente ladrón". Para él no se justifica la existencia de políticas del Estado porque no hay tal cosa como el "bien común". 

Similar, en definitiva, es el mensaje ideológico de Miguel A. Pichetto, el discurso más potente de los halcones, al considerar la propiedad como "derecho natural primario" como la vida misma. 

Así como Milei condena la existencia misma del Estado personificado en "la casta"; Pichetto le pega al "punching bag" Papa Francisco, en quien personifica la idea de la propiedad como derecho natural secundario. 

En ambos casos, al elegir enemigo, hay estrategia de crecimiento mediático por condena, versus crecimiento conceptual por propuestas. El marketing elige el primer camino: es de más impacto y no exige pensar. El escalar de la pelea. 

Primario es el derecho natural que bajo ninguna circunstancia puede ser conculcado: la dignidad de la vida inviolable. El derecho natural secundario, es el que rige a los bienes, no a la vida. Permite que el bien común se le anteponga si es necesario. Todas las democracias legislan en función del "bien común". Pichetto y Milei, finalmente en la postergación del bien común, coinciden a pesar de orígenes diferentes: Milei empezó con el condenado por crímenes de lesa humanidad, General Antonio Bussi y Pichetto terminó su período legislativo como líder de la bancada cristinista. 

Digresión: en 1954, en una escuela católica, el profesor radical "antiperonista" pregunta: ¿puedo poner en el límite de mi campo una pared tan alta, tan alta, que le quite el sol al campo vecino? Hubo quienes respondieron sí. Uno de ellos, en la madurez, fue ministro de la dictadura genocida: la consagración de la propiedad como derecho natural primario inmutable. En esta bruma de ideas confundidas estamos peligrosamente enredados. 

¡Que lejos estamos de los desafíos de aquellas generaciones criollas que formaron la estructura generosa de la Patria abierta a todos los hombres de buena voluntad que quisieran habitarla!

El incumplimiento, para con ellas, tiene múltiples dimensiones. 

La primera es el abandono de la política demográfica. Nuestra historia criolla, es una historia de "fortines" y "fronteras", de abnegados y ambiciosos constructores de Nación, ocupando territorio. Y después nos invadió la sombra del abandono. 

El mayor signo de la declinación de una sociedad es la mutilación del pensamiento estratégico -que es la esencia del gobernar- que, en esta Argentina de este tiempo, se expone y resume en el amontonamiento deshumanizante de los conurbanos de la miseria. 

Desde hace más de 30 años -el tiempo de Alberto Fernández en los gobiernos Menem, Duhalde, Kirchner- creció el desempleo de manera vertiginosa (y oculta) y la pobreza de manera vertiginosa y a la vista de todos. 

¿De asumir responsabilidades? Ni hablar. ¿La política bien entendida es pedagogía? 

La segunda dimensión abandonada es la irracionalidad de las políticas económicas de los últimos cincuenta años que han olvidado, hasta extremos inimaginables, cual es la función del Estado en el desarrollo, es decir, en el poner en acto lo potencial. 

Abandonamos la misión heredada de los mayores. 

Un ejemplo de legado a la Sarmiento -a quien citó Fernández- desparramó sus maestras gringas en el territorio habitado. Era "el Estado" llevando la instrucción al espacio donde habitaba ese vacío. Política es "construir Nación" desde el Estado. También se construye Nación desde la vida ciudadana. Pero el Estado es quien hace la picada para entrar al bosque en el que se ocultan las riquezas del futuro.

Alberto no recordó las profecías, incumplidas, que reflejan el clima de aquella Argentina haciendo patria y generando, en los observadores extranjeros, esa idea de compromiso y fortaleza. 

Volviendo al sur escuchemos el discurso de Herbert Gibson, en noviembre de 1905, publicado textualmente en "Impresiones de la República Argentina en el Siglo XX", editado por E. Lloyd´s, 1911. Decía Gibson: "Desde la magnífica playa de la costa patagónica hasta los hermosos lagos de la cordillera, existirá un pueblo no ya agricultor como hasta ahora, sino industrial porque conducirán los productos y riquezas naturales a sus talleres y fábricas, dónde los elaborarán: pueblo que construirá sus propios puertos y líneas férreas y convertirá la misteriosa y silenciosa Patagonia del Siglo XIX en la bulliciosa, ruidosa y activa Patagonia del Siglo XXI". Gibson pensaba en Santa Cruz y hasta predijo, en ese mismo discurso, la presidencia de Néstor Kirchner. Parece broma pero no lo es: "Bien pudiera ser que algún mozalbete harto de respirar las brisas de las costas de Santa Cruz, haya ya emprendido el camino que conduce a la Casa Rosada".

Gibson seguramente imaginaba la llegada de un constructor de estructuras productivas y sociales, que derramaría la impronta de las realizaciones de su sueño del Siglo XXI. 

Pero la Argentina de entonces ya estaba enferma. Santa Cruz, de donde partió Néstor en 2003, tenía más del doble de empleados públicos cada mil habitantes, que el promedio de todas las provincias. Desde 2003 en el gobierno nacional se irradió empleo público que está llegando ahora a 4 millones de personas. No pensar en producir sino en ocupar.

En 1972 el dictador A. Lanusse legisló la promoción de inversiones en Tierra del Fuego para ocupar el territorio. Con el mismo costo y mayor rendimiento, pudimos haber tenido una Universidad de Doctorados, con eminencias del Planeta en año sabático, atraídos por honorarios y por uno de los lugares más maravillosos del globo. 

Pero hoy allí tenemos un pozo negro que ha beneficiado escandalosamente a pocos "especialistas en empresas reguladas". 

Visitando la oposición, ayer Perfil tituló "Bullrich versus Bullrich". Exacto.

De un lado la sabiduría y serenidad de Esteban, del otro la violencia de Carolina Serrano, hoy Pato Bullrich. 

Cuando era Carolina creía en las soluciones drásticas por las armas contra "la oligarquía capitalista explotadora". Ahora violencia verbal que no dialoga. Es decir "monologa". 

¿Por qué razón creerá que quien ha sufrido las consecuencias de la locura montonera, que ella militó, le asignaría el derecho a dialogar?

A pesar de la prometida violencia de Milei y los halcones y del extravío memorable de los usuarios de la franquicia peronista, hay un país lleno de posibilidades. 

Pero que condena a la miseria a la mitad de sus habitantes por destruir la herramienta del desarrollo que es el pensamiento estratégico gobernando. Hablar de eso es ponerle hielo a los golpes.

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