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Congreso: voto a voto y agenda económica para 2022

Los resultados de las elecciones produjeron una distribución de bancas sin precedentes desde 1983 que obligará a negociar si se quiere evitar la parálisis

Congreso de la Nación
Congreso de la Nación
21 diciembre de 2021

El rechazo al Presupuesto 2022 presentado por el Poder Ejecutivo y diseñado por el ministro de Economía Martín Guzmán, fue la primera aproximación a lo que será el Congreso en los próximos dos años. La dinámica legislativa, tanto en Diputados como en Senado, estará signada no solo por la paridad de los votos, sino también por la carrera hacia el 2023 que ya comenzó.  

En ese marco, el Frente de Todos se verá obligado a avanzar con pies de plomo y garantizarse con mucho ejercicio político el quórum y los votos necesarios para aprobar las iniciativas, antes de someterse a sucesivas derrotas legislativas.  

Las elecciones de medio término del 2021 y una dura derrota a nivel nacional (por casi 10 puntos), dejaron un saldo complejo para el Frente de Todos y para la propia Casa Rosada, que ya ha exhibido en más de una oportunidad dificultades para imponer la agenda. Se suma además, no solo la nueva configuración del Congreso si no también la pérdida del capital político y ausencia del envión victorioso de 2019. 

El principal golpe estuvo en el Senado, en donde el peronismo, jamás perdió el quórum desde el año 83'. Sin embargo, si bien continúa siendo la primera minoría, ya no podrá sesionar en solitario y deberá contar con el apoyo de Juntos por el Cambio, el principal interbloque de la oposición. El accionar de los bloques federales será clave para el funcionamiento de la Cámara Alta, y para los objetivos del FdT.  

Dicho escenario centrará la mirada sobre la figura de la vicepresidenta Cristina Kirchner, quien en los dos primeros años de gestión de Alberto Fernández, supo hacer valer la mayoría sin que le temblase el pulso. 

En Diputados, la caída del Presupuesto dejó dañada la relación entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, y parecería diluirse (al menos en el arranque de la nueva conformación) la posibilidad de que el oficialismo se apoye sobre los bloque provinciales para juntar los consensos y apoyos necesarios para sesionar, y aprobar las leyes. El crecimiento de la izquierda y la aparición de los liberales han achicado el volumen de legisladores que responden a los mandatarios de las provincias.  

Más allá de las negociaciones, la dinámica legislativa deberá tomar un nuevo impulso signado por la agenda económica que le permita a Argentina establecer un sendero de crecimiento y trazar un horizonte de salida de la crisis, sobre todo, con la negociación con el Fondo Monetario Internacional, y con la discusión del Plan Plurianual (sobre el que  todavía no hay mayores precisiones) como dos puntales centrales de dicha agenda. 

El primer punto que deberá resolver el oficialismo es su propio frente interno, que luego del traspié del Presupuesto parecería cohesionado en el objetivo de cargar las tintas sobre la “responsabilidad” de la oposición. 

Poco margen quedará para que JxC para no acompañar un acuerdo con el organismo internacional, sobre todo porque fue justamente durante el gobierno de Mauricio Macri cuando se aprobó de forma exprés un crédito sin antecedentes, y además, porque el sesgo ideológico de la oposición es más proclive a mostrarse amigable con el mundo y coincidir con los pedidos del organismo. La falta de acuerdo con el FMI y un calendario de pagos abultado que empieza a complejizarse a partir de marzo próximo, parecerían ser los principales escollos del oficialismo para el 2022. 

Al mismo tiempo, será interesante observar el avance y desarrollo (o no) de una agenda planteada por el oficialismo en términos productivos, que está relacionada con el incremento de las exportaciones en materia agroindustrial (Ley de Fomento Agroindustrial), la extensión del esquema de promoción fiscal e impositiva para la construcción, la Ley de Compre Argentino, el proyecto de estímulo a la producción automotriz y autopartista, y la Ley de Hidrocarburos entre otros puntos.  Hasta el momento y más allá de los anuncios, el oficialismo no ha logrado activarlas.  

En apariencia, lejos quedará la posibilidad de avanzar sobre cuestiones institucionales, como la Reforma Judicial, que contó con media sanción del Senado, y la Reforma del Ministerio Público Fiscal, que se encuentra en la misma situación, pero abroquela a la oposición. 

Otra incógnita a despejar será cuánta incidencia tendrá la carrera hacia 2023, sobre todo teniendo en cuenta que hay muchos nombres que se anotan para la disputa en diversos cargos ejecutivos, y querrán mantener un elevado perfil en el Congreso. Entre ellos están María Eugenia Vidal, Diego Santilli, Leandro Santoro, Facundo Manes, Victoria Tolosa Paz, Alfredo Cornejo y  Rogelio Frigerio. 

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