Tras el primer debate por la nominación presidencial republicana, ya hay una gran conclusión: Donald Trump no tiene rivales.
El magnate ni siquiera se presentó en el debate en el que participaron ocho candidatos. Sin embargo, se vio favorecido por la deslucida imagen de su "máximo rival", el gobernador de Florida, Ron DeSantis.
Durante semanas, las cifras de DeSantis en las encuestas han ido cayendo y la brecha con Trump se ha ampliado, poniendo en peligro su argumento de que él es la alternativa preferida de los votantes del magnate.
Sin embargo, durante el debate, los otros siete candidatos lanzaron pocos ataques en su dirección, lo que podría ser una señal de que no estaban amenazados por su debilitada candidatura o de que tenían otras prioridades.
Una de las sorpresas de la noche fue la de Vivek Ramaswamy, un empresario de 38 años, que en su primer debate político calificó a sus rivales de "comprados y pagados", lo que cayó bien en gran parte de la audiencia.
Por su parte, Trump se saltó el debate para una entrevista pregrabada con el locutor conservador Tucker Carlson publicada en X, antes conocido como Twitter.
El moderador del debate, Bret Baier, de Fox News, llamó el miércoles a Trump "el elefante que no está en la sala".
Trump tuvo un feroz defensor en Ramaswamy, quien lo llamó "el mejor presidente del siglo XXI" y prometió perdonarlo si es declarado culpable de delitos federales.
Según la mayoría de las encuestas, Trump triplica en intención de voto a DeSantis, su principal perseguidor en las internas republicanas.
