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Milei, entre sus principios y el desafío de reinsertar a Argentina en el mundo

Tras una histórica elección, en la que se convirtió en el candidato más votado en la historia argentina, Milei ya comienza a planificar cómo serán sus próximos cuatro años de gobierno. Hay grandes expectativas en si cumplirá con muchas de sus advertencias en política exterior.

Milei, entre sus principios y el desafío de reinsertar a Argentina en el mundo
Damián Cichero 20 noviembre de 2023

Tras varios meses de expectativas, luego de quizás las elecciones más "largas", finalmente el país tiene nuevo presidente: Javier Milei, quien hasta hace un par de años ni siquiera figuraba en los papeles, obtuvo 14.476.462 de votos y se convirtió en el candidato presidencial más votado en la historia argentina. 

Pero, ahora que todo está definido, aunque todavía quedan algunas semanas para que Milei asuma, el libertario deberá ponerse manos a la obra para una muy cuidadosa transición, que no genere pánico en el ambiente.

Entre los asuntos que deberá ir definiendo, cuestiones como la economía son fundamentales. Sin embargo, hay una que, si bien en la Argentina no se le da tanta importancia, resulta decisiva: la política exterior.

Si se tiene en cuenta que la política exterior apenas fue tratada en el debate para el balotaje, y no en los dos anteriores, eso ya es una muestra clara de que el asunto muchas veces puede ser dejado de lado por la población.

No obstante, en un mundo cada vez más interconectado por la tecnología y las redes sociales, los vínculos con el resto de los países del Sistema Internacional son más que importantes para que un país prospere. Por ello, las próximas decisiones de Milei serán cruciales a la hora de definir el camino que la Argentina tomará bajo su mandato.

Por el momento, la única gran certeza es que la canciller de Milei será Diana Mondino. De todas formas, surgen dudas acerca de si el presidente electo cumplirá con muchas de sus duras propuestas, por ejemplo, la de no vincularse con países como Brasil y China. 

Los primeros viajes

Para sorpresa de pocos, ya que la decisión va en línea con lo expresado por Milei durante su campaña presidencial, el libertario viajará a los Estados Unidos e Israel antes de asumir el próximo 10 de diciembre.

El propio Milei confirmó la noticia, aunque explicó que el viaje "tiene una connotación más espiritual que de otras características", ya que visitará en ambos destinos a sus amigos rabinos. 

Aunque es cierto que Milei no será el presidente en funciones, los destinos son toda una novedad si se tiene en cuenta que, según la tradición argentina, el primer destino que un mandatario visita es Brasil. 

Sin embargo, Milei siempre dejó en claro que los principales aliados del país serían EE. UU. e Israel durante su gobierno, aunque está idea comienza con algunas dificultades en el caso de Washington.

Actualmente, EE. UU. es el tercer socio comercial de Argentina y Milei seguramente desearía que este vínculo fuese en ascenso. Pero su gran problema es su cercanía con Donald Trump. 

Tras el triunfo de Milei, el expresidente estadounidense (2017-2021) se declaró "orgulloso" por su victoria: "Felicitaciones a Javier Milei por una gran elección como presidente de Argentina. ¡El mundo entero te estaba mirando! Estoy muy orgulloso de ti".

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Si se tiene en cuenta el pésimo vínculo entre Trump y el actual presidente, Joe Biden, un claro acercamiento de Milei al líder republicano podría enfriar los vínculos con Washington.

Desde EE. UU. intentaron enviar un mensaje optimista y fue el secretario de Estado, Antony Blinken, quien felicitó a Milei por su victoria y lo invitó a trabajar juntos "en prioridades compartidas que beneficien a los pueblos de ambos países, como la protección de los derechos humanos y la democracia, abordar el cambio climático e invertir en la clase media". 

Y es aquí donde aparecen más problemas, ya que la administración de Joe Biden comparte muy pocos principios con Milei: durante su gestión, el líder demócrata ha defendido banderas como la redistribución social a través del cobro de impuestos, la lucha contra el cambio climático o la defensa del aborto, todas cuestiones que el nuevo presidente argentino no tiene como prioridad. 

Quizás una de las pocas aristas en las que podrían coincidir es en su distanciamiento de China, aunque Washington parece negarse a un desacople total, mientas que las declaraciones de Milei al respecto han sido mucho más disruptivas.

Respecto al caso de Israel, en un momento en el que el país lleva una guerra en la Franja de Gaza, una de las grandes cuestiones es si Milei avanzará con su polémica idea de mudar la embajada argentina de Tel Aviv a Jerusalén, algo que el propio Trump hizo en 2017. 

Jerusalén es una ciudad sagrada para los judíos, cristianos y musulmanes. Por ello, en el marco del conflicto árabe-israelí, la Asamblea General de la ONU considera a Jerusalén como una "entidad aparte".

Además, tras los acuerdos de Oslo, firmados en 1993 por Israel y la Organización para la Liberación de Palestina, se estableció que el estatus de Jerusalén sería discutido en etapas más avanzadas de las negociaciones.

En 2017, con su anuncio, Estados Unidos se convirtió en el primer país en reconocer a Jerusalén como la capital israelí. Por ello, que Milei tome una decisión similar sería más que polémico, sobre todo teniendo en cuenta que nuestro país ya sufrió dos atentados a fines del siglo XX. 

Brasil y China

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Durante años, Milei se mostró muy duro con estos dos países e incluso llegó a sugerir que rompería relaciones con ambos, lo que quizás demostró algún desconocimiento del libertario en la materia.

Sin embargo, a medida que las críticas fueron en aumento, Milei intentó explicar que él no se relacionaría con líderes "comunistas" (por Lula da Silva y Xi Jinping), aunque eso no implicaba que los privados dejarán de comerciar. 

El año pasado, el comercio bilateral entre Argentina y Brasil superó los US$ 28.000 millones, lo que consolidó al país vecino como nuestro principal socio comercial.

Por ello, la importancia de Brasil para Argentina sigue siendo determinante, y ahora todo podría empeorar: aunque Lula "felicitó" a Milei por su triunfo, ya confirmó que no asistirá a la asunción del libertario en diciembre, lo que es una muy mala manera de comenzar la relación.

Aquí hay que remarcar un hecho: a pesar de que Milei llegó a calificar a Lula de "zurdo salvaje", el líder brasileño tampoco puede hacerse el desentendido de esta situación, ya que claramente apoyó la candidatura de Sergio Massa, algo que no está bien visto en el ambiente de las relaciones internacionales.

A esto se suma que quien sí estará en la asunción de Milei será el expresidente brasileño Jair Bolsonaro que, al igual que sucede entre Biden y Trump, tiene una clara enemistad con Lula, algo que solo agregará más leña al fuego. 

Otra cuestión clave será la del Mercosur, bloque que Milei ha criticado duramente. La gran posibilidad es que se suba al carro del presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, y pida actualizarlo. 

Por otra parte, respecto a China, Mao Ning, portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores, dejó en claro que Pekín quiere "trabajar con Argentina para proseguir la amistad" entre los dos países y para una "cooperación donde todos ganan".

Desde el Gigante Asiático fueron más inteligentes y casi no emitieron opinión durante la campaña argentina, principalmente por los "swaps" que atan a Pekín y Buenos Aires. 

En 2022, el comercio entre la Argentina y China superó los US$ 25.000 millones, lo que consolidó al Gigante Asiático como nuestro segundo socio comercial y lo que deja en claro por qué es imposible romper relaciones con este país.

Sin embargo, aun cuando Milei quiere dejar el comercio en manos de los privados, aquí hay otro gran problema: el Estado chino maneja casi el 100% de la economía. Por lo tanto, cualquier decisión política claramente podría generar que Pekín tome contramedidas comerciales. 

Y como si esto no fuese suficiente, todavía resta saber si Milei aceptara que la Argentina pase a formar parte del grupo de los BRICS a partir de enero, algo que ya ha dicho que no aceptaría.

Sin dudas, rechazar esta opción seguramente privaría a Argentina de una oportunidad similar por mucho tiempo. Sin embargo, el gobierno de Alberto Fernández también deberá hacerse responsable por tomar una decisión de esta envergadura en un año electoral. 

Otras cuestiones

Algunos temas, como que Milei endurecerá la postura de la Argentina con las dictaduras de Venezuela, Cuba y Nicaragua, son casi un hecho. 

Por el contrario, la gran duda es qué sucederá con el papa Francisco, al cual Milei insultó en más de una oportunidad, mientras que su asesor, Alberto Benegas Lynch, pidió cortar relaciones con el Vaticano.

Sin embargo, Mondino ha intentado bajarle la tensión al asunto: negó que se vayan a romper relaciones con el Estado sede de la Iglesia Católica Romana y dijo que, si el Papa visita Argentina en 2024 o 2025, "será recibido de todo corazón".

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