Un nuevo estudio analizó la propagación del COVID-19 entre las escuelas y descubrió que los niños pueden permanecer seguros en clase con las medidas de mitigación adecuadas.
El costo de la pérdida de aprendizaje debido a la pandemia ha sido enorme.
- Con las vacunas ahora aprobadas para casi todas las personas mayores de 4 años, y una clara evidencia de que la propagación se puede controlar en las escuelas, las clases deberían poder permanecer abiertas.
En un informe publicado en Science el jueves, investigadores del Reino Unido revisaron estudios de todo el mundo sobre el impacto del COVID-19 en los niños y el alcance de la propagación en las aulas.
- Los investigadores señalaron que la investigación inicial encontró que los niños "representaban solo una pequeña fracción del total de casos, hospitalizaciones y muertes debido al COVID-19 e invariablemente desarrollaron enfermedades leves, transitorias y autolimitadas".
- Investigaciones posteriores encontraron que los niños tenían la misma probabilidad de infectarse que los adultos, pero menos probabilidades de contagiar, y los estudios de escuelas que reabrieron con medidas de mitigación como máscaras y distanciamiento social encontraron que los brotes eran limitados tanto en las aulas como en la comunidad en general.
"Aunque los cierres de escuelas pueden contribuir a reducir la transmisión, por sí mismos, serían inadecuados para prevenir la transmisión comunitaria y, en consecuencia, los beneficios de la educación presencial superan los riesgos", escribieron los investigadores.
Un análisis de McKinsey de julio encontró que la pandemia dejó a los estudiantes en promedio cinco meses atrás en matemáticas y cuatro meses atrás en lectura al final del año escolar 2020-21.
- Las escuelas en EE.UU. todavía están cerrando debido a los brotes de COVID-19, aunque el número de cierres ha disminuido durante el otoño, y el lanzamiento esta semana de vacunas para niños de 5 a 12 años debería brindar una mayor protección.
