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Joe Biden y Emmanuel Macron se unen para liderar a Occidente

Ante las actuales tensiones internacionales con Rusia y China, Washington y París buscan alinearse detrás de una misma causa para liderar a Occidente.

Estados Unidos y Francia son aliados desde 1778, año en el que París comenzó a apoyar a Washington en su guerra de Independencia
Estados Unidos y Francia son aliados desde 1778, año en el que París comenzó a apoyar a Washington en su guerra de Independencia
Damián Cichero 02 diciembre de 2022

Desde 2017, año en el que llegó a la presidencia de Francia, Emmanuel Macron ha intentado revitalizar tanto el papel de su país como el de la Unión Europea en el escenario internacional. 

Por ello, para reducir la dependencia del Viejo Continente de Estados Unidos, ha hecho diferentes propuestas que buscan incrementar la integración europea, como es la idea de crear un ejército comunitario. 

En parte, el accionar del líder galo va de la mano con la tradición francesa de no subordinarse a Estados Unidos por sus discrepancias en cuanto al rol que el gigante norteamericano debe desenvolver en Europa. 

Quizás, los mejores ejemplos de esto fueron dos icónicas decisiones del general y héroe de guerra Charles de Gaulle, quien decidió que Francia creara su propio arsenal nuclear sin ayuda de Washington y, un par de año después, se retiró de la OTAN porque se negaba "a ver a Francia implicada automáticamente en una guerra, por decisión de otras naciones".

Volviendo a la actualidad, en una clara señal del empoderamiento francés, las relaciones bilaterales se tensaron notablemente el año pasado cuando EE.UU. firmó, junto con el Reino Unido y Australia, el acuerdo AUKUS para proveerle al país oceánico submarinos nucleares con el fin de contrarrestar el avance chino en la región del Indo-Pacífico.  

El problema fue que, para firmar la alianza, Canberra primero debió cancelar un acuerdo que tenía con Francia, por US$ 36.000 millones, para adquirir sus submarinos. Desde París, al enterarse de la noticia, retiraron a su embajador en suelo estadounidense, quien solo regresó luego de que el presidente Joe Biden se comunicara telefónicamente con Macron. 

Pero, aunque nadie puede dudar de la audacia de Macron, en cuestión de meses las cosas dieron un giro de 180° en el sistema internacional, lo que le recordó a París que difícilmente pueda prescindir de su histórico aliado norteamericano.

La invasión rusa de Ucrania fue una advertencia para todos los países de que, en un mundo anárquico, los países dependen de ellos mismos para sobrevivir o, en el peor de los casos, de un aliado más poderoso. 

Y para Francia, este lugar lo ocupa Estados Unidos: aunque ambos son miembros fundadores de la OTAN, Washington aporte el 70% del presupuesto militar de la alianza, mientras que París tan solo el 5%. 

Incluso, pese a que el sentido común hace creer que fue el Reino Unido el primer aliado de EE.UU., en realidad, ese simbólico lugar le pertenece a Francia, ya que lo ayudó en su guerra de Independencia justamente contra los británicos. 

Por ello, en un momento en el que los servicios de la OTAN son más que imprescindibles para Europa, Macron se reunió ayer con su par estadounidense en Washington para reforzar su histórica alianza. 

Sin embargo, el acercamiento de Macron no solo es beneficioso para Francia, sino también para Estados Unidos. Esto se debe a que, a diferencia de su predecesor Donald Trump, quien aisló a su país durante su gestión, Biden aboga por revitalizar su papel como líder del mundo occidental. 

A esto se suma que, en su lucha global contra China, Estados Unidos necesita que Occidente presione en bloque al gigante asiático. Por ello, enviando un claro mensaje, ayer Macron se convirtió en el primer líder extranjero en ser invitado a una cena de Estado en la Casa Blanca de Biden, una señal de su importancia para el mandatario. 

Alineados detrás de Ucrania

Ante el complicado panorama, Biden y Macron presentaron un frente unido sobre Ucrania. Por ello, en una declaración conjunta los dos líderes dijeron que estaban comprometidos a hacer que Rusia rindiera cuentas "por atrocidades y crímenes de guerra ampliamente documentados, cometidos tanto por sus fuerzas armadas regulares como por mercenarios" en Ucrania.

"Francia y los Estados Unidos están enfrentando la ambición de conquista de Vladimir Putin y defendiendo los valores democráticos y los derechos humanos universales", agregó Biden. 

Además, el líder demócrata se mostró dispuesto a dialogar con el presidente ruso Vladimir Putin, con quien no conversa desde antes del inicio de la guerra en febrero. 

"Estoy preparado, si él está dispuesto a hablar, para averiguar qué está dispuesto a hacer", dijo Biden, aunque aclaró que solo haría esto en consulta con sus aliados de la OTAN.

Desde que la guerra comenzó, el pasado 24 de febrero, las fuerzas armadas de Ucrania han perdido entre 10.000 y 13.000 soldados. Además, la Unión Europea cifran en 600.000 millones de euros los daños en el país víctima. 

Por otra parte, respecto a la otra gran preocupación del mundo Occidental, ambos prometieron coordinar sus preocupaciones con respecto al "desafío de China al orden internacional basado en reglas, incluido el respeto por los derechos humanos y trabajar junto con China en cuestiones globales importantes como el cambio climático".

Preocupa la IRA 

Para Francia, Estados Unidos representa uno de sus 10 principales socios comerciales, ya que el 7% de sus exportaciones van hacia allí, mientras que el 4,3% de las importaciones provienen de esa región. Sin embargo, eso no evita las tensiones económicas entre ambos. 

En este sentido, Macron planteó las preocupaciones europeas sobre los subsidios de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) de Biden, un proyecto de US$ 430.000 millones que ofrece subsidios masivos para productos fabricados en el país norteamericano con el objetivo de abordar la crisis climática.

Pero, desde el Viejo Continente, consideran que la IRA perjudica a las empresas no estadounidenses. 

"Francia no vino aquí a pedir algún tipo de excepción para su economía. Vinimos a compartir cómo nos impactan las consecuencias de esta regulación", explicó Macron al respecto. 

Por su parte, Biden se comprometió a realizar cambios en la ley, ya que consideró que la misma tiene "fallas" que pueden abordarse. 

"Hay ajustes que podemos hacer que fundamentalmente pueden facilitar que los países europeos participen o estén solos (...) Vamos a seguir creando empleos de manufactura en Estados Unidos, pero no a expensas de Europa", agregó.

"Acordamos resincronizar nuestros enfoques, nuestras agendas para invertir en industrias emergentes críticas. Semiconductores, baterías, hidrógeno", sentenció Macron. 

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