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Joe Biden, Donald Trump y una carrera presidencial más difícil que de costumbre

Tras su histórico enfrentamiento en las elecciones presidenciales de 2020, todo hace prever que el líder demócrata y el magnate se volverán a ver las caras en los comicios que se celebrarán el próximo 5 de noviembre. Sin embargo, antes tendrán que superar duros escollos.

Joe Biden, Donald Trump y una carrera presidencial más difícil que de costumbre
Damián Cichero 04 enero de 2024

Aunque recién comienza, 2024 no será un año más para los amantes de la política internacional, ya que en Estados Unidos se celebrarán elecciones presidenciales. 

Y si bien aún faltan muchos meses para el 5 de noviembre, fecha de los comicios, la tensión ya se hace sentir en todo el territorio norteamericano como consecuencia de que un nuevo "Biden versus Trump" parece inevitable.

En realidad, en enero comenzarán lo que son las primarias del Partido Demócrata y Republicano para que ambos elijan a sus candidatos. Sin embargo, la mayoría de las encuestas dan por sentado que el actual presidente y el magnate se impondrán con comodidad. 

Eso no implica que se venga un año sencillo para ninguno de los dos candidatos más votados en la historia del país allá por el año 2020.

Comienzan las primarias

En el caso del Partido Demócrata, las primarias comenzarán el 23 de enero en Nuevo Hampshire y terminarán el 8 de junio con los caucus de Guam y de las Islas Vírgenes de los Estados Unidos.

Por un lado, las primarias son las votaciones secretas que se celebran en urnas en los colegios electorales, mientras que los caucus son reuniones en las que se analizan los candidatos y sus propuestas (se vota al final). Así, la participación en los caucus es más escasa, aunque su duración suele ser más larga.

Sin embargo, pese a la complejidad del sistema, en el caso de los demócratas, la cosa parece bastante definida: como Joe Biden irá en busca de su reelección presidencial, se ha convertido en el "candidato titular". En este sentido, rara vez los candidatos titulares se enfrentan a una competencia seria dentro de sus partidos, por lo que se da por sentado que será el presentante demócrata el próximo 5 de noviembre. 

Por su parte, Donald Trump sí tiene las cosas mucho más difíciles en el Partido Republicano, aunque no necesariamente por carecer de apoyo.

En el caso del GOP, las internas comenzarán el próximo 15 de enero, con el caucus de Iowa, y finalizarán el 4 de junio, con las primarias de Nueva Jersey y Nuevo México.

Los máximos "perseguidores" de Trump son la exgobernadora de Carolina del Sur Nikki Haley y el gobernador de Florida, Ron DeSantis. De todas formas, el magante los triplica a ambos en intención de votos. 

En cuanto al exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie, el empresario Vivek Ramaswamy y el exgobernador de Arkansas Asa Hutchinson ya parecen totalmente fuera de carrera.

Pero el gran problema para Trump, en realidad, viene desde las trabas que el Poder Judicial y algunos estados le están imponiendo: en diciembre, la Corte Suprema de Colorado y la autoridad electoral de Maine dictaminaron que el expresidente no podrá presentarse a las elecciones presidenciales en los respectivos estados. 

En ambos casos, se citó la 14ª Enmienda de la Constitución de EE.UU., que prohíbe el ejercicio de la presidencia a toda persona que haya "participado en insurrección o rebelión".

Cabe recordar que, al realizar falsas denuncias de fraude, Trump ha sido culpado, en reiteradas oportunidades, de incitar la insurrección de sus seguidores en el Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero de 2021. 

Por ello, tanto desde Colorado como desde Maine, consideraron que Trump violó la Sección 3 de la 14ª Enmienda, también conocida como cláusula de descalificación, que prohíbe ocupar un cargo a cualquier "funcionario de los Estados Unidos" que haya jurado "apoyar la Constitución de los Estados Unidos" y luego "participe en una insurrección o rebelión contra la misma, o haya brindado ayuda o consuelo a sus enemigos". 

Como era de esperar, Trump catalogó las medidas como una cacería de brujas y ya ha apelado ambas medidas, por lo que todo se definirá en la Corte Suprema, donde 6 de los 9 jueces son republicanos. 

Para los abogados de Trump, la enmienda constitucional en cuestión no se aplica a los presidentes estadounidenses, además de que la elegibilidad presidencial está reservada al Congreso.

Así, aunque no está claro cómo fallaría la Corte (en el pasado ha sido duramente criticada por el propio Trump), se estima que su participación no debería correr riesgo, ya que una posible proscripción elevaría la tensión a niveles nunca antes vistos en el país considerado "cuna de la democracia". 

En este sentido, es posible que el tribunal eluda la cuestión de si Trump participó o no en una insurrección, y directamente dictamine que la Sección 3 no se aplica a los presidentes o que los tribunales no pueden hacerla cumplir.

Aunque Colorado es de tendencia demócrata, Maine no es considerado un bastión, lo que lo convierte en un estado clave para Trump de cara al 5 de noviembre. 

Meses turbulentos

Más allá de las primarias, las cuales recién podrían estar definidas a partir de mayo, se vienen meses complicados tanto para Trump como para Biden.

En el caso de este último, a fines de 2023, la Cámara de Representantes, de mayoría republicana, aprobó formalizar la investigación de juicio político ('impeachment') en contra del líder demócrata por supuestamente haberse favorecido con los negocios de su hijo Hunter cuando ejercía la vicepresidencia de EE.UU.

Aunque es poco probable que Biden sea destituido, ya que el Senado es de mayoría demócrata, un impeachment podría debilitar aún más la imagen del mandatario, que actualmente se encuentra por detrás de Trump en las encuestas.

Justamente, intentado aprovechar el momento, se espera que este 5 de enero, en las puertas de un nuevo aniversario del ataque al Capitolio, Biden brinde un discurso político aduciendo que Trump representa una amenaza existencial para la democracia.

Por su parte, durante todo el año, Trump deberá enfrentarse a una serie de juicios civiles y penales, siendo el primero el 11 de enero, cuando se enfrentará a una posible multa de US$ 250 millones por fraude fiscal. 

Además, el 16 del mismo mes, un jurado anónimo decidirá cuánto tendrá que pagar Trump por difamar a la autora E. Jean Carroll, ya que el juez lo ha declarado responsable por difamarla.

Pero los problemas no terminan aquí para Trump: el 4 de marzo, se enfrentará a un juicio penal en Washington por intentar revertir ilegalmente su derrota electoral de 2020, mientras que el 25 se le iniciaría un juicio en Nueva York por falsificar registros comerciales para encubrir un pago de dinero a una estrella porno antes de las elecciones presidenciales de 2016. 

Por el momento, la cantidad de procesos en contra de Trump solo parecen haber impulsado su candidatura, ya que el propio magnate habla de una persecución para proscribirlo de las elecciones.

Según una encuesta de USA Today y la Universidad de Suffolk, Trump tiene una intención de voto del 39%, contra el 37% de Biden, aunque el dato más preocupante para el líder demócrata es que Trump está ganando terreno entre los votantes latinos. 

Principalmente, a los encuestados les preocupa que Biden, de 81 años, ya se haya convertido en el presidente más viejo en la historia de EE.UU. y, en el caso de ser reelegido, terminaría su segundo mandato en 2028 con 86 años. 

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