Por Sofía Kasirer y Sofía Meijide (*)
En línea con sus promesas de campaña, Javier Milei visitó Israel como primer destino diplomático. Allí, el Presidente ratificó su intención de trasladar la embajada de Argentina de Tel Aviv a Jerusalén, demostró su apoyo incondicional a Israel en lo que respecta a la guerra en Gaza y afirmó querer declarar a Hamas un grupo terrorista. A simple vista, un fortalecimiento en los vínculos. Viéndolo con más detalle, un importante cambio para la política exterior argentina.
El viaje
Milei estuvo en Medio Oriente entre el 6 y el 9 de febrero. Lo acompañaron la canciller Diana Mondino, la Secretaria General de la Presidencia Karina Milei, y el embajador designado ante el Estado de Israel, el rabino Shimon Axel Wahnish.
Se reunió con el Presidente Isaac Herzog, el Primer Ministro Benjamin Netanyahu y empresarios. Recorrió el kibutz Nir Oz, conversó con rehenes liberados y familiares de argentinos secuestrados en Gaza y conmemoró a los fallecidos durante el ataque del 7 de octubre. Además, visitó el Muro de los Lamentos, la Iglesia del Santo Sepulcro, el Museo del Holocausto y plantó un árbol en el Bosque Keren Kayemet LeIsrael.
Gestos concretos
- La guerra en Gaza
El pasado 7 de octubre, Israel sufrió un ataque en su territorio por parte del grupo Hamas, en el marco del conflicto histórico que divide a Israel y Palestina. Aunque Argentina condenó los ataques en aquel momento, se abren nuevas aristas. Tal como mencionó el primer ministro israelí, el actual apoyo argentino hacia Israel "se expresa de muchas maneras".
En lo que respecta a Hamas, ya en su calidad de diputado nacional, Milei firmó un proyecto para materializar la intención de declararlo un grupo terrorista. Para el actual Presidente, "hay que ser firmes con la posición de intransigencia con el terrorismo". Cabe aclarar que no existe un listado internacional de organizaciones terroristas, sino que cada país tiene su propio criterio para guiar esas consideraciones. No obstante, las acciones de Hamas se condicen con lo que la academia podría catalogar como un grupo terrorista.
Por otro lado, en relación a Israel, el Presidente, al igual que muchos, ha justificado el accionar del Estado judío en territorio a partir del concepto de legítima defensa. No obstante, para que sea realmente legítima debe, además de existir un ataque, ser inmediata, necesaria y proporcional al mismo, condiciones cuestionables en las últimas escaladas. De hecho, las medidas han sido observadas por la Corte Internacional de Justicia.
- La embajada de Tel Aviv a Jerusalén
Jerusalén es una ciudad sagrada para las tres religiones monoteístas, y hoy es reclamada tanto por Palestina como por Israel en el marco de su controversia. Trasladar la embajada implicaría que Argentina reconozca a Jerusalén como capital y ciudad exclusiva del Estado de Israel. De este modo, se estaría desviando al país de su posición histórica de neutralidad y equilibrio, enmarcada en el sistema de Naciones Unidas, que vela por la solución pacífica del conflicto, basada en la creación de dos Estados. Esta posición fue reafirmada por Argentina cuando el expresidente nortamericano Donald Trump reconoció a Jerusalén como la capital israelí.
Mover la embajada no parecería ser beneficioso para la política exterior argentina. Por un lado, va en contra de nuestra tendencia pacifista y de adhesión al derecho internacional. Por el otro, hay que contemplar las posibles reacciones de nuestros socios comerciales del mundo árabe o mismo de grupos más extremistas, como los grupos terroristas. De hecho, Hamás mostró una dura advertencia hacia Argentina luego del pronunciamiento del presidente y la Liga Árabe llamó a presionar internacionalmente a Argentina para revertir su decisión, declarando que el estatus legal, histórico y religioso de Jerusalén "no está sujeto a revisión".
De todos modos, un dato no menor: si Milei quiere mover la embajada, tendría que pasar por el Congreso. La embajada en Tel Aviv fue establecida por la Ley N°14.025 (1951). Aunque podría intentar resolverlo con un DNU, el Congreso puede oponerse, y la misma Corte Suprema podría argumentar que no hay urgencia que amerite no pasar por el Congreso para derogar y/o modificar dicha ley.
¿Por qué Israel? Y por qué ahora?
Las relaciones entre Israel y Argentina son estrechas. Las relaciones diplomáticas comenzaron en 1949, el comercio y las inversiones vienen creciendo y la comunidad judía en Argentina es la más grande de la región y de las más grandes del mundo fuera de Israel.
No obstante, lo que resulta curioso es la profundización bilateral en la que quiere caer Milei, en el contexto actual de Israel y considerando la postura que Argentina viene construyendo en relación al conflicto palestino-israelí.
Empecemos por la economía. El desarrollo económico y productivo israelí es una ventana de oportunidad en términos de intercambio, inversiones y generación de valor agregado. Podemos destacar así las reuniones que mantuvo la canciller con representantes de empresas israelíes relativas a la tecnología, economía del conocimiento, extracción y producción de litio y gestión hídrica. En ese contexto, la complementariedad de sus economías es otro punto a destacar.
Sigamos por la cuestión política. El modelo de inserción en el mundo que propuso Javier Milei fue "codo a codo con las naciones del mundo libre". Con una democracia en plena guerra, contra lo que muchos catalogan un grupo terrorista, y con la atención del mundo sobre sí mismo, visitar ese país resulta significativo y le otorga el suficiente protagonismo internacional.
De hecho, se convierte en el primer presidente argentino en democracia en visitar un país en guerra y de los pocos en el mundo en visitar Israel desde el 7 de octubre. Según Milei, las reuniones con Netanyahu y Herzog buscan, en primera instancia, confirmar su "posición adoptada en términos internacionales".
Por último, hay otros intereses claves en Israel. Considerando nuestro historial bilateral positivo, la cooperación en áreas estratégicas como tecnología, seguridad alimentaria, cambio climático, seguridad y defensa, puede seguir creciendo aún más.
Hacia dónde vamos
Cuando una democracia y un grupo terrorista se enfrentan, no debería ser difícil tomar partido, al menos para Argentina. El problema aparece cuando la opinión excede al momento concreto y modifica lo que se ha convertido en una política de Estado.
La amistad entre Israel y Argentina es incuestionable, y mejorar los vínculos debe seguir siendo un objetivo. Además, todavía hay rehenes argentinos secuestrados en Gaza.
Lo importante es que en el camino nuestro país sostenga su tendencia pacifista y de respeto al derecho internacional. Con una guerra en curso e intereses argentinos en juego, ser prudente y evitar contradicciones con nosotros mismos se vuelve crucial, más aún si queremos tener una presencia digna en el escenario internacional.
