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Javier Milei y el mundo: la nueva política exterior argentina

El 10 de diciembre, Javier Milei asumirá como presidente de Argentina. Durante su campaña, el libertario hizo propuestas disruptivas en distintos ejes y la política exterior no fue la excepción. Por ello, un gran interrogante es qué modelo de inserción internacional aplicará.

Javier Milei y el mundo: la nueva política exterior argentina
María Sofía Meijide Hoffmann 22 noviembre de 2023

El 10 de diciembre Javier Milei llegará a la Casa Rosada. Su campaña se basó en propuestas disruptivas en distintos ejes y la política exterior no fue una excepción. ¿Qué modelo de inserción en el mundo es el que se viene?

Seamos potencia

En su primer discurso como presidente electo, Javier Milei anunció que "hoy volvemos a abrazar el modelo de la libertad para ser una potencia mundial". Para el liberal-libertario, "Argentina va a ocupar el lugar en el mundo que nunca debió haber perdido".

¿De qué lugar habla? Del rol de potencia agroexportadora que Argentina logró a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. En aquel momento, los indicadores macroeconómicos eran muy buenos y Argentina logró un salto al desarrollo en términos reales. Pero ese modelo tuvo sus costos. Entre la dependencia y la exposición a los shocks externos, Argentina terminó con más vulnerabilidad que poder. 

Con quiénes y porqué

"Vamos a trabajar codo a codo con las naciones del mundo libre", aseguraba Milei el domingo electoral. Para el espacio de La Libertad Avanza, Argentina debe relacionarse con los países "democráticos, libres y que no hagan la guerra". Así, el alineamiento ideológico propone que Argentina ponga los valores por sobre los intereses, o mejor dicho, los valores como el principal interés.

En esa línea, Milei sostiene que Estados Unidos e Israel serán sus principales aliados, a quienes ya prometió visitar antes de la asunción, y que rompería relaciones con países como China o Brasil. Y ante las fuertes críticas de cómo hacer para sostener esos mercados ante una eventual ruptura de vínculos diplomáticos, Javier Milei afirmó que pueden sostenerlo los privados y que los mercados también pueden reemplazarse.

Si vamos a los datos, la ecuación no es tan simple. Que semejantes vínculos se reduzcan a relaciones entre privados implicaría pérdidas significativas, hasta en términos de intercambio. Por otro lado, Brasil (1°) y China (2°) son los dos principales socios comerciales de la Argentina, reemplazarlos no sería tarea fácil. Y aunque Estados Unidos se encuentra también en la terna, la falta de complementariedad entre los mercados genera la imposibilidad de potenciarlos a gran escala. 

Las agendas prioritarias

Cuando Diana Mondino, posible Canciller del nuevo gobierno, habla de los desafíos globales para los que Argentina se tiene que preparar, se refiere a la ciberseguridad, el espacio exterior, las nuevas tecnologías y la seguridad y defensa en el Atlántico Sur, entre otros temas. Los grandes países piensan en estas agendas, y es un acierto preparar a la Argentina para ellas. Sin embargo, falta la otra gran agenda para la que el mundo también se prepara, y es la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.

Diana Mondino con Javier Milei
Diana Mondino con Javier Milei

Aunque Milei niegue estas ideas, deberá tenerlas en cuenta. De hecho, en el caso del cuidado del ambiente, consideró propuestas en su plataforma electoral. Por un lado, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) delinean muchos estándares internacionales necesarios para acceder a acuerdos, financiamiento y resultados "moralmente" correctos. La Agenda 2030 dejó de ser una necesidad, para pasar a ser una exigencia. Por otro lado, esta agenda es favorable para Argentina, si consideramos los avances reales que tiene nuestro país en Derechos Humanos (DDHH), las oportunidades en materia de seguridad energética y alimentaria, y la experiencia que ha tenido en otorgar servicios de educación y salud de calidad. Si Argentina quiere ser potencia, debe saber aprovechar sus capacidades. 

El poder de los privados

Según el presidente electo, los privados lo pueden todo. Ellos atraen inversiones, y también invierten, como así también son los encargados de comerciar. Por eso Milei apunta a la privatización del comercio exterior y no se preocupa por los mercados de China y Brasil en caso de romper o no estimular las relaciones diplomáticas.

No obstante, los privados pueden ser protagonistas, pero no articuladores. Son los Estados los que generan condiciones o marcos legales favorables para el comercio o las inversiones. También son los Estados los que firman los acuerdos de libre comercio o los que ponen reglas, en el marco de los organismos internacionales, para regular y hasta consolidar el comercio y el mercado financiero. Acá aparecen los interrogantes sobre el futuro del regionalismo, el Mercosur y la presencia activa en otros foros u organismos internacionales. 

Malvinas, la causa nacional

Una de las críticas que recibió el espacio de La Libertad Avanza fueron sus opiniones sobre la Cuestión Malvinas. Sin embargo, el mandato constitucional de defender las Islas sigue en pie. Según Javier Milei, la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, Sándwich del Sur y Georgias del Sur "no se negocia". Además, tal como sostiene la Resolución 2065 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, él considera que quienes se tienen que sentar a negociar son la Argentina y el Reino Unido, únicamente.  

malvinas
 

¿Dónde está el problema? En el momento en el que hace constante referencia a la "posición de los isleños" para encontrar una solución "real" al conflicto, sin dejar tan claro el alcance de esa consideración. La Resolución 2065 insta a considerar los intereses de los isleños, pero esos intereses no son deseos, excluyendo la aplicación del principio de libre determinación de los pueblos en este caso particular. Aunque Mondino ha aclarado que lo expresado significa nada más que reconocer los derechos humanos de los kelpers, queda pendiente que Milei responda, por sí o por no, sobre el derecho de autodeterminación de los isleños. 

Muchas ideologías, un mismo mundo

Javier Milei llegó para cambiar la política argentina. Eso no tiene que ser un problema, siempre y cuando haya criterio y racionalidad en la toma de decisiones. La ideología no debe ser más fuerte que la lógica, y la política exterior también entra en ese juego.

Es verdad que un par de inversiones no deben moldear los valores de una nación, pero también es cierto que no tienen por qué hacerlo. Un país puede tener relaciones diplomáticas y comerciales con otro, pero denunciar o imponer sanciones económicas ante una violación de DD.HH., por ejemplo. Sin ir muy lejos, por decisión de sus miembros, Venezuela está suspendida del Mercosur por no cumplir con la cláusula democrática. 

Además, es probable que estos discursos tan determinantes encuentren una moderación en la misma llegada al gobierno. Ya en el debate presidencial, Milei dejó de hablar de romper relaciones con ciertos países, para considerar la "no promoción de los vínculos". En esa misma línea, el Comunicado de Prensa Oficial emitido al día siguiente de la elección, expresó el deseo de trabajar por el comercio libre "con todos los países del mundo". 

La ideología, entendida en este caso como el sistema de ideas y valores, pueden condicionar una decisión en política exterior, pero no debería determinarla, y menos aún cuando los intereses de la Argentina están en juego. De eso se trata el pragmatismo. Cuanto más poder se tiene, más capacidad de coaccionar en favor de la paz y la libertad se puede lograr. Pero ese poder hay que construirlo, desde donde sabemos y con lo que tenemos.

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