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Tropiezos de una gestión sin Plan B y el salto cambiario que se viene

En el staff report que publicó el Fondo se dijo casi textualmente que Caputo y Santiago Bausili tendrán que devaluar.

Santiago Bausili y Luis Caputo
Santiago Bausili y Luis Caputo Cris Sille
Leandro Gabin 01 febrero de 2024

El Gobierno de Javier Milei sigue con el atropellado camino de la Ley Ómnibus, ya sin su capítulo más clave de todos (al menos para el mercado), que es el fiscal. Si bien Luis Caputo salió a apretar a las provincias y prometió que la meta se cumplirá, lo cierto es que lo pantanoso de las negociaciones está siendo un balde de realismo para un Gobierno carente de cintura política y que, como dijo el Presidente, no tiene un Plan B. Y eso, más tarde o más temprano, golpeará a la economía y el dólar.

Si bien se presume que la Cámara de Diputados aprobará en general la ley (antes, sufriendo cambios en varios artículos particulares) el test real será en la Cámara de Senadores. Allí el poder del peronismo es mayor y por ende la aprobación de la ley luce poco probable. "Es claro que las iniciativas del Gobierno han avanzado con dificultad durante este primer mes y medio y que las dificultades por venir pueden ser todavía mayores", dice Martín Rapetti en su último informe de Equilibra. 

Mientras que algunos funcionarios de Economía le responden por X a los que empiezan a advertir que será muy difícil obtener el déficit cero este año, en el mercado descuentan que el ajuste será -de todas formas- mayúsculo. De hecho el Gobierno le prometió al FMI subas explosivas en las tarifas de servicios públicos para alcanzar el equilibrio fiscal. 

Y, si bien Caputo no habla del tema, se volvió a instalar casi como una obviedad que habrá otro salto cambiario. En el staff report que publicó el Fondo se dijo casi textualmente que Caputo y Santiago Bausili tendrán que devaluar: "Tras la muy necesaria corrección del desajuste cambiario, la política cambiaria deberá calibrarse cuidadosamente para apoyar la acumulación de reservas. Habrá que tener cuidado de evitar una rápida reversión de las anteriores ganancias de competitividad para garantizar un superávit por cuenta corriente coherente con los objetivos de acumulación de reservas".

Rapetti en Equilibra se pregunta si con reservas negativas (hoy levemente menores que US$ 9.000 millones), acceso aún limitado para el pago de importaciones, una brecha cambiara que se ha elevado al 50% y un tipo de cambio oficial viajando tan por debajo de la inflación, venderán los productores sus granos cuando comience la cosecha gruesa entre fines de marzo y principios de abril.  

"Para ese momento, el tipo de cambio oficial —aún si se acelerara el deslizamiento cambiario a un ritmo de entre 5% y 10% mensual a partir de febrero— habrá quedado en un nivel apenas más competitivo que el que dejó la administración de Alberto Fernández, que estaba alrededor de 25% atrasado respecto a su valor de equilibrio", advierte. 

dolar soja 1
 

Y dice que la ecuación de rentabilidad para los productores sería todavía peor a raíz de que el tipo de cambio exportador —20% CCL y 80% oficial— es menos ventajoso que el que había dejado Fernández —50% CCL y 50% oficial— y, sobre todo, por el deterioro de los precios internacionales de los granos. 

"Pero, aun cuando la ecuación de rentabilidad mejorara respecto a la que prevemos, ¿cómo inducir a los productores a vender su cosecha si la brecha entre el dólar oficial y el paralelo se mantiene en los niveles actuales? ¿No los animará esperar a vender si ven que enfrente hay un BCRA sin reservas?", dice. Rapetti sostiene que se hace difícil no pensar en un mercado cambiario que empiece a tensionarse al final del primer trimestre y en expectativas de devaluación en aumento. 

"Un salto devaluatorio o una fuerte aceleración del deslizamiento cambiario obviamente postergarían la posibilidad de que la inflación se desacelere de forma significativa. Por eso, seguimos pensando, a diferencia del gobierno y de varios de nuestros colegas, que 2024 será un año de mucha inflación", indicó.

¿Se debe realizar un nuevo salto discreto en el tipo de cambio oficial? El banco CMF, de Alberto Benegas Lynch (el prócer de Milei), dice que la necesidad de tener un tipo de cambio alto es imperiosa dado que el BCRA debe engrosar sus arcas y dejar atrás el período de reservas netas negativas. "Para poder lograr esto se necesita de un fuerte superávit comercial, lo que implica que el sector exportador tenga un tipo de cambio competitivo que incentive la máxima liquidación posible", explica. 

Pero, ¿qué dicen los fundamentos sobre el TCR de equilibrio? 

CMF sostiene que no necesariamente el TCR de equilibrio actual debe estar en línea con el de la gestión anterior. "El mercado reaccionó positivamente a las medidas iniciales del Gobierno y los fundamentos macro actuales distan mucho de aquellos vistos previo al 10 de diciembre; el riesgo país cayó considerablemente; la brecha comprimió fuerte; las reservas netas -si bien continúan siendo negativas- tuvieron una importante mejora y las expectativas han mejorado. Esto debiera tener un efecto sobre el TCR de equilibrio, por lo que no queda tan claro que sea tan necesario el salto discreto", advierte y recuerda que "lo que suceda en el Congreso y en la Justicia será fundamental para entender más sobre esta dinámica, por sus efectos sobre el tipo de cambio libre, la brecha y expectativas".

Ariel-HSBC
Todos en el mercado saben que habrá más sufrimiento antes que ver los resultados. Así lo tituló un último informe de HSBC: "Pain before any gain"

Sea como fuere, todos en el mercado saben que habrá más sufrimiento antes que ver los resultados. Así lo tituló un último informe de HSBC que circuló en las mesas de dinero. Titulado "Pain before any gain", el banco europeo que opera en la Argentina enfatiza que hay "una apreciación continua del tipo de cambio". "Cuanto más tiempo permanezca la tasa móvil mensual del 2%, más probable que se produzca una devaluación", insiste. 

HSBC recuerda que "el camino que le espera al Gobierno y, de hecho, al país, será desafiante".  Y advierte que si bien la inflación ya ha superado el 200% interanual, es probable que alcance un máximo superior al 300% a mediados de año. "La consolidación fiscal perjudicará la actividad económica y las fuentes de financiación seguirán siendo limitadas", detalló.

La entidad cree que el Gobierno se centrará primero en los esfuerzos fiscales y, más adelante, en la reforma cambiaria, incluyendo eventualmente la reducción de algunos de los controles cambiarios. "Es probable que se produzcan devaluaciones periódicas y/o una aceleración en el ritmo de la depreciación controlada", vaticina HSBC. Y pronostica que el tipo de cambio oficial alcanzará los $2.000 por dólar para fin de año, aunque con "un alto grado de incertidumbre dados los desafíos económicos y las influencias políticas sobre los movimientos cambiarios". 

HSBC no está solo en ese pronóstico con el dólar oficial. Barclays y Bank of America coinciden. El nuevo consenso del mercado es con un dólar 150% más caro que ahora. 

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