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Los pesimistas están ganando

Para muchos economistas la suba de precios no se moderará hasta tanto la tasa de interés no sea mayor que la tasa de inflación y por ahora se está muy lejos de esa situación.

Los pesimistas tuvieron razón en considerar que en Estados Unidos la inflación llegaría a niveles más altos.
Los pesimistas tuvieron razón en considerar que en Estados Unidos la inflación llegaría a niveles más altos.
07 abril de 2022

Esta vez los pesimistas le ganaron a los optimistas. Tuvieron razón aquellos que consideraban que en Estados Unidos la inflación llegaría a niveles más altos y por bastante tiempo frente a los que creían que sería más baja y un fenómeno transitorio. Claro que la invasión de Rusia a Ucrania, que no estaba en los cálculos de nadie, tiene mucho ver en la aceleración de la inflación en todas partes.

El debate continúa porque hay quienes consideran que a medida que se absorban las distorsiones que produjo la agresión rusa, los mercados se irán normalizando y que la inflación tenderá a bajar como consecuencia de tasas de interés más altas que enfriarán la actividad, pero sin provocar una recesión. El abanderado más reconocido de esa posición es Paul Krugman que considera que la Reserva Federal puede dominar la situación.

En el otro rincón está el exsecretario del Tesoro Larry Summers que cree que un escenario de estanflación es inevitable y que Estados Unidos convivirá con tasas de inflación y de desempleo superiores al 5% durante los próximos años. A su juicio, es inconsistente que  la Fed pretenda que el desempleo se sostenga en el 3,5% y que la inflación se acerque a su meta del  2% sin una suba fuerte de la tasa de interés que tendría consecuencias sobre el nivel de actividad.

Para muchos economistas que piensan como Summers, la suba de precios no se moderará hasta tanto la tasa de interés no sea mayor que la tasa de inflación y por ahora se está muy lejos de esa situación. 

Otros economistas coinciden en que el mundo de tasas de interés y de inflación bajas de las dos décadas previas a la pandemia no volverá, al menos de inmediato. Sostienen que las tendencias  deflacionistas de esa etapa perderán fuerza como consecuencia de los cambios demográficos que reducen la proporción de personas en edad de trabajar y a que la globalización que ayudó a reducir costos tendrá menos intensidad luego de que  la pandemia obligó a revalorizar la producción local de algunos bienes. Por lo tanto, habrá que prepararse para convivir con tasas de inflación más altas en los próximos años. 

Los mercados también están mirando con atención a los bonos del Tesoro estadounidense porque la inversión de la curva de rendimientos a favor de los de corto plazo anticipó todas las recesiones en las últimas décadas. Estos dos escenarios que se discuten en Estados Unidos no son neutros para el resto de los países. Si la mayor economía del mundo se desacelera, el crecimiento global se resentirá. A su vez, retribuciones más altas para los activos dolarizados serán un foco de atracción que dejará menos para los demás países. Las tasas de interés más altas fortalecerán al dólar frente al resto de las divisas y afectará el precio de las commodities que se mueven en sentido inverso al de la moneda estadounidense. De todas maneras, en un contexto de tasas de inflación más altas, las commodities tienen todavía un recorrido alcista en el corto plazo y por lo tanto tendrá un peso creciente en las carteras de inversión.       

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