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Situación económica

Pocas luces y muchas sombras del plan "licuadora" de Milei

El Presidente advierte que no hay plan B y dice que no existe otro camino. Enfrascado en una especie de mesianismo ortodoxo, Milei no regula ni un segundo: trata de delincuentes a la oposición y de traidores a ciertos aliados y avisa que terminará con los "curros" de la política.

El Gobierno no acelerará la suba del dólar (por ahora). Buscan que funcione como ancla de la inflación.
El Gobierno no acelerará la suba del dólar (por ahora). Buscan que funcione como ancla de la inflación.
Leandro Gabin 16 febrero de 2024

El plan de Javier Milei está en acción y funcionando. La "licuadora" y la "motosierra" hacen estragos en una economía que cruje mientras que se empieza a medir la tolerancia social de una destrucción del poder adquisitivo cada día más notorio.

El Presidente no solo advierte que no hay plan B sino que dice que no existe otro camino que éste.

Enfrascado en una especie de mesianismo ortodoxo, Milei no regula ni un segundo: trata de delincuentes a la oposición y de traidores a ciertos aliados y avisa que va a terminar con los "curros" de la política (léase el tema fideicomisos que bloqueó la Ley Ómnibus) vía DNU.

"Milei ganó diciendo que negociar es perpetuar el curro de la política. No lo veo cambiando de esquema", dice un politólogo ligado al peronismo. "A lo sumo que le explote la calle y necesite contención política, algo que no descarto", advirtió. "Milei va a ver si se puede gestionar un país con la paz de los cementerios", remató el consultor parafraseando a Néstor Kirchner y su explicación de por qué no era tan malo tener un poco de inflación.

Sea como fuere, el Presidente sigue con su estilo confrontativo y yendo a fondo, la "malaria" económica golpea. El consumo y la actividad de todos los sectores se desploman y la inflación (a pesar de que desacelera) carcome los salarios. Tal es así que la clase media vende sus dólares en las cuevas para llegar a fin de mes, tal como se publicó en El Economista.

Curioso fue que la cuenta de Milei en X publicó ese artículo. El Presidente pareció vanagloriarse de que la gente (con cierto poder de ahorro) tuviera que rifar los dólares del colchón para poder mantener cierto nivel de vida.

Lo cruzó incluso su ex amigo y socio, Diego Giacomini. El economista lo acusó de plasmar un plan "muy antiaustríaco" que se come el capital de la gente. "Para bajar la inflación no es necesario desplomar el nivel de actividad", dijo el economista que ahora destruye en redes sociales al gobierno de su ex amigo con quien escribió cuatro libros. "Es un gobierno conservador rancio", suele decir Giacomini. 

Tal como anticipó este medio, el Gobierno no acelerará la suba del dólar (por ahora). Buscan que funcione como ancla de la inflación, que en febrero sería 14%. Pero en marzo con la batería de aumentos rebotará la inflación: los hogares del AMBA recibirán un aumento de hasta 150% en la tarifa eléctrica y las prepagas subirán otro 20% (casi 100% en tres meses). Y habrá más.

El Gobierno tiene como casi única apuesta a que la licuadora siga funcionando con la tragedia de llevar a más del 50% el nivel pobreza. "Es pasajero, cuando levante la economía eso baja", se disculpa una fuente oficial.

Idesa, la consultora que fundó el eyectado Osvaldo Giordano, dice que la estrategia de equilibrar las cuentas públicas en base a la licuación de jubilaciones "es muy endeble" y que no es sostenible.

"Por un lado, porque tiene un impacto muy regresivo y genera tensiones políticas. Por otro, porque aumenta las demandas judiciales contra la Anses debido a que la justicia previsional no tolera la licuación de jubilaciones. No es la primera vez que el ajuste fiscal se sostiene licuando jubilaciones, pero nunca con este nivel de intensidad. La principal conclusión es que el superávit de enero es positivo, pero muy precario", advierte.  

Lo cierto es que hay algunos datos del mercado que muestran el efecto positivo del Plan Licuadora de Milei. La compresión de la brecha cambiaria y la compra de dólares por parte del BCRA es, quizás, el único activo que tiene la gestión Milei hasta el momento. Está en torno al 20% y los dólares financieros también comprimen con una suba de los bonos en el exterior. Santiago Bausili se llevó más de US$ 7.000 millones hasta el momento y recompone reservas que alimentan la ilusión de levantar el cepo o dolarizar.

"Entiendo que el Presidente evaluaba el ritmo de mejora en varios frentes que complicaban levantar el cepo al momento de asumir. Entre ellas la monetización fiscal, las reservas del BCRA, la deuda por importaciones, el crecimiento de Leliqs, los servicios de deuda externa, etc. Pero creo que él ve progreso y eso lo alienta a prever que, de continuar el ritmo actual de mejora, se estaría en condiciones de ofrecer dólares a todos los tenedores de pesos, si es que ellos lo preferirían", explicó una altísima fuente del equipo económico.

"De ser así, el cepo pierde su función. Yo lo interpreto como la expresión de una condición de factibilidad técnica en determinada fecha partiendo de la extrapolación de las tendencias actuales. Diferencio así la factibilidad técnica de la acción/decisión, que puede responder a factores adicionales a la factibilidad", advirtió el funcionario.

En Wall Street siguen viendo con buenos ojos la impronta Milei, pero nadie se juega a que el desenlace sea feliz del todo. Hay interés por los resultados inmediatos, más en términos de superávit fiscal. Así quedó plasmado en un reporte de JP Morgan bastante divulgado por los medios en los últimos días donde se hablaba de mejores perspectivas pero con "riesgo de ejecución".

Lo que no trascendió de ese paper fue que el mismo banco, de los más grandes del planeta, advirtió que no tiene exposición en papeles del país y que se mantiene "cauteloso". "Hay dudas en el mediano plazo para las utilidades de las compañías", sostienen.

Y desde Londres la boutique financiera EMFI Group avisó que a pesar de un fuerte repunte desde las elecciones presidenciales y fuertes declaraciones sobre la voluntad de pagar, el mercado todavía está descontando un incumplimiento en los próximos años en los bonos. La casa de bolsa británica mantiene su pronóstico de inflación en torno a 444% en 2024 y caída del 3% en el PIB.  

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