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Según Abeceb

El consumo privado crecerá (poco) en 2022: esparcimiento y servicios tendrían su revancha

Sin embargo, habrá un menor consumo de bienes y perspectivas neutras a negativas para el consumo masivo

El consumo no crecerá en 2022 de la mismaforma que los hizo el año anterior
El consumo no crecerá en 2022 de la mismaforma que los hizo el año anterior
08 febrero de 2022

El consumo representa cerca de tres cuartos del PIB de Argentina, por lo que hacer que crezca es crucial para apuntalar la recuperación de la economía en los próximos años. El desafío para el Gobierno será controlar la inflación para que el poder adquisitivo de los ingresos permita un movimiento mayor de la economía.

En el marco de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, el Estado no podrá darle un impulso al consumo, a lo que se sumará una dinámica de ingresos que en el mejor de los casos se mantendrá estable. Así lo consignó Abeceb en su último informe especial.

El consumo seguirá evolucionando a un ritmo bajo, del 4%, perdiendo potencia a medida que termine el verano, disminuya el ingreso disponible con el aumento de las tarifas, y continúe  el empobrecimiento de la clase media, con familias endeudadas y con mayores dificultades para aprovechar los beneficios de los programas como Ahora 12”, comentó la consultora. 

Por otro lado, el estudio estimó que la normalización de las canastas de consumo traerá buenos resultados para algunas categorías vinculadas al esparcimiento (bares, restaurantes y cines) y la revancha de los servicios, “pero esta mejora tendrá como correlato un menor consumo de bienes y perspectivas neutras a negativas para el consumo masivo, diferenciando los canales (grandes supermercados contra comercios de cercanía) en la búsqueda de precio”. 

Según destacaron, la confianza del consumidor se mantiene en un estado de “letargo”. La percepción de que es un buen momento de comprar durables, como refugio de valor por el impacto de la brecha y la existencia de programas de financiamiento subsidiado; se compensa con una mirada negativa del entorno macroeconómico y de la situación personal, “donde además el futuro se deteriora más rápido que el presente”.

2022 no tan favorable

Del informe se desprende que los resultados relativamente buenos para el consumo que se registraron en la última parte de 2021, no se repetirán en 2022, con excepción de algunos mercados puntuales como el automotriz y el de electrodomésticos. 

“Este año no se contará con los anabólicos propios de un año electoral ni espacio fiscal, y además habrá menos ingresos disponibles por la necesidad de ajustar tarifas. Algunos rubros continúan beneficiados con iniciativas electorales como los centros turísticos con el Plan PreViaje”, detalló Abeceb.

Empleo e ingresos rezagados

Para la consultora, los ingresos no podrán apuntalar el consumo por tres motivos centrales. El primero tiene que ver con que el aumento del endeudamiento de las familias implica rendimientos decrecientes de programas como Ahora 12 -que se renovó con menos plazo, en medio de discusiones acerca de la flexibilidad de las tarjetas para extender los límites de compra y reclamos por parte de los bancos en un entorno regulado de tasas. 

En segundo término, habrá una restricción ante la necesidad de dar señales para moderar los registros inflacionarios va a estar presente en las negociaciones salariales. Por último, el informe proyectó que el empleo, luego de “reacomodarse” a los niveles previos a la pandemia en 2021, aportará pocos puntos a los ingresos de las familias.

Desde la consultora prevén que el poder de compra apenas acompañará a la inflación este año. “Estará 4% por debajo de 2019 en términos agregados y un 16% debajo de 2017”, afirmaron. 

Tal como señaló el reporte, esperan una tasa de desempleo que se ubique en promedio en 8,7% de la PEA sin una completa normalización de la tasa de actividad, lo que significa la creación de alrededor de 400.000 puestos de trabajo en un entorno de crecimiento del 2,9%. 

“La normalización de algunas actividades productivas vinculadas al empleo informal e independiente, con mayor incidencia en servicios, podría generar una mejora en la cantidad de puestos de trabajo, redundando en un aumento de la tasa de informalidad, aunque no de los ingresos, en un entorno de caída de la intensidad laboral medida en horas”, resaltaron. 

Además, aseguraron que la “polarización” por tipo de empleo continuará sosteniéndose: “Esperamos que los trabajadores formales privados, y los independientes sean los únicos que evidencien subas en términos reales (0,5% interanual y +2,7% interanual, respectivamente), mientras los ingresos de los empleados públicos mantendrán una trayectoria por debajo de la inflación, al igual que los informales”, dijo Abeceb.

Por su parte, para los formales, la discusión paritaria parece iniciarse con dos objetivos de parte de los gremios. “Un piso de paritarias en torno al 50%, en línea con nuestra proyección de inflación, y la continuidad del esquema de revisiones cortas”, subrayaron.

Más límites

Otro punto que limitará el consumo será la necesidad de consolidación fiscal, “la cual pone un límite a la imaginación en términos de transferencias, jubilaciones y pensiones”. Hay que tener en cuenta que eliminando todos los bonos y artificios que caracterizaron a 2021, el año pasado los haberes medios de los jubilados cayeron 6% frente a 2020 descontando la inflación y 3% frente a 2019, según datos de Abeceb.

Los “bolsillos flacos” impiden que las mejoras sean para todas las categorías: “gran parte del consumo de reposición de bienes durables ya ocurrió en los últimos dos años y las compras de indulgencia que empujaron a las categorías de hogar y alimentos dejan su lugar al esparcimiento”. 

La normalización de la movilidad implicó, y continuará acompañando, una normalización de las canastas de consumo. Esto se confirma en un aumento en los gastos con tarjeta de crédito en bares y restaurantes, alojamiento, viajes y transporte; cuya contraparte es una caída del consumo de productos para el hogar, alimentos y tecnología.

Además, explicaron que continuará la necesidad de seguir adaptándose a la nueva morfología de los mercados de consumo: “la penetración de las plataformas de pago online que se acelera a partir de la interoperabilidad de los QR y la consolidación de los marketplaces y el e-commerce propio, con un segundo año en el que prácticamente se duplicará la facturación por venta online”. 

La visión de Di Pace

En diálogo con El Economista, el director de la consultora Focus Market, Damian Di Pace, sostuvo que en 2021 el canal mayorista y las grandes superficies comerciales terminaron con una mejora en las ventas de 2,7%. 

“Los comercios de cercanía mostraron una caída del 3,5%”, afirmó el economista. En tanto, explicó que en definitiva los productos que tuvieron un buen repunte durante el año pasado fue la categoría bebidas luego de una caída importante en 2020. “En el segmento alimentos hubo heterogeneidades”, precisó. 

Para 2022, Di Pace explicó que el consumo privado “va a estar determinado por la evolución de la inflación frente al poder adquisitivo”. 

“El Gobierno toma como parámetro el salario, pero eso implica a 6 millones de personas por lo que no es representativo. Hay 39 millones de argentinos que no tienen un ingreso constante, que son bajos, y que en definitiva la inflación les pega peor. Eso va a deteriorar el consumo”, estimó el consultor. 

Por último, proyectó que en el primer semestre del año habrá una contracción en el consumo y, en el caso de que se desacelere la inflación, en el segundo semestre podría haber una recuperación. “La economía podría crecer 2,5% en 2022 y el consumo, 1,5%”, detalló.

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