Desde el escándalo de Marcelo Moretti y la presunta coima de US$ 25.000, San Lorenzo es una bomba de tiempo a punto de estallar. El impacto se siente en todos los frentes: la política interna, las divisiones inferiores y el plantel profesional. Si bien los buenos resultados deportivos -con el equipo clasificado a los playoffs del Torneo Clausura y cerca de un cupo internacional- habían puesto un manto de calma, este miércoles los jugadores rompieron el silencio: "La situación es insostenible", advirtieron en un comunicado que sacudió los cimientos de Boedo.
Desde hace meses, los futbolistas no cobran con regularidad. El profesionalismo del plantel que dirige Damián Ayude, sostenido a fuerza de compromiso y silencio, había logrado mantener la crisis fuera de foco. Pero la paciencia llegó a su límite: los jugadores denunciaron que ni siquiera hay agua caliente en los vestuarios y que, en lo más grave, algunos referentes hicieron "una vaquita" para garantizar la comida de los chicos de la pensión. La imagen del club, ya golpeada por los conflictos judiciales y políticos, quedó ahora en su punto más crítico.
El plantel profesional publicó un duro comunicado en redes sociales, firmado de manera conjunta por todos sus integrantes, en el que expusieron públicamente la delicada situación que atraviesan. "Desde agosto no hemos percibido íntegramente nuestros salarios", señalaron los jugadores, y remarcaron que la deuda impacta directamente en sus familias y en el normal desarrollo de su trabajo. Además, revelaron condiciones indignas para un club de Primera: "Falta de comida adecuada, ausencia de servicios básicos y promesas incumplidas de la dirigencia".
Lejos de ser un reclamo estrictamente económico, el mensaje apuntó a la pérdida de respeto y dignidad laboral. "No se trata solo de una cuestión económica, sino de respeto y de condiciones laborales mínimas que todo trabajador merece", subraya el texto. Pese al malestar, los futbolistas aclararon que seguirán entrenando y compitiendo "con el mayor compromiso posible", aunque pidieron que las autoridades actúen con responsabilidad y den una respuesta inmediata.

El contexto institucional agrava el conflicto. Marcelo Moretti retomó la presidencia tras una resolución judicial, pero su figura está totalmente deslegitimada puertas adentro. La AFA interviene de hecho en la vida del club ante la parálisis dirigencial, mientras persiste un pedido de quiebra y la obligación de presentar un plan de pago. Según trascendió, Claudio Tapia dio un ultimátum a los dirigentes para normalizar la situación y advirtió que, de no hacerlo, la casa madre del fútbol argentino podría intervenir con una Comisión Normalizadora.
El comunicado cayó como una bomba en Boedo. La dirigencia, que intenta ganar tiempo para reordenar la administración, enfrenta ahora la presión combinada de los jugadores, la Justicia y la AFA. La denuncia penal por presunta administración fraudulenta contra Moretti, tras el video en el que se lo ve cobrando una coima, reavivó la disputa interna y aceleró la crisis.
Mientras tanto, el equipo -compuesto en su mayoría por futbolistas surgidos de las inferiores, debido a que el club sigue inhibido por la FIFA para incorporar refuerzos- cumple una campaña meritoria. San Lorenzo se clasificó a los playoffs del Clausura y buscará el sábado ante Sarmiento sellar su pase a la Copa Sudamericana 2026. Pero el éxito deportivo ya no alcanza para tapar una realidad institucional que, según el propio vestuario, ha tocado fondo.



