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En el futuro de los pagos

CBDC, Bitcoin y stablecoins: ¿competencia o colaboración?

El avance de las CBDC parece no tener freno y, como saben quienes siguen esta columna, China es el más avanzado en la materia

Criptomonedas.
Criptomonedas. Archivo.
Gonzalo Martínez Mosquera 10 noviembre de 2021

Si la Tecnología de Registros Descentralizados, también conocida como DLT (Distributed Ledger Technology, por sus siglas en inglés), tiene una razón de ser esa es, en mi opinión, la liquidación (settlement) de operaciones financieras. El mundo financiero tradicional requiere la coordinación de numerosos actores que se traduce en altos costos para el usuario.

La idea es simple. En un registro descentralizado se puede emitir tokens, que son la representación digital del activo que se quiere tradear y, vía programación, uno puede “indicarle” a la red que haga el intercambio de activos en lo que se llama “Atomic Transfers” (Intercambios Atómicos) donde una parte entrega su token solamente si él otro entrega el suyo. De esa manera se evita el riesgo de contraparte y se eliminan numerosos intermediarios que colaboran para aquel intercambio.

Si a la potencia de los DLT se le suma la posibilidad de tener CBDC en ese registro descentralizado los ahorros se vuelven más cuantiosos aún. De hecho, el banco JP Morgan se asoció a Oliver Wyman, una reconocida consultora de management y emitieron un reporte en donde estiman que podrían ahorrarse US$ 120.000 millones por año en costos de transacción si se usaran CBDC para los intercambios internacionales. A eso además hay que sumarle el ahorro en tiempos que hoy son de aproximadamente 3 días por transacción.

Será por eso que recientemente los bancos centrales de Italia y Alemania organizaron un workshop donde compartieron sus experiencias y conclusiones respecto al uso de la tecnología blockchain para el intercambio de CBDC (monedas digitales de los bancos centrales, por sus siglas en inglés).

El avance de las CBDC parece no tener freno y, como saben quienes siguen esta columna, China es el más avanzado en la materia entre los países más grandes. Mu Changchun, el Director General de Instituto para la Investigación de CBDCde ese pais, informó que el número de billeteras digitales para la prueba piloto que están llevando a cabo con su moneda digital ya llegó a 140 millones que, si bien no implica necesariamente un mismo número de usuarios (dado que un ciudadano podría tener más de una wallet), representa un valor impresionante igual al 10% de la población de ese país asiático. 10 millones de esas wallets son propiedad de empresas y además ya hay más de un millón y medio de comercios que aceptan el yuan digital. Agregó que las tres áreas donde necesitan trabajar con mayor ahínco son en la capacidad de procesamiento, la seguridad y el marco regulatorio.

Otro que está entre los más adelantados en la materia y que ya superó la etapa de la prueba piloto es Bahamas cuyo avance, si bien maneja obviamente números mucho más bajos que China, no es nada despreciable. El Banco Central de Bahamas estima que más de 20.000 ciudadanos ya usan su “Sand Dollar” digital que mantiene unos US$ 300.000 en circulación. Actualmente se encuentran trabajando en la interoperabilidad entre esa moneda digital y el sistema de clearing automático.

Por último Nigeria, que lanzó su eNaira el pasado 25 de octubre, fue el destinatario de un nota en el Financial Times de esta semana donde se destaca que un miembro de su banco central comentó que en una semana y media de existencia casi 400.000 billeteras virtuales ya se registraron y que ya se realizaron más de 12.000 transacciones.

Recordemos que el país africano había prohibido las transacciones con criptomonedas como Bitcoin diciendo que podían ser usadas para financiar terrorismo. En realidad, ese país es conocido por su enorme afluencia del ecosistema cripto como método para saltarse los controles de capitales. ¿Habrá otro país donde ocurra algo similar?

Pero no sólo los países analizan emitir sus propias monedas digitales sino que también algunas ciudades lo están evaluando. Tal es el caso, por ejemplo, de Nueva York cuyo recién elegido alcalde, Eric Adams, anunció a comienzos de mes su intención de lanzar una NY Coin (Moneda de Nueva York). Fue en el contexto del lanzamiento de esa ciudad como una localidad “cripto friendly”, en amistosa competencia con Miami. Recordemos que el alcalde de esa ciudad de Florida, Francis Suarez, se había reunido en abril con Vitalik Buterin, cofundador de Ethereum y luego, en junio, hizo lo propio con la gente de Algorand.

En un reporte donde se analiza la factibilidad y conveniencia de lanzar una moneda propia para la ciudad de Nueva York, Josiah Hernandez, de Satoshi Capital Advisors explica que el objetivo de dicha moneda sería dar la posibilidad a los potenciales interesados de destinar parte de sus ahorros a invertir en aquella ciudad. Es una alternativa interesante que habrá que ver cómo se desarrolla.

Adams agregó que cobrará sus primeros 3 sueldos como alcalde en Bitcoin. Alguien en Twitter correctamente señalaba que lo importante no es el instrumento en el cual se cobre el sueldo sino más bien qué es lo que se haga con eso luego de haberlo recibido. Siendo que el de Bitcoin es un mercado con alta liquidez uno podría pensar que el alcalde podría cobrar su sueldo en la moneda digital creada por Satoshi y luego venderla rápidamente en el mercado por dólares estadounidenses. De esa manera evitaría estar expuesto a un activo cuya volatilidad es bien conocida.

Quienes sí quieren estar expuestos a dicha volatilidad son aquellos que están invirtiendo en los Fondos Comunes de Inversión de futuros de Bitcoin recientemente aprobados por la SEC. La semana pasada ese ente regulador volvió a posponer la aprobación de un ETF respaldado por Bitcoin hasta el 2022 cuya diferencia esencial con los mencionados anteriormente es que aquellos están respaldados por futuros de la moneda digital y por lo tanto no requieren de la compra y venta del activo, que es lo que pone en dudas a las autoridades de la SEC. El plazo que se puso esta vez es el 7 de enero del año próximo así que veremos si el Año Nuevo les trae buenas noticias a quienes apuestan por esa criptomoneda.

Otros que estarán expuestos a los vaivenes del precio de Bitcoin son aquellos que tomen préstamos en Coinbase con su nuevo producto por el cual se puede pedir prestado dinero colocando a Bitcoin como garantía. El dinero recibido será de un máximo del 40% del valor de la criptomoneda depositada y los prestatarios deberán pagar 8% de interés anual.

Es la típica operación que vemos en el mundo DeFi (Finanzas Descentralizadas por sus siglas en inglés) pero que en este caso se hace a través de una empresa que recibe y custodia los Bitcoin, en lo que se conoce como CeFi (Finanzas Centralizadas). Uno se pregunta quién pediría prestada plata al 8% anual con las tasas por el piso y encima teniendo que arriesgar sus Bitcoin para hacerlo. La única razón que encuentro para hacerlo es la de especular a la suba de esa moneda digital. 

Recordemos que la SEC había frenado en septiembre el lanzamiento del producto “Lend” con el cual Coinbase pretendía permitir a sus usuarios depositar sus criptos y recibir un interés a cambio. El actual producto que están lanzando también debería ser observado por el órgano regulador por el riesgo de que emitan criptodólares con garantía dudosa  cuya cantidad, de volverse muy grande, podría poner en riesgo la estabilidad del sistema financiero.

Es un riesgo similar al que pretende evitar el “President Working Group on Financial Markets” (el Grupo de Trabajo del Presidente en Mercados Financieros”), un organismo que depende del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos y que emitió la semana pasada un reporte en el cual señala que la “ausencia de vigilancia apropiada sobre las stablecoins presenta riesgos para sus usuarios y para el sistema...y la actual vigilancia es inconsistente y fragmentada, con algunas stablecoins cayendo fuera del perímetro regulatorio”.

Adicionalmente llamó al Congreso a crear una legislación que “requiera a los emisores de stablecoins a ser instituciones depositarias” o sea bancos. Eso los haría sujetos obligados a la hora de ser debidamente regulados y de presentar información pertinente. Yo me pregunto por qué una stablecoin debería caer en ese marco y no así PayPal, cuando la única diferencia relevante sería que los primeros reflejan sus deuda en tokens emitidos sobre una blockchain mientras que las empresas como PayPal lo hacen un uno registro manejado por ellos mismos.

Son debates que se vienen en el futuro de los pagos, las CBDC, las stablecoins y las criptos en general. Cada cual avanza por su lado y será muy interesante ver cómo interactúan unas con otras en un futuro. Por lo pronto yo ya estoy preparándome para analizar la posibilidad de invertir en la ciudad que, como cantaba Frank Sinatra, “nunca duerme”.

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