Las principales conclusiones del 139° Congreso Maderero, trazan un panorama complicado para el sector. Tan es así, que la industria maderera estima cerrar el año con una caída en su producción en torno al 9,5%. El 60% de las empresas del sector foresto industrial señala que su producción disminuyó más del 5% en 2018, y el 64% expresó que las ventas retrocedieron más del 10%. Sumado a ello, uno de cada tres empresas disminuyó su dotación, según un adelanto de la encuesta del Observatorio de la Industria de La Madera y el Mueble (OIMyM).
La Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (Faima), resaltó que por su orientación hacia el mercado interno y la elasticidad de la demanda de los productos ante los cambios en el salario real de los ciudadanos la crisis económica afecta a la industria de madera y muebles más que a la industria manufacturera. A la caída de ventas indican que se le suma un gran aumento de costos. Por lo tanto, alertan que “con ventas en baja y costos que se disparan, la actividad carece de rentabilidad, lo que posterga la toma de decisiones de inversión que apuntalen y traccionen”.
Implementación
Frente a este escenario crítico, Faima reclama mayor velocidad al Gobierno en la implementación de medidas, tales como: “Orientar esfuerzos al inicio de 2019 destinados a fortalecer las condiciones de mercado; la enorme pérdida de valor de la moneda viene con un poder adquisitivo en franca caída y su recuperación debe ser prioridad 1 en la agenda económica del Gobierno; resulta necesario para la industria de la madera y muebles, que se le anticipen los beneficios de la reforma laboral y tributaria, como ha ocurrido recientemente con los sectores de textil y calzado; que se garantice el acceso de las tasas diferenciales subsidiadas recientemente anunciadas en todas las sucursales de los bancos participantes e impedir la exigencia de reciprocidad de parte de los bancos a las empresas, entre otras”.
