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La nueva de Scorsese

Respeto por el cine

Desde el jueves 19 de octubre se puede ver en algunas salas de cine del país Los Asesinos de la Luna, la última película de Scorsese. En noviembre ya estará disponible en AppleTV Plus. Es una nueva obra maestra del realizador vivo más importante de la historia del cine.

Los Asesinos de la Luna (Killers of the Flower Moon), es una obra extensa, de tres horas y media.
Los Asesinos de la Luna (Killers of the Flower Moon), es una obra extensa, de tres horas y media. .
Pablo Manzotti 21 octubre de 2023

"La gente dice que son tres horas, pero vamos, podés sentarte frente al televisor y mirar algo durante cinco horas. Además, hay mucha gente que ve teatro durante tres horas y media. Hay actores reales en el escenario, no podés levantarte y caminar. Le das ese respeto, ofrecele un poco de respeto al cine". 

Así, sin anestesia, Martin Scorsese continuó su raid de presentaciones y descargó munición gruesa para quienes se quejan, también, de las películas de larga duración. 

Es que su última obra, Los Asesinos de la Luna (Killers of the Flower Moon), es una obra extensa, de tres horas y media y, como viene sucediendo desde mediados de la década pasada con sus últimas producciones, un reflejo de una forma de hacer cine que ya no se hace más. 

En este caso, Martin Scorsese dialogó a fondo con Hindustan Times. Y cuando el director de Taxi Driver lo hace a fondo implica que cada charla es una masterclass de cine, de historia del cine y de lenguaje cinematográfico. 

Los Asesinos de la Luna es, al igual que su anterior producción El Irlandés, un texto de un hombre maduro que sabe que a su edad (cumplirá 81 años el 17 de noviembre) su última película puede ser, efectivamente, la última película de su vida. El final, la relación con la muerte y con cómo se decide morir, está presente en toda la cinta.

Los Asesinos de la Luna puede pensarse, también, como un díptico temático con El Irlandés atravesado por la historia de los Estados Unidos. Si en la anterior cinta el relato atravesaba el apogeo y caída de Jimmy Hoffa y sus vínculos con el poder político en el país del norte, la nueva producción va más atrás y se centra en la conformación del Estado poderoso y el avance del este, del hombre blanco, sobre los aborígenes originarios. 

La historia de la masacre al pueblo Osage, su intento de apropiación de la riqueza de sus tierras es la excusa de Scorsese para tejer una trama de investigación de asesinatos pero, sobre todo, una construcción de personajes notable, apoyada en la interpretación de sus dos actores fetiche: Robert De Niro y Leonardo DiCaprio. 

A esa dupla se suma la "novedad" de Lily Gladstone, que ofrece el flanco indígena para cerrar el relato en el choque cultural y esa unión perversa que intenta despojar a los dueños originarios de la tierra de su riqueza y, por supuesto, de sus raíces ancestrales. 

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Desde el jueves 19 de octubre se puede ver en algunas salas de cine del país Los Asesinos de la Luna, la última película de Scorsese. 

Scorsese se mete en la historia de su país desde un western melancólico y aprovecha todos los recursos posibles del lenguaje cinematográfico: texturas, sus habituales planos largos, una composición con apoyo en formas bucólicas para contraponer al horror de la inclemencia de los asesinos. Y esa historia que también habla del presente político de los Estados Unidos. Al igual que John Ford en Un Tiro en la Noche (The Man Who Shot Liberty Valance), Scorsese arma el rompecabezas de la formación del Estado en EE.UU y la de la violencia en función de esa conformación ligada, directamente, al mercado y el ejercicio del poder. 

Los Asesinos... es la segunda película que el director de Toro Salvaje produce en el marco de una plataforma de contenido audiovisual. The Irishman (El Irlandés) fue la primera y sucedió con Netflix. En este caso es AppleTv Plus quien puso los US$ 200 millones de costo de producción para tenerla en su grilla de contenido y sumar varios porotos de cara a la entrega de los Oscar el año que viene. 

Pero, para la distribución internacional, entra en juego un estudio clásico: Paramount. Se va a aplicar el criterio de ventana de exhibición: algunas salas tendrán la oportunidad de tener la película antes de la llegada a VOD. 

"En el caso de Killers of the Flower Moon, tendría que mirarse en la pantalla grande. ¿Tenemos la intención de hacer un éxito de taquilla? No, estamos haciendo una película que tiene que verse en la pantalla grande. ¿Otras películas que hice? Tal vez no. A veces, es la fuerza de la imagen; si se puede reproducir bien en una pantalla más pequeña, eso es interesante. Killers podría pasarse en una pantalla pequeña, pero para sumergirse de verdad, debes tomarte el tiempo", dijo el viejo Martin en esa misma entrevista. Y, por supuesto, el tiempo implica ver cine en el cine. 

La música en el cine de Scorsese

Martin Scorsese, como muy pocos realizadores, logró unir a la música popular con el cine. Es probable que haber sido asistente de dirección en la película del festival de Woodstock en 1969 haya marcado su camino posterior en lograr esa simbiosis. Buceó en la obra de Bob Dylan con dos documentales: No Direction Home: Bob Dylan y la fabulosa Rolling Thunder Revue: A Bob Dylan Story by Martin Scorsese, estrenada en Netflix en 2019, una joya basada en material de archivo inédito que merecía estar disponible para su visionado. 

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Desde el jueves 19 de octubre se puede ver en algunas salas de cine del país Los Asesinos de la Luna, la última película de Scorsese. 

También produjo y dirigió uno de los mejores documentales de la historia acerca de un músico de rock, George Harrison: Living in the Material World. Y, a su vez, es uno de los directores con mayor acercamiento a la obra de los Rolling Stones, no solo por el documental Shine a Light sino por el uso apropiado y exacto de su música para la narrativa de varios de sus films. En televisión, llevó adelante el proyecto The Blues, un acercamiento a la historia de la música en Norteamérica, sus raíces afro y la influencia en los estilos que derivaron al jazz. Un trabajo majestuoso del que no solo dirigió un episodio sino que convocó y produjo el trabajo de realizadores como Clint Eastwood, Mike Figgis y Wim Wenders. 

Pero en Los Asesinos de la Luna la cosa va varios pasos más allá. En línea con lo que se señala en el inicio de la nota, como toda película que puede significar un cierre de carrera de un director, el lobo Martín plasma en pantalla su amor por la música, por la música en el cine y se da el lujo de poner frente a cámaras a un seleccionado de músicos, referentes y transgresores en la industria. También es una declaración de principios y, por qué no, política, por los nombres elegidos. 

Dos disruptores del country alternativo Jason Isbell y Sturgill Simpson tienen papeles importantes. En el caso de Isbell, lider de The 400 Unit, compone un personaje clave, contrapunto nada más y nada menos que del personaje de Di Caprio, como dos caras de una misma moneda. Sus expresiones y su tono lacónico al hablar llaman poderosamente la atención.

Pete Yorn ya había tenido algunas participaciones en películas como músico. Se recomienda escuchar su versión de Red Right Hand (el clásico de Nick Cave) para la primera película de Hellboy. 

  • También está el veterano del blues Charlie Musselwhite y tiene una aparición central sobre el final del film Jack White. Que esté White es toda una declaración de principios: un músico que privilegió siempre la independencia y que lucha por el formato físico y a poner límites a la voracidad de la industria, además de generar nuevos caminos sobre la base de los clásicos. Igual que Martin con el cine. Además, su participación en la secuencia de cierre planta bandera discursiva junto a Scorsese en el amor por la presencia del relato en la sala, en la magia de la construcción cinematográfica y pensar al cine en el cine. 

Pero el nombre fundamental de la película en cuanto a la música es el de Robbie Robertson. Fue uno de sus colaboradores más confiables desde The Last Waltz de 1978, cuando se unió a Robertson, precisamente, para hacer esa película acerca de la agrupación que lideraba: The Band. Ahí lo sumó a su equipo de trabajo y lo acompañó desde las partituras en Raging Bull, El Rey de la Comedia y El Color del Dinero. La madre de Robertson era Cayuga y Mohawk, todo un símbolo para una película que atraviesa la historia de los pueblos originarios en EE.UU. El músico logra un clima tenso, por momentos molesto, incómodo y nada obvio para dotar, desde las melodías, un desarrollo cambiante, mutante en relación a la truculencia de la historia.

Desde el jueves 19 de octubre se puede ver en algunas salas de cine del país Los Asesinos de la Luna, la última película de Scorsese.
Desde el jueves 19 de octubre se puede ver en algunas salas de cine del país Los Asesinos de la Luna, la última película de Scorsese.

Lamentablemente, Los Asesinos de la Luna marca la última banda sonora para una película que compuso Robertson en su vida, puesto que falleció en agosto de este año. Un trabajo póstumo que Martin Scorsese se encargó de destacar en los créditos de la película, dedicada a su memoria. 

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