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No es bueno que un objetivo esté solo

El dinero será escaso y "el mercado" producirá, sin errores de cálculo, el mayor beneficio social posible en el menor tiempo posible.

Es duro decirlo así, pero en política lo que importan son las consecuencias
Es duro decirlo así, pero en política lo que importan son las consecuencias
Carlos Leyba 19 julio de 2024

"Temo al hombre de un sólo libro" (Santo T. de Aquino) en política económica es: "Temo a la de un solo objetivo". En eso estamos. 

Que la política someta a todos los objetivos de la vida social a uno solo de ellos, por importante que este sea, pone en riesgo el "tejido social" que es exactamente lo contrario del propósito de la política que, en última instancia, debe administrar recursos para fortalecerlo. O, como dijo J. Ortega y Gasset, la política es "construir Nación". 

En esa perspectiva, los resultados del último medio siglo "no han fortalecido el tejido" de la Nación: lo han deshilachado. Es lo que heredó Milei.

Dos datos y una consecuencia o una causa. 

Primero, el número de personas bajo la pobreza pasó de 800 mil (1974, EDH) a 25,5 millones (55,5% según UCA,1°T 2024). La pobreza creció a la tasa de 7% anual acumulativo. Lejos de tener un "bono demográfico" hicimos una "hipoteca social". 

Segundo, el ahorro de residentes argentinos fuera del sistema en 1974 se estimaba en US$ 3.800 millones, hoy en US$ 450.000 millones. La fuga creció aproximadamente a la tasa acumulativa anual de 10%. 

¿Causa o consecuencia? En medio siglo, el PIBph creció a la imperceptible tasa anual de 0,3%: estancamiento de la productividad. 

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Este es el contexto.

El FMI calcula una caída del PIB, respecto de 2023, de 3,8%; una caída mucho mayor en la economía urbana compensada por el incremento de la producción agropecuaria, minera y energética. El desempleo aumentó a7,7%, el poder de compra del salario mínimo disminuyó 30% respecto a noviembre de 2023; las Reservas del BCRA son negativas en US$ 3.000 millones y este jueves volvió a vender US$ 62 millones. El consumo masivo, en junio, cayó 12,5% y O. Ferreres estima una caída de la inversión, en mayo, de 23,4% respecto a 2023: la inversión es sólo el 15% del PIB. 

Hay dos datos positivos: a) la tasa de inflación disminuyó desde el pico post devaluatorio de diciembre; pero ... las tarifas no han alcanzado los niveles para eliminar subsidios y el tipo de cambio oficial, ajustado al 2% -usado como "ancla"- se retrasa respecto de precios internos. La brecha cambiaria (libre vs oficial) será intervenida por el BCRA vendiendo dólares que no tiene (reservas negativas); y b) eliminación del déficit del Tesoro, con reducción del gasto (p.ej. inversiones de infraestructura que afectarán al desarrollo) y caída de los ingresos impositivos asociados a la economía interna, más que compensados por los tributos al comercio exterior (derechos de exportación e impuesto PAIS) que crecieron gracias al impacto devaluatorio.

La herencia de la economía real ha empeorado; la herencia fiscal y monetaria han mejorado, pero hoy esa salud es precaria. 

Milei ha definido como "el objetivo" la "convergencia de la inflación en un entorno cercano a cero mensual" (Cronista Comercial, 15/7). 

Inflación cero. Apostilla: la frase "inflación cero", tiene un propietario inimaginable para los libertarios: el Gral. Perón, siendo presidente, la pronunció cuando la crisis petrolera (1973) amenazaba con "inflación importada". Había pasado un semestre de cero crecimientos en los índices de precios, luego de un período de alta inflación; y el "tipo de cambio paralelo" permanecía hacía seis meses estancado, luego de haber caído 16%. Aquél "cero" fue una exigencia impropia. La propuesta de "inflación cero" de Milei, también lo es, sobre todo, porque es su "único objetivo". Veremos por qué.

Para Javier, las condiciones necesarias y suficientes, para terminar con el cepo y liberar al mercado de divisas, son terminar con los pasivos remunerados y con los PUTs, que junto al fin del déficit fiscal, permitirán la "emisión cero" (de la Base Monetaria Ampliada) que sumado a una devaluación cercana al cero mensual, permitirá la "inflación cero" que es el "objetivo magno". 

La consecuencia esperada (de inflación cero más liberación del mercado de divisas) es el ingreso de capitales y el flujo de inversiones. 

La "inflación cero", objetivo cumplido, habilitaría a que lo demás sea logrado, por añadidura, gracias a la naturaleza del mercado.

La regla de política económica de Jean Tinbergen (primer Premio Nobel de Economía) es que, para lograr cada objetivo, es necesaria la correspondencia de un instrumento. 

Para lograr la "inflación cero" Javier determinó su instrumento: "emisión cero". No es lo mismo que el cierre del BCRA, pero supone eliminar una de sus funciones existenciales. Un segundo paso podría ser llevar los encajes bancarios a 100% de los depósitos con lo cual quedaría extinguida toda posibilidad de "creación" de dinero por parte del sistema. Tal vez.

Cerrando los grifos emisores (instrumento), apostando a la inflación cero (objetivo) posibilitando así la liberación del mercado de divisas, y poniendo en marcha, además de la "desinflación", la "desregulación" y la "desestatización" (F.Sturzenegger) el mercado, como hemos dicho, aportará las inversiones que se ocuparan de reestablecer o fortalecer el tejido social. Entonces obra concluida. Es cuestión de tiempo para Milei. 

La baja de la inflación en el primer semestre ha logrado sostener la imagen positiva del Gobierno, lo que ha confirmado, para sus estrategas, que este objetivo -y su logro- es el de mayor impacto positivo en la opinión pública y la mayor apuesta a la absorción del electorado del PRO y de la UCR y por lo tanto la apuesta a una performance ganadora en las elecciones de medio término. Milei no abandonará el único objetivo, ni lo diluirá proponiendo otros objetivos que plantearían más exigencias a la política económica. 

Este ha sido un objetivo de alto impacto político logrado con economía de esfuerzos en términos de instrumentos de política económica (déficit cero, emisión cero). El dinero será escaso y "el mercado" producirá, sin errores de cálculo, el mayor beneficio social posible en el menor tiempo posible.Amén.

Llegados a este punto es importante recordar a Nicolas Kaldor (el más reconocido economista que no recibió el Premio Nobel, según TheEconomist) quien aportó una manera sencilla de ordenar la lógica de toda política económica de corto plazo: su "cuadrado mágico". 

Tendremos que usar la imaginación para graficar esta idea. 

Pongamos en un extremo (digamos al Oeste) el objetivo irrenunciable del empleo productivo. Por ejemplo, el sistema de la Reserva Federal (EE.UU., 1977) tiene como objetivo, además de la estabilidad de los precios y al mismo nivel, maximizar el nivel de empleo. Algo que en nuestra situación sería más que obvio para cualquier enfoque sensato. 

Sin embargo, no hay, en el programa de Milei, nada que apunte a la creación de empleo. 

Justamente fue Teddy Karagozian -un destacado empresario textil que aceptó colaborar con Milei para el diseño de la política de largo plazo- quien puso en claro, esta semana en la TV, la existencia de una estrategia oficial implícita de desempleo generada, entre otras causas, por el atraso cambiario, una vía de apertura comercial, que en el marco de normas de todo tipo que conforman cargas "anticompetitivas" adicionales para la industria manufacturera nacional, constituye una implícita estrategia de desempleo urbano. 

Es duro decirlo así, pero en política lo que importan son las consecuencias: es creciente el número de empresas que han presentado procedimientos preventivos de crisis y despidos de personal. ¿El desempleo puede contribuir a reducir la inflación? 

Las políticas de un solo objetivo pueden caer en esa irracionalidad.

Asociado al objetivo del empleo, naturalmente, en el "cuadrado mágico", está la "estabilidad", la lucha contra la inflación, (pongámoslo en el Este en nuestra gráfica del cuadrado). Los instrumentos monetarios y cambiarios (fiscales, financieros) son los protagonistas de la política de Milei por todos conocidos: la inflación bajó desde su máximo de diciembre y tal vez sea muy difícil una caída mayor salvo extremar los instrumentos y las consecuencias difícilmente deseadas. 

Siguiendo el diseño del cuadrado, pongamos el crecimiento del PIB (un punto al Norte del gráfico). La necesidad de crecer en un país estancando en el largo plazo es perentoria. Un crecimiento que realice al 100% el producto potencial (la capacidad ociosa, los recursos desempleados) y procure el desarrollo del potencial no explotado (desarrollo) requiere de inversiones. El RIGI, más allá de consideraciones críticas, es una posibilidad, pero - sin duda - tiende a configurar una economía de enclave con el riesgo de generar las consecuencias horribles de la enfermedad holandesa. Hay aquí una ausencia de visión integral en el programa que puede hacer naufragar a las mejores intenciones. 

Finalmente (punto al Sur) colocamos el objetivo de la "solvencia externa", el equilibrio externo, y en nuestro caso de país fuertemente endeudado, la capacidad de generar potenciales reservas que sean la consecuencia de una movilización integral del aparato productivo y de la productividad sistémica y no el resultado de lo que tiene como consecuencia obvia la "enfermedad holandesa", la que desalienta el valor agregado y termina deshilachando al tejido social. 

El éxito de un programa sólo es posible a partir de un diseño que contemple los objetivos múltiples que implica el "cuadrado mágico": el reconocimiento que todos los objetivos (estabilidad, empleo, crecimiento, solvencia externa) que son imprescindibles y que la ausencia de uno condena la supervivencia de los demás. 

El desempleo, el estancamiento y la falta de solvencia externa, hacen insostenible si hubiera una estabilidad lograda postergando o suprimiendo esos otros objetivos. Aún en el caso de la procura de dos objetivos como podrían ser, por ejemplo, la estabilidad y la solvencia externa, sin crecimiento difundido en todo el sistema y con desempleo, difícilmente podrían sostenerse esos objetivos en el mediano plazo.

Una mala (incompleta, no integral) política económica, fracasa. Prueba documental: la Argentina, tiene 50 años y demostró que no es bueno que un objetivo esté solo.

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