El Economista 20 octubre de 2023
Hoy, a tan solo unas horas de la elección que Javier Milei considera "la más importante en 100 años" en Argentina, el candidato del movimiento libertario ha salido a escena con un discurso incendiario que levantó serias preocupaciones en la Justicia electoral.
El economista sembró dudas sobre la transparencia de los comicios presidenciales que tendrán lugar el próximo domingo y ha reiterado sus afirmaciones de que en las primarias electorales le "robaron" entre un 2 y un 5% de los votos.
El riesgo
Lo que hace que estas declaraciones sean aún más inquietantes es que Milei no ha formulado una denuncia formal de fraude a pesar de sus reiteradas acusaciones, entre ellas las de finales de agosto donde, luego de las primarias, arguyó que "si no le hacían fraude sacaba 35 puntos".
La Cámara Nacional Electoral ya le había recordado después de las PASO y, más recientemente, su presidente, Alberto Dalla Vía, expresó que "denunciar fraude sin fundamento socava la confianza en un sistema que necesitamos robusto y confiable".
Esto plantea la preocupante posibilidad de que Milei esté utilizando estas acusaciones como una estrategia para desconocer los resultados del domingo si no le son favorables. Específicamente, Milei ha manifestado su temor de que se cometa fraude electoral, citando "irregularidades groseras" y el robo de boletas, así como mesas en las que, según él, parecía que no habían recibido ningún voto cuando deberían haber recibido una parte significativa.
Sin embargo, lo que hace que este discurso sea aún más peligroso es que Milei no ha presentado denuncias formales con evidencia que respalde sus afirmaciones. Parece que estas acusaciones podrían estar destinadas a socavar la confianza en el sistema electoral argentino, una movida similar a la que -por ejemplo- empleó Donald Trump en 2020, donde terminó valiéndose (sin éxito final) de demandas hechas en la Justicia con el fin de impugnar el resultado de los comicios, maniobra que realizó en Pensilvania, Arizona y Michigan.
Es importante tener en cuenta que en Argentina, para ser elegido presidente en primera vuelta, un candidato debe obtener el 45% de los votos o el 40% con una diferencia de 10 puntos con respecto al segundo candidato. En una elección tan reñida, una diferencia de 2 a 5 puntos podría ser decisiva, lo que aumenta la importancia de contar con un proceso electoral confiable y transparente.
Además de las declaraciones de Milei, los representantes de su movimiento, La Libertad Avanza, han planteado objeciones al proceso de escrutinio definitivo. Se quejaron de la falta de información sobre los administradores del sistema informático con permisos especiales para intervenir en caso de dificultades en el proceso de escrutinio. Esta falta de información ha generado desconfianza en el procedimiento.
¿Milei tiene fundamentos?
En una reunión del 12° Consejo de Seguimiento de Elecciones, los dirigentes de LLA plantearon estas preocupaciones ante el director nacional electoral, Marcos Schiavi, y los representantes de otros partidos políticos. Querían saber quiénes eran los administradores del sistema y qué tareas realizaban en caso de incidentes. La respuesta de que se dejaba una "huella digital" de su intervención no pareció satisfacerlos.
Además, Libertad Avanza presentó un cuestionario técnico relacionado con la facilidad de acceso que tendrían los técnicos de la empresa INDRA y funcionarios de la DINE para intervenir en el proceso de cómputo durante el escrutinio definitivo. Aunque se presentó este cuestionario a la Justicia Electoral, la demora en las respuestas ha aumentado la incertidumbre y la preocupación en el movimiento libertario.
El texto de Libertad Avanza sugiere que esta falta de transparencia podría arrojar dudas sobre la integridad del proceso de procesamiento de datos en estas elecciones. Esto plantea serias preocupaciones, especialmente considerando las acusaciones previas de Milei sobre un posible fraude.
Por su parte, la Dirección Nacional Electoral se muestra tranquila y segura de la confiabilidad del sistema electoral. La diferencia mínima entre el escrutinio provisorio de las PASO y el escrutinio definitivo realizado por la Justicia Nacional Electoral, que fue de tan solo el 0,04%, respalda la confiabilidad del sistema.
Ante estas manifestaciones de Milei y las objeciones planteadas por la terminal política libertaria, la Justicia electoral está considerando los pasos a seguir. Ya están al tanto de las prácticas de Milei de denunciar fraude en los medios sin presentar denuncias formales, lo que socava la confianza de la ciudadanía en el sistema electoral.
En resumen, la retórica incendiaria y las acusaciones sin fundamentos de Milei, junto con las objeciones planteadas por su movimiento, han generado un clima de desconfianza en el proceso electoral argentino. A medida que nos acercamos a las elecciones, la Justicia electoral deberá abordar estas preocupaciones y garantizar la integridad del proceso. La democracia argentina merece un proceso electoral transparente y confiable que refleje la voluntad del pueblo.
