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Las 5 promesas de Rishi Sunak para 2023

Sunak encuentra circunstancias aún más complejas que las que halló al momento de asumir y los laboristas son favoritos para 2024

Las 5 promesas de Rishi Sunak para 2023
Victoria Rinaldi 15 enero de 2023

Tras la salida de Boris Johnson por los escándalos del Partygate y el breve y fallido gobierno de Liz Truss, Rishi Sunak asumió en octubre pasado como el tercer primer ministro conservador en un año. 

A pesar del optimismo y la intención de solucionar los problemas presentes en el primer discurso del jefe de Gobierno más joven de la historia de la Unión, el panorama lucía oscuro. El accionar debía ser inmediato: la inflación alcanzaba niveles inesperados y la deuda escalaba a billones de libras. 

Sin embargo habiendo iniciado el nuevo año, Sunak encuentra circunstancias aún más complejas que las que halló al momento de asumir. Sumado a la inflación y la deuda, las protestas en distintos sectores de la economía britanica -que incluyen a los enfermeros y ambulancieros del National Health System (NHS), ferroviarios, y personal de aduana e inmigración, entre otros-, se iniciaron en la segunda mitad de 2022 y se intensificaron hacia el final del mismo. 

Además, en estas circunstancias de conflictividad social, el Partido Laborista se posiciona positivamente de cara a las elecciones que deben llevarse a cabo antes del 24 de enero de 2024. Muchos creen que podrían ocurrir antes, si el gobierno de Sunak colapsa, de la misma manera que ha pasado con sus antecesores. 

En uno de los primeros discursos del 2023, Sunak apuntó contra quienes desconfían de su capacidad de gobernar en la tormenta y realizó cinco promesas de gobierno basadas -según su criterio-, en satisfacer las prioridades de la gente: a) reducir la inflación a la mitad, b) hacer crecer la economía, c) disminuir la deuda, d) acortar los tiempos de atención y espera dentro del NHS, y e) frenar los arribos de embarcaciones  que trasladan posibles inmigrantes a través del Canal de la Mancha provenientes desde Francia. 

Sin embargo, estas prioridades revelan aún más las crecientes tensiones y disconformidad a nivel económico, social e institucional que actualmente enfrenta el Reino Unido. 

El panorama económico

Las promesas económicas de Sunak no fueron bien recibidas. Su promesa en relación a la inflación fue tildada de poco ambiciosa, ya que recientemente la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria pronosticó que la inflación decrecería un 3,8% para fines del 2023. 

En relación a la actualidad, el mismo organismo indicó que el país ya se encuentra en recesión y que la deuda continuará aumentando. A pesar de haber pronosticado que el crecimiento económico retornaría en el año 2024, estos niveles se asemejarían a los de 2019. Hay cuatro años de crecimiento perdidos para la economía británica por diversos motivos, pero en la simplificación política que el ciudadano común realiza, son atribuibles al Partido Conservador. 

Otros números poco positivos fueron divulgados a principio de 2023 por Goldman Sachs, que indicó que habría una contracción del 1,2% en la economía del Reino Unido en 2023, un valor muy lejano a los predichos para el resto del G10. Estos números se asemejan a los de Rusia (1,3%), país cuya economía se encuentra sustancialmente afectada por múltiples sanciones a partir del conflicto que ha desarrollado contra Ucrania. 

Con una inflación que superó el 11% en 2022 y los costos de vida escalando notoriamente a números preocupantes, la población británica percibe que la capacidad adquisitiva de sus ingresos se ve severamente disminuida, acotando su posibilidad de consumo y minimizando su posibilidad de ahorro. Ambas situaciones, generan un alto grado de disconformidad en la población, cuyos sectores de trabajadores más perjudicados no demoraron en exponer su descontento, exigiendo un aumento en sus ingresos. 

Un conflicto duradero

La cuarta promesa, referida a acortar los tiempos de atención y espera dentro del NHS, tiende al realizar un análisis de mayor profundidad, que existe una gran cantidad de vacantes en el sector de la salud pública, situación que surge a partir de los bajos salarios existentes que genera condiciones de saturación y cansancio extremo que padecen trabajadores del sector, en un momento crítico de resurgencia de distintas variantes de Covid-19. 

Se trata enfermeros y ambulancieros, pero la situación descripta se replica en múltiples sectores, como el ferroviario, el aduanero, el migratorio, y el postal. En este contexto fue que se iniciaron las huelgas y protestas durante el gobierno de Johnson, y se han extendido hasta estos días. Cuando la inflación alcanzó el 11% en octubre de 2022, los salarios del sector público habían crecido 2,7%, contra aquellos del sector privado con 6,9%. Los números no hacen más que reforzar la postura de los trabajadores en conflicto.

El periodo de las fiestas observó grandes pérdidas y retrasos a partir de las protestas organizadas en los últimos treinta días. Más de 40.000 trabajadores del sector ferroviario participaron en las protestas de la primera semana del año. A partir de estos eventos, se calculó una pérdida de 200 millones de libras en ventas para los pubs, restaurantes y hoteles locales.

Durante la primera semana del año, el gobierno conservador anunció nuevas leyes que apuntan a garantizar un nivel mínimo de servicios en el NHS, pero esto también se extendería a otros sectores, como el ferroviario. La medida no fue -como era previsible-, recibida de buena manera por los trabajadores, siendo  severamente criticada por atentar contra el derecho a huelga de los mismos. 

Keir Starmer -líder laborista-, consideró que no es una medida adecuada para solucionar el problema ni que la misma ayudará a escapar a los trece años de fracaso, en relación al tiempo que los conservadores llevan en el poder. 

Controversiales planes para la situación migratoria

La última de las promesas surge a partir de la llegada de más de 44.000 personas a través del Canal de la Mancha en el último año. Su plan surge en un momento de preocupación debido a recientes muertes en el Canal por este tipo de travesías. La finalidad de su propuesta está orientada a modificar la legislación actual vigente para que los solicitantes de asilo que no tramiten el mismo por medios legales ante el Reino Unido, efectivamente no puedan ingresar al país. 

El plan de Sunak continúa con las propuestas de su antecesor, Johnson, quien en su momento había intentado implementar el "exportar" refugiados que el Reino Unido considerase como ilegales a Ruanda. Se trató de una extrema medida defendida por la entonces Secretaria de Relaciones Exteriores (Liz Truss) y altamente criticada por el entonces Príncipe Carlos, quien ahora es Rey. 

El nuevo primer ministro sugirió delegar a terceros países el procesamiento de las solicitudes que arribasen al país y detener para luego deportar de inmediato, a quienes ingresen ilegalmente al Reino Unido, o ser enviados a un país seguro donde se tramitaría su caso de forma individual. 

En otro orden, pero dentro de la cuestión inmigratoria, Sunak pretende establecer medidas particulares para aquellos inmigrantes en situaciones irregulares provenientes de Albania. En 2022, 30% de los individuos que alcanzaron el Reino Unido en estas condiciones provienen de dicho país, por lo que se busca facilitar el retorno de estas personas a través de un acuerdo entre las dos naciones. 

La presencia de funcionarios migratorios británicos en el país europeo y la creación de un control centralizado en el Canal de la Mancha buscan garantizarle al Reino Unido una mejor revisión de sus fronteras, pero también implica simultáneamente, prestar atención a los reclamos por mejores salarios por parte de los trabajadores del sector. 

Promesas que pueden sostener un gobierno

Como sus antecesores, Sunak enfrenta circunstancias de gran dificultad, tanto internas como externas. Si bien originalmente su discurso fue severamente criticado por la ausencia de medidas para cumplir sus promesas, sus eventuales avances en este campo también han sido mal recibidos. Recientes encuestas incluso develan que el 52% de votantes conservadores no creen que pueda resolver la actual situación migratoria del país, viendo a Sunak como un tecnócrata más que como un líder inspiracional. 

Su apego por la tradición conservadora es cada vez más notorio, pero también cada vez más juzgado por sus oponentes. En un contexto en el que las encuestas para las próximas elecciones anticipan una victoria laborista, que Sunak se niegue a reconocer que una de las principales causas del estado actual de la economía y la sociedad británica fueron las políticas desacertadas de su propio partido, está jugándole en contra. 

De cara a unas elecciones que pueden llegar a ocurrir antes de lo esperado y con una oposición que continúa ganando espacios, lograr cumplir las cinco promesas podría ser la única forma de rescatar la imagen del Partido Conservador, pero más importante, recuperar al Reino Unido de una crisis sin precedentes, tanto en lo social, como en lo económico y político. 

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