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¿Cuáles son los desafíos de Javier Milei en política exterior?

El mandatario electo asumirá como presidente el próximo 10 de diciembre, justo cuando se cumplen 40 años desde el regreso a la democracia. Por ello, de cara a ese histórico suceso, El Economista dialogó con dos analistas internacionales sobre cómo podría ser su política exterior.

¿Cuáles son los desafíos de Javier Milei en política exterior?
Damián Cichero 23 noviembre de 2023

Aunque algunas encuestas lo adelantaron, el triunfo de Javier Milei en el balotaje del pasado domingo continúa teniendo grandes repercusiones a nivel mundial.

Por ello, una de las grandes cuestiones es qué hará con su política exterior, una de las aristas donde más se lo ha criticado por sus polémicas propuestas.

Además de alinearse completamente con Estados Unidos, algo que en pleno conflicto entre Occidente y China no parece ilógico, aunque sí polémico, el mandatario ha cuestionado los vínculos con el Gigante Asiático y Brasil, los dos principales socios comerciales de nuestro país.

A esto se suman otros temas controvertidos, como sus duras críticas contra el papa Francisco o los dichos de su futura canciller, Diana Mondino, quien con su idea de respetar los derechos de los "kelpers" ha sembrado dudas respecto a cómo Milei abordará la cuestión de las islas Malvinas. 

Por ello, teniendo en cuenta que Milei no planea revelar sus planes de gobierno hasta asumir, el próximo 10 de diciembre, El Economista dialogó con dos expertos en la materia para intentar vaticinar qué se puede venir para Argentina.

Por un lado, uno de los entrevistados fue Tomás Múgica (TM), politólogo, Mg. Política Comparada (London School of Economics) y Estudios Internacionales (J. Korbel School).

Por el otro, Juan Battaleme (JB), Director Académico del CARI y profesor universitario en la UBA, UCEAMA y la Universidad Austral. 

Un panorama general: 

JB: Javier Milei tiene tres grandes desafíos: en primer lugar, deberá romper con los mitos de la alt-right que se le adosan al candidato y que suponen una serie de clichés, por ejemplo, que impera una forma de ultraderecha peor que Bolsonaro o Trump, a partir de todo lo que se dijo en la campaña. 

En segundo lugar, deberá poner el primer eje en cómo la política exterior va a ser útil en despejar los problemas vinculados a la deuda externa y las negociaciones incumplidas que realizó la actual administración a la vez que construir confianza en el plano externo en el proceso de apertura de la economía. 

Por último, deberá manejar sin ambigüedades la relación con los grandes poderes, en particular entre China y EE. UU., considerando que comienza su mandato con dos guerras en curso y que en una potencial reelección podría encontrar un entorno de seguridad aún peor, producto de cómo vayan llevando la relación ambos países.

Pareciera ser que su premisa es la de mantener negocios del mundo privado con todos; relaciones políticas estrechas con Occidente y transparentes con Oriente. Una suerte de compromiso selectivo

TM: Hay al menos tres elementos importantes a la hora de caracterizar la visión de política internacional de Javier Milei.

El primero es la cercanía con Occidente: tanto Milei como Mondino han remarcado, en varias ocasiones, la vocación de aliarse a lo que Milei llama "el mundo libre y las democracias liberales".

Esto es fundamentalmente Estados Unidos, un país al cual Milei además admira como modelo de capitalismo y de sociedad libre, y sus aliados de Europa Occidental, Japón, Israel, Australia, Canadá, es decir, los países ricos que conforman Occidente. 

En segundo lugar, la apertura económica. Milei, como sabemos, busca modificar el modelo económico, ya que entiende que la decadencia argentina es consecuencia de un modelo económico hiperproteccionista con un estado gigantesco que se mete en todo y, en ese sentido, lo que busca es una economía más abierta.

En este sentido, el nombramiento de Diana Mondino como canciller marca una prioridad. Está nombrando a una persona que es una economista, que ha presentado su visión claramente de trabajar por una economía más abierta y privilegiar las relaciones económicas internacionales como elemento o como eje de la política exterior.

El tercer elemento es, sin duda, su pertenencia, junto con Victoria Villarruel, a lo que podríamos llamar "un internacional de derecha populista", que tiene como referentes a líderes como Donald Trump, Santiago Pascal de Vox, el brasileño Jair Bolsonaro, el chileno José Antonio Kast, entre otros.

Estos son líderes que encabezan movimientos políticos de importancia creciente que confluyen alrededor, sobre todo, de una visión contraprogresista. Una visión que cuestiona los avances del progresismo en materia cultural, en temas como el aborto, la ideología del género, y también es una visión crítica de la tesis del cambio climático producido por el hombre. 

Dicho esto, lo que empezamos a ver ahora es que empieza a haber una tensión entre la visión ideológica defendida por Milei como candidato, incluso antes de entrar en política, y las necesidades que se plantean en el ejercicio del poder. Es decir, empieza a haber una tensión entre ideología y pragmatismo, entre las convicciones y la búsqueda de fidelidad de los propios principios, y las necesidades económicas y políticas que impone estar al mando o al frente de la administración de un país. 

Las tensiones entre Estados Unidos y China:

Teniendo en cuenta que China es el segundo mayor socio comercial de Argentina, y que además estamos atados a este país por los "swaps", muchos temen que una diplomacia dura de Milei contra Pekín complique el vínculo bilateral.

Si Milei planea acercarse cada vez más a EE. UU., la gran pregunta es cómo hará Argentina para no ofender al Gigante Asiático, territorio desde el cual, más allá de las críticas de Milei, se han mostrado a cooperar con el nuevo presidente. 

Aquí, quizás la clave será que incluso EE. UU. ha sido claro a la hora de decir que, pese a su disputa, no planean desacoplarse completamente de China. 

JB: El acercamiento con los Estados Unidos no necesariamente tiene que estar relacionado con un alejamiento de China, sobre todo en la parte comercial, ya que en ese punto el rostro de América Latina es mucho más asiático.

Por eso, es importante que se lleve a cabo una apertura prudente y prolija de la economía argentina.

En el campo de la seguridad, es muy sencillo. Los intereses de seguridad de China no están en el Atlántico Sur, mientras que sí están los intereses de seguridad de Argentina y de los Estados Unidos. Por lo tanto, ahí mejor mantenerlo sin ambigüedades. Dejar en claro que los valores y la práctica política están mucho más alineadas a Occidente. Pero una cosa no es excluyente de la otra.

TM: Estados Unidos evidentemente va a jugar un rol muy importante en la política exterior de Milei por varias razones. En primer lugar, esto se dará por la vulnerabilidad financiera externa de la Argentina, que depende de la asistencia financiera del FMI, un organismo controlado por Washington. 

Además, Argentina tiene gran parte de su deuda externa emitida en el mercado norteamericano o en mercados occidentales en general, en los cuales Estados Unidos tiene una influencia muy importante. Por lo tanto, Estados Unidos es un actor que en el plano financiero es sumamente importante para la Argentina, sea para este gobierno o para cualquier otro. En realidad, esto hubiese sido lo mismo en el caso de que Sergio Massa ganara el balotaje. 

Ahora bien, esta vocación de Milei de acercarse a Estados Unidos se va a encontrar con un gobierno que es el de Joe Biden, que ha mirado con inquietud la elección argentina, ya que entiende que Milei forma parte del mismo espacio político ideológico a nivel internacional que Trump y ve con inquietud alguna de las propuestas más radicales del nuevo presidente argentino, incluyendo la de llevar adelante la dolarización. 

Es decir, vamos a tener un presidente que claramente es pronorteamericano, pero que se va a encontrar con un gobierno estadounidense que, en algún punto, lo considera un aliado incómodo.

En cuanto a China, como sabemos, durante la campaña hubo declaraciones de Milei afirmando que no pensaba hacer negocios con comunistas y que, en todo caso, los negocios debían realizarse entre privados. No está muy claro qué quiere decir esto, teniendo en cuenta que los estados cumplen, como sabemos, un rol fundamental en el comercio internacional y en las relaciones económicas internacionales. 

Pero sí podemos anticipar, en función de lo que vamos viendo de algunas declaraciones de Milei y Mondino, que va a terminar imponiendo una mirada pragmática en la cual las relaciones económicas se desarrollen con normalidad y eventualmente prosperen, mientras que los vínculos en otras áreas, en materia política y de seguridad, van a ser muchos más restrictivos.

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Xi Jinping y Joe Biden

Brasil: 

Con un comercio anual de más de US$ 28.000 millones, Brasil es el principal socio comercial de Argentina. Sin embargo, esto no ha sido motivo suficiente para que Milei fuera muy crítico de la gestión de Lula da Silva.

Sin embargo, en este caso, la situación es mucho más delicada que con China: mientras que Pekín se muestra dispuesta a cooperar, Lula hizo campaña por Sergio Massa e incluso no estaría dispuesto a asistir a la asunción de Milei el próximo 10 de diciembre, lo que, sin dudas, es una pésima manera de comenzar a vincularse.

JB: En Brasil está claro que somos socios estratégicos, que hay muchos negocios y que se espera que la relación aumente en volumen y en negocio, aunque la política irá marcando. 

Específicamente, la dinámica presidencial irá marcando el volumen que se le quiera dar a lo político, a lo que se suma el hecho de que tenemos un montón de cuestiones en común, como el Acuerdo de Economía Europea. Terminada la campaña, hay que ver qué grado de pragmatismo le pone la administración de Lula a la de Milei, y viceversa. Yo creo que esas son las dos cuestiones más importantes a remarcar.

TM: Yo creo que la situación es parecida a lo que sucede con China. Como sabemos, Milei es muy crítico de Lula, así como es muy cercano a Bolsonaro. Evidentemente esas preferencias juegan. Lula hizo saber a través de Censo Amorim que no participará de la asunción de Milei. 

Pero creo que finalmente las necesidades políticas y económicas van a terminar imponiéndose en el vínculo. Y, en el caso de Brasil, no solo estamos hablando del comercio, de las inversiones, es decir, de las relaciones económicas, sino también de las fronteras, de cuestiones de seguridad internacional, de participación en organismos internacionales en los cuales Argentina y Brasil comparten intereses. 

En definitiva, estamos hablando de un vínculo que es el más complejo y cercano que la Argentina tiene en el mundo y que necesariamente hay que administrar. Por eso creo que eso se va a terminar imponiendo en la relación, como en algún punto ha pasado con Bolsonaro y Alberto Fernández, es decir, va a primar el peso del vínculo internacional por sobre las afinidades ideológicas de los mandatarios.

En el caso del Mercosur, como elemento central organizador de la relación con Brasil, si bien Milei en algún momento planteó la posibilidad de eliminarlo, creo que lo que vamos a ver es también una mirada más pragmática con ciertas propuestas orientadas a liberalizarlo, tal vez a flexibilizar la capacidad de los estados miembro para realizar acuerdos de libre comercio.

Probablemente, va a haber un impulso de Argentina para que se concrete el acuerdo con la Unión Europea, un acuerdo que hoy en buena medida está detenido por el proteccionismo de algunos de los miembros del bloque europeo.

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Xi Jinping y Lula da Silva

Islas Malvinas: 

Como se sabe, la cuestión de recuperar la soberanía de las islas Malvinas es una obligación para todos los gobiernos, ya que está estipulado en la Constitución Nacional.

Sin embargo, la admiración de Milei por Margaret Thatcher, más las declaraciones de Mondino sobre "respetar" los derechos de los kelpers, han generado cierto malestar al respecto. 

JB: Desde su espacio hay algo que dejaron siempre en claro, y es que la soberanía de las islas Malvinas no se negocia y que van a seguir los reclamos en torno a esta cuestión.

Lo que es interesante es que van a seguir un enfoque en el que se dejará de poner de rehén la relación bilateral entre el Reino Unido y Argentina en torno a la cuestión de Malvinas. 

La realidad es que Malvinas tiene que ser un tema más de todos los que se suponen que la relación bilateral debería tener. ¿Entonces, Malvinas va a ser parte de la agenda? Sí. ¿Va a generar una especie de situación de rehén entre el Reino Unido y Argentina por la cuestión Malvinas, bloqueando otras iniciativas que se puedan tener en una agenda que debería tener mayor volumen? No, no lo va a ser.

TM: En cuanto a Malvinas, no hay demasiados elementos para formarse un juicio sobre el tema. Cuando Mondino dijo en una entrevista, con el diario The Telegraph, que era importante respetar los deseos de los habitantes de las islas, se generaron equívocos acerca de si estaba respaldando el derecho a autodeterminación de dichos habitantes. Sin embargo, ella misma dijo posteriormente que eso no era así. 

Por otro lado, Mondino ha afirmado en varias ocasiones que La Libertad Avanza va a respetar las disposiciones de la Constitución nacional en cuanto a Malvinas. Es decir que va a seguir reclamando la soberanía en las islas, por lo cual podemos pensar que Argentina va a continuar con su posicionamiento anual en Naciones Unidas. No hay nada que indique que este gobierno vaya a hacer otra cosa.

Ahora, más allá de continuar con el reclamo, lo que no sabemos es si va a adoptar una política más orientada a las sanciones, con elementos coactivos para presionar a Inglaterra a negociar, o si va a adoptar una política más en la línea de lo que podríamos llamar "la seducción al estilo de Guido Di Tella" en los 90. Viendo la orientación del gobierno, uno podría pensar que será un gobierno que rescate la política seguida por la administración de Menem, pero realmente es una incógnita.

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Las islas Malvinas. 

El papa Francisco: 

Son más que conocidos los pensamientos de Javier Milei. Sin embargo, esto no ha sido motivo suficiente para que el papa Francisco descarte totalmente visitar Argentina en 2024 o 2025. Por ello, teniendo en cuenta los amplios conocimientos de Tomás Múgica sobre el tema, se le pidió una reflexión final al respecto. 

TM: Milei entiende que una disputa con Francisco, que es una figura de renombre mundial, un líder muy prestigioso y que además es argentino, representa un costo que no tiene demasiado sentido pagar.

Por eso, ya empiezan a realizar gestos de distensión. Uno de ellos muy claro fue el pedido de disculpas del propio Milei. Además, hubo gestos privados, a lo que se suma que el Papa felicitó por teléfono a Milei por su triunfo, mientras que este último invitó al Sumo Pontífice a visitar Argentina.

Me parece que ahí hay una comprensión de los límites que impone la realidad y Milei y su equipo se dan cuenta de que, más allá de las diferencias de visión que tengan con el Papa, sobre temas como la justicia social o la política internacional, es demasiado costoso en un país católico y frente a un líder de esa jerarquía entrar en el terreno del conflicto.

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El papa Francisco

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