El Consejo Nacional Electoral de Venezuela (CNE) anunció el domingo el triunfo de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales.
El órgano electoral, controlado por el oficialismo, afirmó que, con el 80% de las mesas escrutadas y con una tendencia "contundente e irreversible", Maduro fue reelecto para un tercer mandato con el 51,20% de los votos.
Por su parte, el candidato opositor, Edmundo González, quien relevó a María Corina Machado tras su inhabilitación para ejercer cargos públicos, habría obtenido el 44,2%.
De este modo, Maduro se convierte en el presidente con más años en el cargo en la historia moderna del país.
Sin embargo, la oposición denunció irregularidades: Corina Machado, la principal referente opositora, sostiene que su partido ganó por el 70% y que triunfó en "todos los sectores y estados" de Venezuela.
¿Cuáles son las consecuencias inmediatas de las elecciones en Venezuela?
Con el anuncio del CNE se dio comienzo a un periodo de protestas, que estará indudablemente acompañado por descontento popular y represión por parte de las autoridades. De hecho, enfrentamientos armados entre fuerzas policiales y vecinos sacudieron Petare, bastión histórico del chavismo y el barrio más grande de Venezuela.
En los últimos días hemos visto imágenes que confirman esta tendencia: manifestantes derribando estatuas de Hugo Chávez, marchas opositoras contra el fraude, y una ola de represión, con motos y militares invadiendo Caracas y generando temor entre los ciudadanos.
Asimismo, la presión internacional sobre el régimen de Maduro se ha intensificado desde el domingo: los gobiernos de Argentina, Chile, Costa Rica, Panamá, Perú, Uruguay y Ecuador no han reconocido los resultados oficiales y han instado a la transparencia.
Otros países como Bolivia, China, Cuba, Honduras, Irán, Nicaragua y Rusia han felicitado a Nicolás Maduro por su triunfo.
Pero tanto México como Brasil han afirmado que no se pronunciarán hasta la contabilización de todas las actas. Por su parte, Estados Unidos ha sido cuidadoso en su pronunciamiento, manifestando "serias preocupaciones" de que el resultado anunciado no refleje la voluntad del pueblo.
En este contexto, la Cancillería de Venezuela anunció el retiro de su personal diplomático de Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay.
Por otro lado, funcionarios de gobierno de Estados Unidos habían anticipado que su política de sanciones hacia Venezuela podría aliviarse si Maduro realizaba una votación justa. El escenario ahora no parece ser alentador, pues, Washington ya estaría barajando imponer sanciones individuales a funcionarios venezolanos.
Las elecciones en Venezuela también han llevado a una reconfiguración de los posicionamientos en la región. La semana pasada el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, histórico aliado del chavismo, había asegurado que Maduro necesitaba "aprender que, cuando se gana, se queda; cuando pierdes, te vas".
El presidente de Chile, Gabriel Boric, se alineó con su par brasileño y rechazó la advertencia de Maduro sobre posibles "baños de sangre". Boric argumentó que "lo que reciben los candidatos son baños de votos, y esos baños de votos representan la soberanía popular, que debe ser respetada a todo evento".
Otro factor a tener en cuenta es la migración: según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), 7,7 millones de venezolanos han abandonado el país.
Aunque el número de emigrados había disminuido en los últimos meses, un sondeo realizado por Meganalisis señala que al menos 44,6% de la población consideraría emigrar si Maduro conseguía un tercer mandato.
¿Qué puede pasar a futuro?
Estabilización de la economía y continuación del régimen de Nicolás Maduro
Se trata del escenario más probable. En los últimos años, un nuevo círculo de asesores ha rodeado a Maduro, conformado principalmente por dos exministros de Finanzas del expresidente ecuatoriano Rafael Correa: Patricio Rivera y Fausto Herrera. El "Plan Rivera" impulsó una dolarización de facto, pero la pobreza alcanzó el 82,8% el año pasado.
La continuación de Maduro en el poder podría estar condicionada por la tan esperada estabilización económica. El esfuerzo para alcanzar el equilibrio será duro para el pueblo, pero si el gobierno logra sortear las sanciones y establecer relaciones previsibles con la región, podrá mantenerse en el poder.
La decisión de la Cancillería venezolana de retirar su personal diplomático de Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay, parecería indicar la ruptura de varias relaciones diplomáticas
Salida de Nicolás Maduro por incontrolables protestas
Existe la posibilidad de que las protestas alcancen un nivel tan masivo e incontrolable que imposibiliten al régimen chavista seguir gobernando.
Las movilizaciones podrían llevar a Maduro a negociar una salida e irse por motu proprio. Las protestas podrían ser incentivadas por actores externos o internos.
En este caso, Maduro probablemente buscaría asilo en algún país con el que posee afinidad ideológica, como Rusia, Cuba, México o Turquía. En este escenario de caos, podría emerger un candidato permeable para los sectores excluidos por el resultado.
Derrocamiento mediante un golpe de Estado
Es el escenario menos probable. Si bien para algunos esta parecería ser la única salida, tenemos que pensar en los actores.
La oposición en Venezuela se destaca por ser constitucionalista y actualmente persigue "acciones para defender la verdad".
Por su parte, la jerarquía militar ha permanecido leal a Maduro, involucrándose de lleno en la escena política, en lugar de limitarse a proteger el proceso electoral.
Incluso si las Fuerzas Armadas se sublevaran, Maduro ha asegurado que cuenta con un "arma secreta": la Milicia Nacional Bolivariana, conformada por civiles "patriotas, uniformados y entrenados para la defensa".
A pesar de la improbabilidad de un golpe de Estado, no se puede descartar un autogolpe gubernamental con apoyo militar.
Los golpes pueden asumir diversas formas, no necesariamente resultando en un opositor asumiendo el poder.
En un escenario de derrocamiento, no se descarta que se instale un líder más cercano al chavismo, o con afinidades hacia potencias extranjeras como China o Rusia.
¿A qué factores debemos estar atentos?
El contexto actual indudablemente nos recuerda a lo sucedido tras las elecciones de 2019, cuando se creía que Maduro vivía su momento más complicado.
En ese entonces, las masivas manifestaciones que exigían su renuncia, la crisis económica, el desabastecimiento, la inflación récord y la proclamación del líder opositor Juan Guaidó como presidente interino, tras denuncias de fraude en los comicios, no lograron desplazar a Maduro. Este se mantuvo en el poder con el apoyo de sus aliados tradicionales y un sector de la cúpula militar.
En la región, existen solamente dos casos de dictaduras que perdieron elecciones y abandonaron el poder: Chile con Augusto Pinochet en el plebiscito de 1988 y Uruguay con las elecciones generales de 1984, que marcaron el retorno del país a la democracia.
El nivel de movilización ciudadana y, consecuentemente, de represión por parte del régimen, la presión internacional y mediática, la subordinación de las Fuerzas Armadas, y la situación económica serán claves a seguir para poder anticipar qué pasará en Venezuela en los próximos meses.
