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Plan Platita: jade y mercurio para conseguir la inmortalidad

Cristina plantea más Plan Platita, llenándole los bolsillos a la gente para que haya más consumo, más actividad

Qin Shi Huang fue rey del estado chino de Qin del 247 AC hasta 221 AC y después el primer emperador de la China unificada del 221 AC al 210 AC
Qin Shi Huang fue rey del estado chino de Qin del 247 AC hasta 221 AC y después el primer emperador de la China unificada del 221 AC al 210 AC
Luis Varela 05 junio de 2022

Durante todo el fin de semana los argentinos se inquietaron por el despido de uno de los dos ministros que más sostenía Alberto Fernández. Despidió al ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas

¿Cuál fue la razón? La expulsión se originó con la sorpresiva renuncia de Antonio Pronsato, titular de la unidad ejecutora a cargo del gasoducto que algún día conectará Vaca Muerta con el resto del país. Y detrás de su renuncia indeclinable, Kulfas culpó a funcionarios kirchneristas, de un proceso en el que en una licitación hubo un solo oferente: Techint

Detrás de toda esa movida, la Secretaría de Energía, ocupada por los funcionarios kirchneristas que le trabaron la suba de tarifas al ministro de Economía, Martín Guzmán, acusó de "operaciones y mentiras" al ministerio de Kulfas

E inmediatamente, la vicepresidenta Cristina Kirchner, que le reclamó a Alberto Fernández que use la lapicera", y con un tuit describió a esta situación de la siguiente manera: "Todo esto es muy doloroso". Alberto, que busca como sobrevivencia mantener a CFK como aliada, despidió de inmediato a Kulfas y nombró en su cargo al hasta ahora embajador en Brasil, Daniel Scioli, quien a su vez ostenta una larga historia de roces con Cristina.

¿Vienen más cambios? 

Después de haber limpiado a Kulfas, la frase dicha por Cristina ("hay funcionarios que no funcionan") tiene ahora en la mira a los últimos dos hombres en los que confía Alberto: el ministro Guzmán y el presidente del BCRA, Miguel Angel Pesce. En un rumor que no fue desmentido, se dice que Alberto le ofreció el lugar de Kulfas a Massa, pero rechazó asumir un ministerio "podado" y compartir el gabinete con Guzmán.

En las redes, sin ningún tipo de confirmación, también se dijo que Guzmán mantuvo una conversación con Alberto, con chance de que el hombre elegido por Cristina por consejo del Nobel Joseph Stiglitz también deje el cargo, pero hasta ahora no hubo novedades sobre el tema. 

Lo que sí estuvo absolutamente confirmado fue el reclamo de la vicepresidente, cuestionando a Pesce por dejar fugar miles de millones de dólares, en un momento en el que Argentina tiene un inédito récord de exportaciones, no por cantidades, sino por precio, gracias a la liquidación de divisas del campo.

En el medio de todo este movimiento, apareció la sensatez del empresario Eduardo Costantini (artífice del Malba y Nordelta), quien advirtió que en este momento de granos récord, no queda ni un sólo dólar en el BCRA porque hay sobrefacturación de importadores y subfacturación de exportadores, quienes además de vaciar a una autoridad monetaria inocente, luego liquidan los dólares que consiguen baratos a $120 y los venden en el mercado libre con una ganancia inmediata del 70%, que a su vez mantiene artificialmente frenados desde hace veinte meses (desde octubre del 2020) las cotizaciones de los dólares libres: blue, MEP y CCL.

El costado estructural de esta maniobra de comercio exterior, que no es correctamente controlada por miles de funcionarios que dicen trabajar en esa regulación, es que este esquema es de alguna manera utilizado por el equipo económico para seguir licuando las cuentas del Estado, intentando utilizar al mismo tiempo al precio del dólar como ancla, para frenar el proceso inflacionario que, según ellos definen, tiene orígenes multicausales.

Lo grave de todo este artilugio contable es que se ha convertido en algo así como la mezcla de jade y mercurio que tomaba el primer emperador de China, Qin Shi Huang, quien utilizaba esa "receta" porque sus médicos lo convencieron de que eso le daría la inmortalidad. 

Hoy, usan al dólar como ancla, creyendo que con eso van a frenar la inflación. Y el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del BCRA ya acaba de decir que espera una inflación del 5,2% en mayo y una del 72,6% anual para todo 2022, con varios otros expertos ubicándola por arriba del 100%.

¿Sirvió anclar el dólar para frenar la inflación? Absolutamente no. En treinta  meses de mandato, el dólar mayorista acumula una suba del 101,6%, el dólar oficial del 111,6% y la inflación supera el 176%: el tipo de cambio argentino tiene un retraso del orden de 75 puntos. 

Y cada mes se sigue retrasando, porque Pesce aceleró el crawling peg, pero todavía está muy por debajo de la suba de los precios, que se están espiralizando, y que ahora les caerán encima las subas de tarifas y otros costos. Sin que tampoco Pesce siga las indicaciones del FMI de colocar tasas en pesos positivas. 

Lecciones del exterior

¿Qué ocurre con este mismo tema en, por ejemplo, Estados Unidos? La secretaria de Estado Janet Yellen acaba de admitir que se equivocó con la inflación, reconoció que se transformó en un problema estructural por una emisión de dólares sin límites. 

Y a cinco meses de la elección de medio término, el Presidente de EE.UU., Joe Biden, se reunió con el titular de la Reserva Federal, Jerome Powell, y le dijo que haga "todo lo necesario, ya que la inflación es el principal problema". 

¿Lo dijo porque lo que más le importa es el sufrimiento de la población? No, lo que lo tiene muy alterado es que en noviembre perderá el dominio de las dos cámaras del Capitolio, y se puede convertir en otro Presidente fracasado, que no consigue la reelección.

¿Qué está haciendo Powell? Desde el miércoles pasado empezó a vender en Wall Street bonos que tenía la Fed y papeles hipotecarios por US$ 45.000 millones por mes; hará otro tanto en julio, y desde agosto tiene programada hacer una venta de US$ 90.000 millones al mes. 

El paso inicial fue subir la tasa corta un cuarto de punto primero, medio punto después, hará otras dos de esa magnitud en julio y agosto. Y está bajo discusión de cuánto será la suba a partir de septiembre. 

El consenso en la Fed es llegar a diciembre con una tasa corta del 3% anual. Pero hay varios directores que la quieren más alta, ya que opinan en línea con el extitular de la Fed, Ben Bernanke, quien afirmó que Powell está corriendo a la inflación desde atrás.

Los norteamericanos medios están sufriendo la mayor inflación en cuarenta  años pero se sienten "pipones" porque ahorran en acciones y sus tenencias bajaron, pero no tanto como para entrar en pánico. Aunque de las últimas diez semanas Wall Street tuvo ocho en rojo, una en verde y la semana pasada los principales índices de la Bolsa de Nueva York volvieron a bajar otro 1%, nada que genere una ola de ventas todavía.

El petróleo sigue para arriba

Pero en el arranque de junio aparece un dato que llena de inquietud a los expertos. El petróleo sigue siendo el activo que más sube (4,3% en lo que va de este mes) y el dólar ya no se mostró tan sólido, ya que las onzas de oro y plata volvieron a avanzar 1,5% promedio, aunque los granos, los metales básicos y las criptomonedas están con valores en retroceso.

Hasta ahora prevaleció entre los inversores norteamericanos que ese mercado iría a una estanflación, y no mucho más que eso. Pero comenzaron a aparecer voces (Deutsche Bank y Goldman Sachs) que hablan de una recesión hacia marzo de 2023. Y el jueves pasado, el CEO de JP Morgan sacudió a todo el mundo advirtiendo que estamos ante la posible llegada de un "huracán" a la economía, y "será mejor que se preparen".

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Dimon tiene una visión pesimista de la economía

Y por si todo eso no fuera poco, el director ejecutivo del fondo soberano de Noruega, el más grande del mundo con un patrimonio gestionado de US$ 1,3 billones (1,23 billones de euros), se pronunció de una manera similar: sin preámbulos, Nicolai Tangen aseguró ante el Parlamento noruego que "probablemente nos enfrentamos a los mayores cambios desde hace treinta años". 

Por lo que se ve, Powell está decidido a prender la aspiradora de dólares y aplicar el torniquete de tasas. La gran pregunta es si llegará a hacer lo que hizo Paul Volcker cuando, para apagar la inflación, subió las tasas de la Fed hasta el 15% anual.

Hoy la tasa a 10 años de EE.UU. está en el 3%. Analistas creen que si a fin de año llega al 5% puede haber una fuerte estocada al mercado, con un cúmulo de bonos anotando fuertes retrocesos, y ni que hablar lo que puede ocurrir con las acciones. 

El objetivo está plantado: enfrentar la inflación y sostener la credibilidad en el dólar, que la semana pasada subió entre 0,2 y 3% contra el yen, la libra, el real, el franco suizo y el euro, aunque bajó 0,6% contra el yuan.

Los ruidos políticos locales

Sin lugar a dudas, Cristina cargó con tinta la lapicera de Alberto Fernández para que Pesce y Guzmán sigan el camino de Kulfas. Pero ¿es para subir la tasa de interés y aplicar un ajuste, enfrentando la inflación? No, es para que Alberto vuelva a repetir el "épico" Gobierno de Cristina de 2011-2015, que generó un pico de actividad en 2012, desintegrando las reservas del BCRA y encendiendo la inflación, en un proceso que todavía sigue incendiando a los argentinos.

  • ¿Intentará cumplir Alberto con las indicaciones acordadas por Guzmán con el FMI?: menos rojo fiscal, más devaluación, más tasa de interés y acumulación de reservas en el BCRA. 

¿O acaso seguirá con el Plan Platita de "jade y mercurio", como el emperador chino, que buscaba la inmortalidad, pero terminó muerto a los 49 años? 

El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del BCRA acaba de decir que espera una inflación del 5,2% en mayo y 72,6% anual para todo 2022

¿Intentará cumplir Alberto las indicaciones acordadas por Guzmán con el FMI?: menos rojo fiscal, más devaluación, más tasa de interés y acumulación de reservas en el BCRA. ¿O acaso seguirá con el Plan Platita de "jade y mercurio", como el emperador de China?

Nicolai Tangen, del fondo soberano de Noruega, dijo que hay "fricciones crecientes entre las superpotencias y una inversión de la globalización" y "no hay un lugar en el que esconderse"

En treinta  meses de mandato, el dólar mayorista acumula una suba del 101,6%, el dólar oficial del 111,6% y la inflación supera el 176%: el tipo de cambio argentino tiene un retraso del orden de 75 puntos 

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