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Alberto Ades

"La vara para invertir en Argentina es muy alta. El país se ha convertido en un cementerio para la carrera de muchos profesionales en Wall Street"

Los inversores, dice Alberto Ades, "serán muy cautos con Argentina" y, por eso, "la entrada de capitales se va a dar por goteo".

El economista Alberto Ades tiene 30 años de experiencia en Wall Street.
El economista Alberto Ades tiene 30 años de experiencia en Wall Street. .
27 mayo de 2024

Por Alejandro Radonjic

Alberto Ades vive hace más de 30 años en Nueva York. Desde el centro financiero del planeta, tiene una distancia justa para analizar lo que está pasando en la Argentina de Javier Milei.

Ades, actualmente Director de NWI Management LP pero con pasado en Goldman Sachs, Citi y Bank of America, sigue de cerca lo que pasa en el país y tiene una visión cautelosamente optimista con las Mileinomics.

Ades estudió Abogacía en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y luego realizó un Doctorado en Economía en la Universidad de Harvard.

 En diálogo exclusivo con El Economista, dice que "Argentina se ha convertido en un cementerio de la carrera de muchos profesionales". En otras palabras, explica, "la vara para invertir, para arriesgar capital es muy alta, porque lo que ha sucedido consistentemente con muchos operadores a los que he conocido es que, si les iba bien apostando por la Argentina, les pagaban un buen bono o plus a fin de año, pero si les iba mal, no les bajaban la compensación sino que directamente los echaban". 

Eso, entre otros factores, permite proyectar que los inversores serán "muy cautos, mucho más con Argentina que con otros créditos" y, por eso, "la entrada de capitales se va a dar por goteo".

La entrevista completa:

-Javier Milei ha generado un impacto enorme en el mundo. Y lo seguirá haciendo. Hagamos un zoom in en Wall Street y, específicamente, en los fondos de inversión que tienen exposición a mercados emergentes como el de Argentina. En líneas generales, ¿qué estás viendo de esa relación? ¿Hay interés y sólo eso? ¿O interés y, además, órdenes de compra? 

Creo que tenemos que distinguir la reacción hacia Milei entre empresarios de empresas de tecnología, como Elon Musk, y administradores de fondos de Wall Street.

El mundo de la tecnología es muy peculiar, y por varios motivos en los que no voy a explayarme, tiende a atraer personajes que suscriben a posiciones libertarias o anarco-capitalistas.  Milei dice muchas de las cosas en las que ellos creen, pero que no se animan a decir, y las dice de una manera frontal, sin tapujos ni vergüenza.

"Milei dice muchas de las cosas en las que los empresarios tech creen, pero que no se animan a decir, y las dice de una manera frontal, sin tapujos ni
"Milei dice muchas de las cosas en las que los empresarios tech creen, pero que no se animan a decir, y las dice de una manera frontal, sin tapujos ni vergüenza", dice Ades

Es claro que ese perfil de Milei les seduce, les atrae, y lo han hecho saber, tanto emitiendo declaraciones de apoyo, como haciendo recomendaciones de inversiones en "la nueva Argentina". Nada de eso se ha materializado aún, pero es un buen comienzo, ciertamente mucho más auspicioso que lo que hubiera sucedido si Putin hubiera aceptado la oferta de Alberto Fernández de que la Argentina se convirtiera en una puerta de entrada para Rusia en Latinoamérica.

En cuanto a los fondos financieros, también hemos visto algunas declaraciones positivas, por ejemplo de Stan Druckenmiler, del fondo Duquesne, o de Larry Fink, de Blackrock. Ambas son figuras legendarias en el mundo de Wall Street, y en mis interacciones con administradores de otros fondos, percibo una actitud similar, si no abiertamente positiva, al menos esperanzada.

Pero lo cierto es que la Argentina se ha convertido en un cementerio de la carrera de muchos profesionales. En otras palabras, la vara para invertir, para arriesgar capital es muy alta, porque lo que ha sucedido consistentemente con muchos operadores a los que he conocido es que, si les iba bien apostando por la Argentina, les pagaban un buen bono o plus a fin de año, pero si les iba mal, no les bajaban la compensación sino que directamente los echaban. 

"Argentina se ha convertido en un cementerio de la carrera de muchos profesionales en Wall Street"

Es lo que los inversores llaman una apuesta muy asimétrica, en el que el escenario negativo, si se realiza, es trágico, mientras que el positivo está bien, no mucho más. Esto hace que los inversores sean muy cautos, mucho más con Argentina que con otros créditos, y por eso es que la entrada de capitales, en mi opinión se va a dar por goteo, y solamente se acelerará una vez que veamos señales claras de recuperación económica, indispensables para reforzar el apoyo político al plan de Milei en el Congreso. 

Ojalá me equivoque, pero creo que la entrada fuerte de capitales se dará, si se da, recién el año que viene, y tal vez no hasta 2026, una vez concluidas las elecciones de medio término. Y si se dan, deberemos de todas maneras lidiar con el desafío de administrar esos capitales para que no generen un ciclo expansivo que exacerbe vulnerabilidades y eventualmente se torne insostenible, como sucedió tantas veces en el pasado.  El ciclo de 1996-1997 es un buen ejemplo de los peligros que ocasiona la bonanza financiera, lo mismo que el de 2017.

Wall Street
"Creo que la entrada fuerte de capitales se dará, si se da, recién el año que viene, y tal vez no hasta 2026, una vez concluidas las elecciones de medio término", dice Ades.

-¿Qué observas del ajuste fiscal? Acá hay una discusión sobre cuánto hay de licuación, cuánto de motosierra y cuánto de patear deudas para adelante. ¿Crees que el ajuste es sustentable? El Gobierno dice que se le fue la mano y se autogeneró un colchón para gastar un poco más...

El ajuste fiscal que se hizo es el que podía hacerse si se quería, como se quiso, creo correctamente, eliminar el déficit y el financiamiento monetario del mismo en forma instantánea. ¿Es el ajuste óptimo, el de pizarrón, el que hubieran diagramado los economistas más experimentados en materia fiscal si se los hubiera consultado? Ciertamente no, pero dejame que aclare dos cosas.

Primero, no había tiempo para pizarrones, y por tiempo me refiero a tiempo legislativo, o institucional, porque muchos de los recortes que hay que hacer, en el mediano plazo (por ejemplo, reducción significativa del empleo público en nación, provincias y municipios, recortes de planes sociales, limpieza de la nómina de pensiones por invalidez, privatizaciones de empresas públicas deficitarias, etcétera) es imposible hacerlos sin aprobación legislativa. Además, algunos son inviables en una economía que no genera empleo privado, por ejemplo, recortes significativos de empleo público, planes o pensiones por invalidez.

Segundo, cuando uno consultaba a esos economistas en 2023, antes de las elecciones, te decían que más de 2 o 2,5% del PIB no se podía ajustar, y Luis Caputo ha logrado un ajuste mucho más sustancial.  No me sorprende, por lo tanto, que muchos economistas mejor formados que Caputo hoy estén criticando lo que hizo. La realidad es que él se animó a hacer lo que la gran mayoría creía era imposible.

Ahora, vos me preguntarás: ¿es sustentable?  Es claro que el ajuste, como se hizo, fue la mejor opción para una situación de emergencia, pero la idea es que el mix hacia adelante tenga menos licuación, en donde creo que hemos llegado al límite, y más motosierra. O para ser más precisos, tampoco necesariamente motosierra, porque no es cuestión de cortar al tuntún, sino más racionalización, mejores incentivos, menor corrupción, despilfarro, captura y abuso, e impuestos más bajos y menos distorsivos.

Estoy convencido de que tener un presupuesto equilibrado, con menores gastos e ingresos, es absolutamente posible y sustentable, aunque lograrlo lleve un tiempo. En el ínterin, habrá que convivir con un ajuste fiscal subóptimo o de emergencia.

Luis Caputo anunció medidas para la industria automotriz.
Luis Caputo, el guardián de la caja en pesos

-En el plano legislativo no hubo delivery aún. La Ley Bases y el paquete fiscal están trabados. Y, hasta ahora, no hubo grandes reformas estructurales ni desregulaciones. ¿Eso preocupa o era algo esperable dada la debilidad legislativa inherente?

El hecho de que esas dos leyes estén avanzando en un Congreso en el que el partido de gobierno tiene representación que podríamos caracterizar casi como testimonial es de por sí un milagro.

Pero en términos más generales, las reformas que hay que hacer son realmente copernicanas, comparables a las que encaró Carlos Menem a partir de 1989, con algunos elementos de las que se vieron forzadas a adoptar las economías del bloque soviético luego de la caída del muro. 

Recordemos que la dupla Menem/Cavallo estuvieron haciendo reformas por varios años, no días o meses, y cuando Domingo Cavallo dejó el gobierno, todavía quedaban algunas pendientes, como la laboral, en la que estaba trabajando Armando Caro Figueroa y que al final no se hizo. 

Esto va a llevar tiempo también. Desde el punto de vista de la organización económica, el modelo atrasa décadas, y ha generado en su entorno grupos de interés que van a resistir el cambio. Hay muchísimo para hacer, y algunas de las reformas indispensables, por ejemplo la laboral, de jubilaciones, del Estado, del régimen impositivo, de la coparticipación, o la apertura comercial, van a llevar mucho tiempo.

Esas reformas son cruciales para desatar el potencial productivo del país, que es enorme, y no me refiero solo a minería, a la energía o el agro. Me refiero a un sinnúmero de sectores que podrían crecer exponencialmente, desde turismo a tecnología, y desde diseño a salud o biotecnología. Sin desatar ese potencial, sin desencallar a la economía, acercándola a su frontera de posibilidades de producción, la solvencia fiscal y la estabilidad de precios no serán sostenibles, como conversamos en la entrevista que me hiciste hace unos meses.

-El cepo cambiario sigue operativo. El Gobierno dice que quiere sacarlo, pero aún no es conveniente porque puede generar tensiones. ¿Coincidís con esa lectura o es muy conservadora? Hay quienes dicen que el Gobierno ganaría más que lo que perdería en un esquema de mayor libertad cambiaria.

No soy un experto en regulaciones cambiarias, gracias a Dios.  Aun así, creo que hay que hacer dos aclaraciones.

La primera es que el cepo (o los cepos, como explicaré luego), no solo cumple una función prudencial, estabilizadora, minimizadora del riesgo de una disparada cambiaria. Esas regulaciones tienen un impacto monetario, en el sentido de que permiten mantener la tasa que el BCRA abona sobre sus pasivos muy por debajo de la inflación, y así licuarlos, reduciendo el tamaño del balance del Banco Central, y en particular, el monto real de pesos que podría potencialmente demandar dólares.

"Creo que sería bueno que el Gobierno bajara las expectativas con la salida de los cepos"

La segunda aclaración es que más que cepo habría que hablar de cepos, porque es muy improbable (Macri no lo hizo) que se levanten todas las regulaciones cambiarias juntas y de un saque. Hay regulaciones que afectan a las importaciones de bienes, al turismo, a las transacciones financieras, al atesoramiento, a los dividendos retenidos, etc. 

Creo que sería bueno que el Gobierno bajara las expectativas y aclarara que la madeja de regulaciones y cepos se iban a ir relajando gradualmente y por etapas, y que cada vez que se avance con una, aun si en el margen, lo publiciten como el progreso que representa. 

-El riesgo país está de nuevo en alza y el "market access" sigue lejos. Encima, la Fed no está bajando las tasas como se preveía hace un tiempo. ¿Crees que Argentina pueda recuperar acceso en algún momento de 2024 o 2025 y de qué depende?

Uno siempre tiende a pensar que, con las barbaridades económicas y financieras que ha cometido la Argentina, va a llevar mucho tiempo para que los mercados las olviden, y que recobrar el acceso llevará años. Yo no estaría tan seguro. Mi experiencia, con casi tres décadas en Wall Street, en diversas posiciones, es que la memoria de los operadores es corta, tal vez porque no duran demasiado en sus puestos, y la renovación viene de la mano de gente que no vivió el último default.

Hecha esa aclaración, creo que recobrar el acceso en 2024 suena muy optimista. No quedan muchos meses, no es claro cuando la Fed va a comenzar a bajar tasas, y el dólar en los mercados globales, o sea, contra el euro, el yen y otras monedas desarrolladas, está fuerte. No es ese el mejor contexto para emitir deuda en moneda extranjera.

Yo no descartaría, sin embargo, que Argentina recobrara el acceso al mercado en moneda extranjera en 2025. Ahí si podremos ya ver la Fed y otros bancos centrales cortando tasas, y también a la economía Argentina exhibiendo signos más claros de recuperación, que contribuyan a sostener el apoyo popular al plan de ajuste y reformas que impulsa Milei.

Si se dan esas condiciones, el Gobierno debería aprovecharlas para refinanciar los pasivos, y empujar los vencimientos, pero no para tomar más deuda, más allá de la necesaria para pagarle gradualmente al FMI.  Ya tenemos demasiada, en pesos y en dólares, y un objetivo primordial de la política económica de los años venideros debería ser reducir la deuda y mejorar el perfil de vencimientos.

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