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La crisis se espiraliza y el Gobierno necesita iniciativa

El mercado argentino volvió a vivir otra rueda muy mala. Los 14 dólares de Alberto subieron. Los bonos cayeron. El Banco Central se vio obligado a perder reservas. Hubo venta de bonos. En el exterior las cosas tampoco están tranquilas porque las economías se están frenando

La crisis se espiraliza y el Gobierno necesita iniciativa
Luis Varela 21 enero de 2022

Es tan vertiginoso lo que está pasando con la crisis argentina que para poder comprender bien lo que sucede cae como anillo al dedo una anécdota del genial corredor Juan María Traverso, quien contó que una vez subió a su auto en las vueltas previas de una carrera, para testear al vehículo, a un mecánico muy hábil, pero que nunca se había subido en pruebas de alta velocidad: "durante las vueltas arriba de 200 Km/h me fue indicando lo que sentía que le pasaba a la máquina, pero cuando ya terminábamos y estábamos llegando, abrió la puerta y se bajó, y todavía íbamos a 80, luego de ir tanto al límite, había perdido la noción y creyó que ya estábamos parados, por suerte sufrió unos golpes, y no fue más que eso".

Entendiendo la gravedad de todos los números que ofrece la economía y sobre todo la finanzas argentinas, sería mejor dedicar esta crónica a relatar una serie nórdica de esas que pasan por Netflix (quizás Alberto está viendo algo de eso durante su cuarentena en Olivos), pero lamentablemente debemos cumplir con los lectores y entregar las cifras de lo que ocurrieron, y no fueron para nada positivas: los días para cerrar el acuerdo se acortaron a ocho semanas y media y todo se espiraliza, la inflación, el valor del dólar, la pérdida de reservas, el endeudamiento, el rojo fiscal, la suba del riesgo país y la caída sin freno en la cotización de los bonos argentinos.

Hoy, como si de fondo se escuchara en el round número 15, la clásica frase "segundos afuera", el Gobierno se va acercando al 22 de marzo, fecha en la que se le tiene que pagar al FMI una suma muy grande, que el Gobierno no tiene. Y, además, en los próximos días hay que realizar otro pago, las posiciones de oro que hay en Basilea ya fueron alquiladas, varios economistas dicen que las reservas líquidas están en negativo. Y ayer, para evitar que el dólar saltara por los aires, el Banco Central tuvo que vender reservas y bonos, cantidades importantes. Y sin embargo, el dólar blue llegó a otro récord y los dólares fuga y colchón directamente brincaron, tanto que el dólar mep (el que la gente compra para llevarse a su casa) ya acumula en 20 días de enero una suba cercana al 7%, cuando un plazo fijo tradicional paga 39% en todo un año, una locura absoluta.

Afuera, todo complicado

Este desquicio se desarrolló además, con todo el mundo vibrando. Preocupa mucho el envío de Vladimir Putin de tanques rodeando a Ucrania, movida en la que se involucró Suecia, con crecimiento de advertencias de la Unión Europea y EE.UU. Y, en línea con eso, las economías de EE.UU. y China crecen menos. Ayer las solicitudes de subsidios por desempleo subieron entre los norteamericanos a un máximo de tres meses de 286,000, muy por encima de las previsiones. 

Así y todo, tasas largas de EE.UU. subieron apenas: 1,6% anual a 5 años, 1,8% a 10 años y 2,1% a 30 años. Y en el exterior el dólar subió 0,3% contra el euro y 0,1% contra la libra y el mexicano, pero bajó 0,2% contra el yen, cedió 0,3% en Brasil y cayó 0,9% en Chile.

Pero lo que se vio en  Argentina fue parecido a lo que le pasó al copiloto de Traverso. Los 14 dólares de Alberto tomaron velocidad, solo que los tipos de cambio oficial siguen subiendo mínimamente, tanto que el mayorista sigue siendo usado como ancla, subiendo 20% en un año, 30 puntos menos que la inflación. Pero los demás dólares están a toda velocidad. El blue llegó a un nuevo récord histórico con 214 pesos en capital y 219 pesos en el interior, pero los que más subieron fueron el mep, el contado con liquidación y el senebi, que es usado para sacar grandes cantidades del país, sin ningún límite: en ese canal el dólar llegó a los 221,40 pesos. Y las brechas cambiarias están otra vez en la zona del 108%, con una diferencia que hace que la economía no pueda funcionar.

La acción del BCRA

Y lo peor del caso es que el dólar no subió todavía más porque el Banco Central nos sigue hipotecando. La autoridad monetaria perdió ayer 90 millones de dólares, chupó de los bancos la friolera de $ 343.486 millones en Leliq al 40%, mientras los bancos le siguen pagando a los ahorristas una tasa del 39% anual. Y eso no fue todo: en este momento no hay ningún comprador privado de bonos, solo hay vendedores. El Estado se desprende de titulos para frenar al dólar. Y la venta en mep y ccl fue tanta que ayer los papeles argentinos perdieron otro 0,4%, por lo que el riesgo país volvió a subir 17 unidades, hasta 1.890 puntos, nueve veces más alto que el promedio de los países vecinos.

El cimbronazo local también coincidió con un día muy volátil en las bolsas del mundo. Al conocerse que el empleo no está subiendo como se esperaba, los precios de Wall Street se colocaron en verde. Pero con el correr del día empezaron a llegar los balances trimestrales: entraron como 140 estados contables, pero uno que hizo bastante ruido fue el de Netflix, que evidenció una enorme caída de usuarios, haciéndoles comprender a los inversores bursátiles que las tecnológicas no valen lo que parece, se inició una venta, y al final todos los índices de Wall Street terminaron con bajas, que llegaron hasta el 1,3% en el Nasdaq.

Todo lo financiero es un desquicio, va de un lado al otro en todas partes. Ayer la Bolsa de San Pablo subió 1% y la de México bajó otro 0,6%. Y en el mercado bursátil local, con 859 millones de pesos operados en acciones y 5.050 millones en Cedears, la Bolsa de Buenos Aires subió 1,9%. O sea se opera cinco veces más en empresas extranjeras que en compañías locales, lo cual demuestra que la fuga de capitales no tiene ningún límite. Pero en Nueva York los ADR argentinos estuvieron mixtas: los especialistas dicen que hay que comprar empresas que vender cosas de valor y están con precio regalado y vender lo que no sirve. Así, entre las ADRs locales hubo suba de hasta 3,6% para IRSA P, IRSA I y Mercado Libre, pero se detectaron bajas de hasta el 2,8%, con la peor parte para TGS, Central Puerto, Despegar, Loma Negra e YPF. Y debe entenderse bien: el petróleo está en su valor máximo de siete años, pero YPF se arrastra por el valor mínimo de años, es una empresa estatal sobredimensionada.

Paradójicamente, estamos en un momento en el que Argentina tendría que estar llena de dinero hasta el techo. En diciembre se logró la mayor producción de petróleo en nueve años y la mayor producción de gas en 13 años, pero por falta de inversiones vamos a tener que importar energía y tenemos 92.000 usuarios sin luz por falta de inversión en las redes. Ayer mismo, el petróleo se mantuvo en máximos desde 2014. Los metales preciosos estuvieron mixtos, con la onza de plata brillando, pero con el oro en baja porque China vende (tiene problemas graves). Los metales básicos siguen vuelan, están en máximos de una década o algunos en niveles históricos. En Chicago y en Rosario la soja pegó un salto, con valores más tranquilos para el maíz y la soja. Y lo que estuvo rompiendo los relojes fue el panel de criptomonedas: subían 3% hasta una hora antes del cierre, pero la SEC rechazó la solicitud para el lanzamiento de un ETF al contado de Bitcoin y terminaron con bajas de hasta el 5%, reflejando lo volátil e inesperado de los tiempos que corren.

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