El Complejo Industrial de General Motors Argentina de General Alvear sumó esta semana un nuevo inconveniente: debió interrumpir su normal funcionamiento debido a las inundaciones que afectan al sur de Brasil, desde donde provienen gran parte de las piezas que se utilizan en la producción de la Chevrolet Tracker.
Es el mismo inconveniente que ya sufrieron las plantas de Stellantis, primero la de Ferreyra en la provincia de Córdoba (ver acá), a la que luego se sumó la de El Palomar, en Buenos Aires.
Para GM representa un nuevo dolor de cabeza en un año ya de por sí complicado tras los parates anteriores por falta de suministros asociados a algunos de sus proveedores, quienes no pudieron afrontar pagos en dólares a sus casas matrices por no hacerse de divisas.
Oficialmente, la automotriz informó que "las graves inundaciones ocurridas en Brasil han generado complicaciones en la distribución terrestre de piezas productivas provenientes de ese país" y por ese motivo, la empresa "deberá suspender su actividad fabril desde el 23 al 31 de mayo".
De esta forma, la planta santafesina retomaría su actividad el lunes 3 de junio si es que -tal como se prevé- mejoran las condiciones en la zona de Río Grande do Sul y permite que los caminos y las rutas vuelvan a estar transitables.

Chevrolet dejó de fabricar a fin de 2023 el modelo Cruze y se focalizó en la Tracker para abastecer no sólo el mercado interno (donde logró liderar el segmento de los B SUV) sino también para exportar este producto a algunos mercados de la región.