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Queman bonos y reservas y el riesgo país vuelve a 1.600

Llegó otro Gobierno, y juega con el cuchillo entre los dientes: sin importar los riesgos, abre todo desde el punto sanitario y quema bonos y reservas para que el dólar no se mueva.

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Luis Varela 22 septiembre de 2021

Por Luis Varela

Tal como ocurrió en mayo de 2019, consciente de que solos no llegaban a la victoria, Cristina y el kirchnerismo todo tuvieron que aceptar poner como mascarón de proa a caras diferentes, antes fue el moderado Alberto Fernández, y esta vez son los gobernadores y los Intendentes peronistas, y con esta decisión ayer se inició un  nuevo gobierno, que quemará todas las naves para ver si en las próximas ocho semanas puede dar vuelta la dura derrota que sufrió el PJ en las PASO de hace diez días, el peor resultado que obtuvieron los herederos de Perón en toda su historia. 

Y esta vez, con un carácter mucho más profesional, Juan Manzur en el Gobierno y Martín Insaurralde en la provincia de Buenos Aires vienen con el bisturí bien afilado, dispuestos a realizar decisiones quirúrgicas, a todo o nada, porque saben que si no consiguen recuperar algunos lugares cruciales donde perdieron, en siete semanas y media pueden perder el quórum propio en el Senado y pasarán a ser una minoría en Diputados, tan marcada, que la presidencia de esa Cámara también puede llegar a pasar a manos de un opositor.

Las primeras decisiones

Y la llegada de Manzur, y de Aníbal Fernández, realizaron ayer movidas tajantes. De una, sin esperar más, decidieron empezar a acelerar las aperturas, decretando que la pandemia de Covid ya terminó. 

Ayer confirmaron 61 muertes y 1.837 contagios en las últimas 24 horas, muchísimo más que cuando el papá Alberto decía "entre la vida y la economía elijo la vida". Pero con la llegada de Manzur se requiere imperiosamente que el nivel de actividad mejore en las próximas ocho semanas y entonces, sin considerar la cepa Delta, se abre todo para que haya más movimiento económico en el momento de votar.

Por supuesto, la jugada es de altísimo riesgo.

Y la definición no es solo sanitaria. Ayer se tomó la decisión a todo o nada de acostar al dólar, para que no se mueva hasta que se vote. Y, sin importar lo que ocurra después de las urnas, se utilizaron bonos y reservas para acostar el precio del billete, que tal como sucede recurrentemente desde hace dos meses, abre cada día dos pesos arriba, y con el correr de las horas manos amigas o el propio BCRA o entidades públicas acuestan los precios regalando los billetes a precios inferiores a los de un mercado que se lleva todo lo que puede.

El riesgo de Evergrande

Ayer el mundo siguió mirando con atención el peligro de la inmobiliaria china Evergrande, pero con la OCDE y varios gobiernos saliendo a decir que no ocasionará un dominó, el mercado cambiario mundial y las bolsas globales estuvieron bastante más tranquilas. En el exterior el dólar no cambió contra el euro, la libra y el mexicano, pero bajó 0,1% contra el yen, 0,4% en Chile y 1% en Brasil.

En Argentina, sin embargo, en la apertura casi todos los precios mostraban valores $2 arriba, y con entrega de bonos, pérdida de US$ 60 millones en las reservas del BCRA y una nueva importante toma de pesos en Leliq de parte de la autoridad monetaria (nada menos que $361.172 millones, los dólares de los inversores no tan especializados se mantuvieron mansos y tranquilos, pero los dólares de los expertos siguieron volando.

Mientras Reconquista 266 insistió con el 38% en las Leliq y 37% en los plazos fijos, el dólar turista subió 28 centavos hasta $172,03 (acelerando este valor para que el rulo con el blue no sea un negocio tan importante). Mientras que el dólar oficial subió 17 centavos hasta $104,26, el blue no cambió: cerró otra vez a $184. El dólar mayorista subió un centavo hasta $98,47, con el BCRA perdiendo otros US$ 60 millones de las reservas hasta US$ 45.169 millones brutas, pero netas ya están en unos US$ 4.500 millones y en horas se entregarán US$ 1.900 millones al FMI

Con ese cuadro, el dólar de los inversores expertos, el Senebi, saltó $1,27, hasta $181,44. Al tiempo que el dólar MEP bajó un centavo hasta $172,67 y el contado con liquidación se mantuvo en $172,81. Y la brecha entre el dólar oficial y el blue fue del 76,5% y la del CCL con el mayorista fue del 75,5%. Mientras que, medidos en pesos, el real subió 18 centavos hasta $18,65, la libra no cambió y cerró a $134,40 y el euro bajó 2 centavos hasta $115,35.

La inyección de pesos

Detrás de esto, el Gobierno prepara una masa gigantesca de pesos (se calcula que serán unos $800.000 millones) desde ahora hasta la elección del 14 de noviembre, en un día en el que hubo masivas movilizaciones de organizaciones sociales, que bloquearon al menos ocho puntos neurálgicos de la Ciudad de Buenos Aires en reclamo de más ayuda.

Frente a eso, en las mesas mucho preguntaron: ¿si van a repartir tanta plata, qué hacen todos esos movimientos reclamando y bloqueando todo? 

O sea, tenemos ahora un Gobierno que va mucho más al grano, a buscar los votos que no se presentaron. Al tiempo que la oposición está diseñando su estrategia en las ocho provincias donde se eligen senadores, ya que si logran mantener los mismos números que se lograron en las PASO será posible que el oficialismo pierda el quórum en el Senado. 

Por supuesto, la entrega de bonos y de reservas tiene un gran costo. Con la pérdida de ayer, desde que se recibieron los DEG del FMI, hace un mes, se perdieron en el BCRA nada menos que US$ 1.214 millones entre divisas que tuvieron que entregarle a importadores industriales locales para que sigan fabricando e inversores  locales que huyen de los pesos, y compran todos los dólares que pueden. 

Pero como los dólares están contados y hay chance de que no lleguen a noviembre, ayer hubo un fuerte uso de bonos, tanto que los papeles estatales acusaron su sexta baja consecutiva, achicando otro casi 1%, elevando nuevamente el riesgo país, llevándolo a milímetros de los 1.600 puntos básicos, muy lejos de los 1.468 puntos que había cuando el Gobierno suponía que iba a lograr un buen papel en las PASO.

En cuanto a los valores bursátiles, los negocios mundiales estuvieron en un día como de pausa. La gigantesca inmobiliaria china Evergrande no completó algunos pagos que debía realizar y ayer cayó otro 9% en la Bolsa, pero como varios fondos de inversión europeos y norteamericanos tienen papeles de esa empresa, varios gobiernos y funcionarios importantes salieron a intentar apagar el incendio. Por ejemplo, el economista jefe de la OCDE, Laurence Boone, dijo que China tiene capacidad para controlar su crisis y cree que las consecuencias deberían ser limitadas.

Rogando que Xi Jinping no nos mande otro virus, esta vez financiero, las bolsas estuvieron un poco mejor que el lunes. Hubo cierre mixto en la Bolsa de Nueva York, con suba del 0,2% para el Nasdaq y baja del 0,1% para el S&P y para el Dow Jones, pero con hiperselectividad a la hora de mirar papel por papel. Mientras que la Bolsa de San Pablo pudo subir 1,3% y la de México mejoró 0,5%.

En el mercado porteño, tras las durísimas bajas del lunes, y de las cuatro ruedas anteriores, aparecieron algunos compradores que lograron provocar un repunte del 0,4% para el índice Merval, pero el volumen fue otra vez un chiste: hubo apenas 986 millones de pesos operados en acciones y 2.421 millones en Cedears. Mientras que los ADR argentinos que operan en Nueva York estuvieron mixtas, con muy buen día para Bioceres, pero con nuevas estocadas para YPF y casi todos los bancos.

Las commodities se mostraron con suerte diversa, un poco desconcertados por la marcha del Covid y otro poco por el alcance que puede tener el crack de Evergrande y las dificultades de muchas empresas mundiales para volver a la vida luego de un año y medio tan difícil. Así, el petróleo logró subir apenas. Los metales preciosos estuvieron en alza. Los metales básicos actuaron mixtos. Los granos también mostraron claroscuros, lo cual los va alejando de los máximos de hace cuatro meses. Y las criptomonedas, cada vez más en la mira de los entes reguladores, volvieron a achicar otro 3%, una baja barata, con los fanáticos insistiendo con que ante cada descenso hay que comprar más.

¿Qué viene por delante? La vacunación está avanzando, pero la cepa Delta está ahí, esparciéndose. Con tal de generar otro ambiente incluso preparan partidos de futbol con hinchada en octubre, antes de que se vote. Tiene que haber un país avanzando normalmente, mostrando que la recuperación está a la vuelta de la esquina. Pero ayer el Indec mostró que repartir plata, sin generar condiciones de inversión, no es el camino: dio los índices mayoristas de agosto, la variación anual es casi 10 puntos más alta que los minoristas, y el mes pasado el rubro alimentos y bebidas tuvo un aumento del 3,9%, y si a eso se agrega un paquete de pesos en los bolsillos de los consumidores, la inflación terminará mostrando los dientes. Si es en diciembre, no importará. Lo importante es crear una ilusión antes de que se vote. 

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