Entre tantos disparates que dijo Donald Trump durante la campaña, el más recurrente era describir a Joe Biden como una figura política débil cuyo gobierno sería cooptado por la izquierda del Partido Demócrata. Un Caballo de Troya que le abriría las puertas al socialismo. No parece que vaya a ser el caso de acuerdo a los nombramientos de Biden conocidos hasta ahora. Pero más allá de demostrar lo alejado de la realidad que estaba el discurso de Trump, hay otros aspectos muy relevantes del nuevo elenco de gobierno.
Uno de ellos es la formación académica de sus integrantes, casi todos egresados de las mejores universidades del país. Tienen, además, mucha experiencia en el sector público que adquirieron en los diferentes cargos que ocuparon.
Otro dato salientes es su homogeneidad y coherencia, son todas personas que trabajaron siempre para gobiernos y funcionarios demócratas, dejando en claro la fuerza que conservan en Estados Unidos los alineamientos políticos tradicionales. ¿No era que los partidos no existían más?
El caso de Janet Yellen es el más ilustrativo. Fue titular del Consejo de Asesores Económicos de Bill Clinton, postulada por Barack Obama para presidir la Reserva Federal y ahora designada secretaria del Tesoro por Biden, cargo para el que está por demás calificada.
Conocimientos técnicos, experiencia en Washington y una visión similar cimentada durante años sobre las políticas que deben ponerse en marcha, definen al promisorio equipo con el que Biden iniciará su gestión.
