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Pese a la licitación aceptable, la rueda fue muy negativa

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Luis Varela 19 junio de 2020

Por Luis Varela

En un día que debió haber sido positivo, porque el Ministerio de Economía tuvo una buena licitación en el roleo de un cúmulo de bonos que van venciendo, el mercado local tuvo ayer la peor rueda de los últimos meses, con una fuerte caída para los papeles privados, un consistente descenso para los bonos, un aumento para el riesgo país, suba en los dólares libres y, a pesar del súper cepo, una nueva jornada con pérdida de reservas en el Banco Central.

Ya lo dijimos en las crónicas anteriores, durante las próximas dos semanas el Gobierno debe afrontar vencimientos por deuda en pesos por 178.000 millones, de los cuales 130.000 millones vencen el lunes, y ayer el ministro Guzmán pudo postergar por algunos días la ficha de dominó más difícil. Logró colocar bonos con 356 órdenes de compra por $129.257 millones en bonos nominales, que en realidad son $135.000 millones porque varios de los títulos se afectaron a descuento, quitándose el peso del Bopomo (AJ20) que vence el lunes aunque por supuesto esto es sólo una postergación, porque se trata de títulos a plazos muy cortos.

La mayor parte de esta colocación se concentró en las letras en pesos, que tienen vencimientos entre julio y octubre de este año, por las que se pagaron tasas de entre 29% y 30,25% anual. Pero también se ubicó una Lete que evoluciona según tasa Badlar+200 puntos, otra Lete a Badlar+400 puntos básicos. Una Letra en pesos ajustada por inflación más 2,25%. Y un Bono ajustado por CER, con vencimiento en agosto en 2021, con inflación más 2,75%.

Esta piedra que molestaba en el zapato debió haber generado alguna confianza, ya que Economía se ocupó de señalar que se trató de 356 pedidos de compra, lo cual muestra un hipotético mercado interesado en ir colocando pesos ajustables en general por una inflación que se espera salte del 44% anual actual a un nivel del 60% anual en aproximadamente noventa días.

Sin embargo, el resultado que tuvo el mercado, en todos y cada uno de los frentes fue ciertamente preocupante, y el peor de todos fue claramente la evolución de los papeles privados argentinos, con caídas verticales en la cotización de algunas empresas, no sólo en el mercado local, con un volumen de negocios importante, sino sobre todo en las operaciones que se realizan con los ADR argentinos en Nueva York, a pesar de que los mercados externos estuvieron bastante tranquilos.

Además de la caída de los papeles privados, también retrocedieron casi 2% los títulos públicos argentinos, el riesgo país volvió a ubicarse nuevamente arriba de los 2.600 puntos básicos. Y la ebullición estuvo en el mercado cambiario, con un panel de dólar bitcoin que se va expendiendo, alejándose de los controles de la CNV y del Banco Central. Pero ayer también con alta temperatura en los dólares libres tradicionales, que terminó obligando a la autoridad monetaria a volver a perder reservas, a pesar de que tiene todas sus persianas bien cerradas, con el súper cepo completamente ajustado.

Los motivos que generaron esta rueda tan preocupante fueron más políticos que técnicos. El rumbo claramente alcista que venía mostrando el mercado durante abril y mayo fue abandonado desde que el BCRA plantó bandera el último viernes del mes pasado, cuando bloqueó el mercado cambiario, y terminó afectando de manera casi imposible de superar a todos los compradores de insumos importados.

Pero, además de esa acción del Central, evidenciando la pérdida de reservas, lo que terminó de voltear al mercado argentino fue la decisión del presidente Fernández de plantear la expropiación de Vicentín, algo que en este momento pareciera estar en suspenso.

Y la gota que rebalsó ayer el vaso fue la difusión de las posiciones de las partes en la negociación por la deuda, lo cual puso en evidencia que el Gobierno ofrece US$ 49,99, algún endulzante en cupones futuros que llevarían eso a posibles US$ 53 dólares, manteniéndose a rajatabla en los tres años de gracia y en las cláusulas legales, para que los bonos que se entreguen sean difíciles de trabar para los bonistas que acepten.

Esta posición inflexible del Presidente terminó ayer con la negociación amigable. Ya no se habla de buena fe desde ninguna de las dos partes. Y hay bonistas que ya le advirtieron al Gobierno que dan la negociación por terminada y que procederán en lo inmediato con reclamos ante los tribunales de Nueva York.

Por supuesto, estos ladridos fueron escuchados varias veces desde que empezó la mesa de póquer en enero de este año. Pero lo cierto es que los plazos se van acortando, ya que el 31 de julio vence el plazo para que caigan los canjes de 2005 y 2010.

El otro frente, por supuesto, es el Covid-19, que sigue avanzando, y que ya tiene a Argentina entre los países de América Latina que ahora está mostrando curvas de contagios y de muertes llamativamente alcistas. Ya hay 455.500 muertes por el virus en el mundo y el 19% de los fallecimientos está en América Latina. Brasil es el país más afectado, con 47.900 decesos, pero en Chile las muertes crecen a gran velocidad (ya tiene 3.850 fallecidos) y las curvas de aumento en México y Argentina son similares a las chilenas. Ya hay 929 argentinos muertos, y las camas ocupadas de terapia intensiva ya llegan al 60% de la capacidad.

Entre la pandemia y la ruptura con los bonistas, el mercado cambiario no mostró ninguna distensión por la buena licitación de Letras de ayer. El dólar turista subió 15 centavos hasta $94,87. El dólar oficial subió 12 centavos hasta $72,98 y el dolar blue subió $3 hasta $127. El dólar mayorista subió 7 centavos hasta $69,74. El Banco Central volvió a perder reservas: se fueron US$ 49 millones y ahora quedan US$ 43.124 millones. El dólar MEP saltó $2,08 hasta $107,10. El contado con liquidación saltó $2,13 hasta $109,81. Y con esto, la brecha entre el dólar oficial y el blue fue del 74% y entre el CCL y el mayorista volvió al 57,5%.

Mientras tanto, con mucha presión sobre Donald Trump en el inicio de su campaña electoral, el dólar estuvo firme en el exterior: el billete verde subió 2,9% en Brasil, creció 2% en México y Chile, avanzó 1,1% contra la libra y 0,4% contra el euro, y sólo bajó 0,1% contra el yen. Con eso, medidos en pesos, el euro bajó 26 centavos hasta 78,05, el real bajó 37 centavos hasta 12,96 y la libra bajó 87 centavos hasta 86,53.

Con el dólar subiendo en los países limítrofes y con la ruptura con los bonistas, los papeles argentinos sufrieron en todas las categorías. En un marco en el que las materias primas empiezan a mostrar un freno por dudas sobre la recuperación económica mundial. Así y todo, la Bolsa de Nueva York logró terminar mixta, con el Nasdaq siempre un poco mejor. Pero mientras hubo suba del 0,6% en la Bolsa de San Pablo y baja de apenas 0,7% en la de México, la de Buenos Aires se desplomó otro 6,1%, lo cual la lleva a caer 17% en las últimas nueve ruedas.

Mientras que los bonos achicaron casi 2%, con los ADR anotando bajas de hasta el 11%, por lo que el riesgo país de Argentina, que había bajado hasta 2.478 puntos antes de Vicentin, terminó ayer a 2.614 puntos básicos, con propios y extraños preguntándose qué tipo de economía busca imponer el presidente Fernández, mientras decenas de movilizaciones se preparan para el sábado.

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