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La peor elección de la historia del peronismo y el fin del Senado del PJ

El peronismo parece estar dejando de ser el partido dominante.

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Oscar Muiño 15 septiembre de 2021

Por Oscar Muiño

31%. En otro país sería muchísimo. En la tradición criolla, bordea la catástrofe. El escrutinio provisorio exhibe el peor resultado histórico del justicialismo. Nunca antes, ni unido ni dividido había sufrido una debacle electoral como ésta de las PASO 2021.

Peor que 1985

Nacido en 1946, el PJ recién perdió el invicto en 1983, contra Raúl Alfonsín. Esa derrota fue traumática, llevó a una angustiosa pérdida de sentido y una discusión feroz sobre la necesidad de aggiornamiento. En 1985 el radicalismo lo derrotó en todas partes, salvo en La Rioja y Formosa.

Pero en las peores condiciones y dividido, el PJ conservó la fidelidad del 36% del cuerpo electoral. Una enormidad, si se recuerda que gobernaba un Raúl Alfonsín avasallante, regía el exitoso Plan Austral, el justicialismo seguía atontado por su primera derrota y dividido como nunca antes.

El radicalismo imaginaba inaugurar una etapa hegemónica, consolidando la adhesión de la mitad de la ciudadanía y suplantando al peronismo como fuerza dominante. No sólo no lo logró sino que la victoria ocultó la realidad: el radicalismo perdió uno de cada cinco votantes de Alfonsín. Y aunque perforó los distritos más pobres del país ?empató con el peronismo en esas lagunas de pobreza- sufrió la sangría de los centros urbanos desarrollados: muchos menos votos en Capital, en Bariloche, en Mar del Plata?

Ese peronismo desvencijado de 1985 construyó un foso que aguantó la marea alfonsinista. Aquella derrota marcó una frontera: sumados, los votos peronistas quedaban a siete puntos de la UCR, seguían siendo competitivos. Y, para su fortuna, la vigorosa Renovación Peronista de Antonio Cafiero, Carlos Menem, José Manuel De la Sota, Carlos Grosso y José Luis Manzano fijó las bases de la reconstrucción.

A partir de 1987, el peronismo volvió a la victoria y a su puesto de fuerza dominante. Aún perdiendo, no bajaba del 38-40 %. Sus derrotas de 1997 y 1999 fueron menos graves. Perdieron la presidencia pero retuvieron la provincia de Buenos Aires y la mayoría de los distritos.

En 2003, sus tres candidatos (Menem, Kirchner, Rodríguez Saá) sumaron dos tercios de los votos totales. Bajo la batuta kirchnerista, ganaron tres presidenciales seguidas: 2003, 2007, 2011.

Ahora, sin embargo, no despunta esa renovación. Las generaciones del medio ?Sergio Massa, Axel Kicillof, Máximo Kirchner- han sido derrotados en sus propias comarcas. En ese marco, la habitual sobreabundancia de oferta presidencial peronista corre riesgo de angostarse peligrosamente.

Chau Senado

Si la voluntad popular se mantiene en noviembre, le hará perder al peronismo el control del Senado. Lo ha ejercido siempre. Desde 1946-55 (cuando todos los senadores eran justicialistas), con mayorías absolutas en 1973-76 y luego, ininterrumpido, ¡desde 1983 hasta ahora!

Parecía imposible que alguna vez el justicialismo perdiera esa mayoría. Para estos comicios, incluso, aspiraba a ciertas victorias que le permitieran llegar a los codiciados dos tercios capaces de impedir todo bloqueo opositor. La angurria terminó como la escopeta de Ambrosio. No sólo no llegarán a los dos tercios, sino que perderán la mayoría absoluta.

De hecho, además, las únicas presidencias que lograron estabilizar un dominio electoral fueron las emergentes de dos grandes crisis. El menemismo luego de la hiperinflación y el kirchnerismo con el estallido de 2001. En ambos casos, luego de un año y medio de una recomposición política esforzada y dolorosa (el primer año y medio de Menem y la gestión de Eduardo Duhalde).

Por primera vez en su historia el peronismo pierde una elección a menos de dos años de gestión. Al mismo tiempo, hay que advertir que entre 2007 y 2021 ganó las presidenciales de 2007, 2011 y 2019 y fue derrotado en todas las elecciones legislativas: 2009, 2013, 2017 y las primarias de 2021, además de las presidenciales de 2015. Corolario: parece estar dejando de ser el partido dominante.

Esta vez, la sangría es de diecisiete puntos en un año y medio. ¡El peronismo ha perdido casi un punto por mes de gobierno!

Habrá que ver si el PJ, con su tradicional audacia para enfrentar escenarios adversos, es capaz de encarar ésta, la elección más pobre de su increíble historial con el voto popular. Como dicen los médicos después de una operación peligrosa y compleja: “Hay que esperar”...

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